El
anuncio de la visita presidencial al Estado de Sonora, hecho por la gobernadora Claudia Pavlovich
Arellano, fue recibido con beneplácito por la sociedad. Son varias las razones.
Una
de ellas, el vacío político e institucional que los sonorenses perciben por la lejanía
del Primer Mandatario quien visitó la Entidad como candidato a la Presidencia
para no volver sino a tres años del final de su Mandato. Otra, no de menor
relevancia, es por los numerosos entuertos que afronta, con notable desventaja,
Pavlovich Arellano en materia política, social, económica y de carácter
jurídico y administrativo. De ahí que la gobernadora en turno pondere la
presencia del Ejecutivo federal afirmando que es persona de palabra, digno de la
confianza ciudadana por lo tanto en sus compromisos.
El
Presidente Peña Nieto, es decir sus ayudantes, se verán por cierto ajetreados
con el cúmulo de comunicaciones, tarjetas informativas, cartas de
organizaciones civiles, en donde se documentan denuncias, quejas, señalamientos
de órganos y personajes de la esfera púbica y la iniciativa privada a quienes
se considera merecedores de castigos y penalizaciones ejemplares por el uso
indebido de su investidura en el primer caso y por complicidad en acciones
nefandas de corrupción y tráfico de intereses, en el segundo.
Entre
los documentos en manos del Presidente de la República estará la carta de las
Mujeres de la Tribu Yaqui y del Movimiento Ciudadano por el Agua. El ingeniero
Adalberto Rosas López, dirigente de esta última asociación, ex presidente municipal,
es sin duda uno de los líderes sociales con más alto ascendiente, prestigiado
por su desempeño en la crucial defensa por los derechos del recurso hídrico que
hoy libra el sur de Sonora.
“Conagua
impide que se respete la Ley y se cumpla su palabra”, afirman ahí los firmantes.
Con
expresión severa, objetividad y franqueza, comunica al Primer Mandatario: “En
el cometido de despojar a la Tribu Yaqui, a los productores rurales y a los
habitantes del sur de Sonora de las aguas del Río Yaqui, con la operación ilegal
del Acueducto Independencia, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) desobedece
disposiciones judiciales, ratificadas por un tribunal Colegiado que le ordena
suspender el trasvase y la operación de dicho acueducto”
La
misiva al Presidente comenta la cadena de violaciones perpetradas contra el
Estado de Derecho; lo mismo por el autoritarismo del ex gobernador Padrés que
lo llevó a encarcelar represivamente a los líderes de los yaquis, Mario Luna y
Fernando Jiménez, sin dejar de lado las maniobras para construir el Acueducto.
Señala los ilícitos que implica su operación al margen de la Ley.
Con
este efecto, se invoca los desacatos a las resoluciones judiciales, a fin de
que el Primer Mandatario escuche los latidos del hambre y la sed de justicia
que se cierne sobre el cielo sonorense. Y para dar punto final a lo que se ha
dado en llamar un norte victimario y un sur victimado. Todo por obra y desgracia
de la voracidad y la ambición desmedida de los políticos embriagados por el
poder absolutista.
Concluye
la misiva: “Señor Presidente: Sonora ha retomado el camino de la reconciliación
y la unidad, con el gobierno de Claudia Pavlovich Arellano. Desde los Acuerdos
de Vícam, firmados el 7 de mayo de este año en el territorio de la Tribu Yaqui,
la gobernadora se reconoció en una política de
gestión de más agua para todos y no en la visión que propicia el reparto
de lo que no alcanza…Nos reconocimos también en la necesidad urgente de
incursionar en el prometedor horizonte de la desalación del agua de mar y en el
impulso a los grandes proyectos de infraestructura como el Plan Hidráulico del
Noroeste (PLHINO)”
Finaliza
así: “Señor Presidente: No permita que CONAGUA continúe violando la ley”. Y que
se obstruya “lo que estamos haciendo para restablecer la unidad y el Estado de
Derecho. Hagamos valer la palabra para hacerle justicia a la Tribu Yaqui y al
sur de Sonora”.