La presencia de Israel entre
nosotros con motivo de la visita oficial de Shimon Peres, presidente del Estado
hebreo a nuestro país, y la culminación de ésta en la Feria del Libro en
Guadalajara,
simbolizan una singular ocasión en el nuevo capítulo de las
relaciones de México con la sociedad internacional.
Peres es uno de los más
connotados líderes de nuestro tiempo, en particular de Israel moderno al lado
de Ben Gurión, Golda Meir, Menachem Begin y Yitzhak Rabin. Por casi media centuria
ha ocupado, con lucidez y espíritu visionario, un lugar de honor en la Knéset
como genuino representante de la voluntad de su comunidad y nuevo Moisés que
guía a su pueblo hacia sitios en donde fluya “leche y miel”.
Cumplió con creces Israel su
calidad de invitado especial a la FIL 2013, poniendo de relieve su liderazgo
universal como “Tierra y pueblo de la Biblia”, con la expresión convertida en
libro por el doctor Pedro Gringoire
(Editorial Tribuna, México, 1981),
dilecto amigo del Estado judío en cuyo seno nació, se educó y enseñó
Jesús de Nazareth, figura evocada por la
Humanidad en este día y cuyo mensaje de paz y amor trascienden la frontera de
la nación más flagelada y más sobresaliente en la historia universal.
Esto nos hace recordar a
Flavio Josefo, el historiador judío, en su “Contra Apión” (Gredos, 2001),quien
ahí subraya el legado de Israel en cuanto a su genio inventivo y como promotores de tiempos inmemoriales de lo que
hoy llamamos la página escrita.
En la obra citada, Josefo
menciona lo anterior en el parágrafo donde alude a que los judíos preocupados
siempre de sus escrituras, confiaron su relación a sacerdotes y profetas, y nos
hace ver que sus antepasados se ocuparon de sus documentos tanto como egipcios, mesopotámicos, griegos y fenicios,
incluso más todavía, confiando su redacción a curadores primigenios,
cuya profesión hecha costumbre entre ellos, los hebreos, se mantiene por siglos y
siglos, rigurosamente, hasta estos días.
Tierra y pueblo de la Biblia,
de la “Torá”, de los libros históricos, poéticos, proféticos y de la sabiduría
oracular, el Israel moderno es legatario, asimismo en la diáspora, de genios y
talentos como Marx, Cohen, Freud, Hans Kelsen y tantos más, quienes han
derramado el maná de las ideas, del conocimiento científico y humanístico sobre
todas las culturas del mundo como ningún otra nación del planeta.
Un acontecimiento histórico
ha sido el dado a conocer en la FIL de
Guadalajara por el erudito, director del Santuario del Libro en el Museo de
Israel, Adolf Roitman: el lanzamiento de la versión digital en español de los
Rollos del Mar Muerto cuyos descubrimientos por beduinos, en Palestina, hace más
de medio siglo, nos sigue conmoviendo por su revelador contenido sobre los
orígenes de la cosmovisión religiosa que configura nuestras formas de creer,
sentir y aún de pensar. La obra de Edmund Wilson con ese nombre,y con sello del
Fondo de Cultura Económica (FCE), estuvo en el stand de la FIL jalisciense.
Por otra parte, habría que
subrayar la relevancia de los convenios firmados en materia de la preservación,
del uso y usufructo del agua, de índole cooperativa en lo científico, lo
económico y lo social; en todo sentido favorables a
México. En particular, para los productores agrícolas del Sur de la Entidad
confrontados con los del norte por la puesta en servicio del Acueducto
Independencia. Como se sabe, en las ciudades de Jerusalén y Tel Aviv los
israelíes se benefician con agua del Mar Muerto, tratada con dicho efecto. En
esto también Israel es país pionero, benefactor de la Humanidad.
La Noche de Paz en este día y
en estas horas nos hace sentir contigua la presencia de Israel antiguo y
moderno. Están mucho más cerca de nosotros.