Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 27 de septiembre de 2011

CRÓNICA DE LA NUEVA SIERRA TARAHUMARA


                                                      Por Federico Osorio Altúzar

A mediados de la década de los cincuenta, el infatigable y talentoso periodista don Fernando Jordán escribió un ensayo o monografía, con el inigualable sabor de un diario de viajes; hemerográfico en gran medida, que es y seguirá siendo una elocuente reseña histórica del Estado de Chihuahua.
“Crónica de un país bárbaro” hace hablar a la llanura, lo mismo que a las etnias y a los caciques criollos, dejando enseñanzas inéditas que a la fecha pueden servir a políticos, pobladores y estudiosos del Estado grande para una mejor convivencia y un cabal entendimiento. Su relato de La Tarahumara es un vívido recuento de lo que fue, ha sido y es la vasta e imponente  región, escenario de la Conquista, espacio de evangelización de lo que hoy en día las Misiones son imperecedera memoria, asiento de taladores de bosques y aventureros en búsqueda de metales y tesoros subterráneos. A la fecha, en suma, planicies, arroyos, bosques y barrancos que configuran un segmento geográfico olvidado y un capítulo palpitante de nuestra historia actual.
Su lectura o relectura, en esta etapa de transiciones y definiciones, es pertinente a la luz de las políticas públicas que dan a entender que hay la intencionalidad de imprimir nuevos rumbos en la vida de la Tarahumara, después de casi medio siglo de la depredación de bosques y del saqueo impune en su portentoso subsuelo.
Ocho municipios de la Sierra unidos en una sola voz se hacen oír por fin. Esto hace posible que su clamor se atienda con programas audaces en cultivos agrícolas, huertas nogaleras, comercialización de ganado bovino y estímulos para la producción de forrajes. Moris, entre éstos, impulsa y participa en los programas de desarrollo reegional a que se refiere el Plan Estatal de Gobierno, promoviendo con la fuerza laboral de la población el trazo de carreteras y caminos vecinales, represas para contener el agua que irrigue huertos limoneros, de naranjos, aguacates; hortalizas familiares  El mandatario estatal hace acto de presencia para inaugurar la construcción de una docena de presas en puntos claves de la demarcación chihuahuense.
En Manuel Benavidez  anuncia que se trabaja con intensidad en la Ley Estatal del Agua. Y advierte: Chihuahua deja de ser el generoso desierto que regala agua a otros Estados, incluso al vecino país, los Estados Unidos.
Mientras tanto, en Sonora, miembros de la tribu yaqui hacen valer el derecho a la rebelión frente a las acciones arbitrarias motivadas por la construcción del “acueducto de la discordia”, perpetradas por Guillermo Padrés Elías. Sobre el particular es importante comentar que, histórica y políticamente, el PAN es un partido inexperto en el arte de negociar. Ignora lo que son entendimientos, pues su carencia de oficio en el poder y la impreparación de sus administradores y hombres públicos le hacen incurrir, una y otra vez, en acciones irresponsables de corte, incluso, anarquizante. El conservadurismo, modalidad de autocracia, adherente a la dictadura,  es campeón de intolerancia y desacato al Estado de Derecho, en procura de sostenerse sin importarle la ilegalidad, escudándose en la razón de Estado.   
Llama a la conciliación el senador sonorense Manlio F. Beltrones. Quienes votaron a su favor en los comicios del 2006 interpretan la convocatoria como una iniciativa para validar la justicia jurídica  y con el propósito de que brille con luz el principio de “dar a cada quien lo suyo”. Pero dar a quien lo suyo de cada quien, en la tesis del príncipe de los juristas universales, Hans Kelsen, significa hacerlo conforme a derecho. Y no con  arreglo a  intereses particulares, según los dictados de una justicia que se “aplica” de acuerdo con la voluntad del político en calidad de gobernante en turno. 

jueves, 22 de septiembre de 2011

HUERTOS Y FRUTALES POR NARCOCULTIVOS EN LA TARAHUMARA. UN MODELO A SEGUIR





                                                          Por Federico Osorio Altúzar

Una luz en el largo túnel de la intimidación y la criminalidad brilla al final en la remota y marginada Tarahumara. Por cuatro décadas los gobiernos del Estado la dejaron en el más despiadado de los abandonos a merced de taladores de bosques, aventureros de toda laya y a explotadores de minerales, verdaderos saqueadores criollos y extranjeros.  
Afortunadamente, como en el caso del enfermo en condición de agonía (lucha por sobrevivir en sentido etimológico) los pobladores  de ocho municipios serranos (“La Jornada”, 21-09-11) y sus gobernantes se han unido para hacer oír por enésima vez su queja  ante la máxima autoridad estatal representada ahora por el gobernador César Duarte.
Tierra de nadie por la falta de políticas públicas en el decantado capítulo de las inversiones con sentido social, el ostensible vacío fue llenado por los cárteles de la droga en las “mesas” y barrancos del otrora dominio de tarahumaras, pimas y gurajíos, convertido en propiedad privada para sembrar estupefacientes, almacenarlos y comercializarlos en gran escala.
Sin embargo, da comienzo, así parece, la buena hora de la Tarahumara. Enferma por la marginación de sus políticos, convertida en retenes de militares en vez de contar con apoyos crediticios y programas educativos y médicos, comienza el capítulo de la transformación, de la recuperación y de una vida nueva para sus pobladores. Un estilo de vida interrumpido en lo que se refiere a seguridad. Un estilo de vida, sin romper con ancestrales usos y costumbres de convivencia y hospitalidad, de ingreso a la  modernización. Una era de paz productiva con huertos frutales familiares y hortalizas comunales.
Así, en la Tarahumara,  igual que en las zonas marginadas de África, en el último tercio del siglo anterior (con asistencia del Estado de Israel),  se hizo realidad el ideal de la cooperación agrícola con ayuda técnica y con inversiones de la comunidad internacional para sacar a la población de la miseria, también ahora en la Tarahumara bien podría ensayarse el modelo de producción agrícola para extirpar, en este caso, los narcocultivos de una vez por todas y sustituirlos, a través del trabajo organizado, con programas novedosos que incluyan carreteras y caminos vecinales, con escuelas tecnológicas y medios de información. (La idea de una radiodifusora vuelve a renacer)
Morelos y Chínipas, Guachochi y Urique, Batopilas y Moris son municipios de la Tarahumara por ahora beneficiados, entre otros.
Pérez Campos, presidente municipal del último municipio citado, abandera programas audaces de huertos limoneros y naranjos, de aguacates; de frutas y legumbres. Asimismo, de viveros en las mesas que colindan con el Estado de Sonora y lugares de esparcimiento turístico, a fin de hacer de la región serrana en aquellos límites con Sinaloa y Durango, zonas paradisíacas en donde la convivencia y el esparcimiento suplan con creces el terror, el amedrentamiento y la zozobra. 
Bien por la noticia. A un año de formular compromisos y ofrecer cambios a fondo en Chihuahua, en todo Chihuahua, por parte de César Duarte al asumir la gubernatura, hay resultados tangibles, esperanzadores.
 Bien por los gobernantes de los ocho municipios de la Sierra Tarahumara. Se gesta un modelo, a nuestro modo de ver, pionero, que puede llevarse a otras zonas marginadas del país. Bien por los lugareños comprometidos con sus gobernantes, el mandatario estatal a la cabeza. Y bien por México, en cuyas entrañas la lucha por el poder político corre el riesgo de convertirse en botín del crimen organizado.
Y bien, para efecto de promover electoralmente a  la Presidencia al mejor candidato, y para elevar a la nación el sitio que tuvo como en tiempos del extinto mandatario, don Adolfo López Mateos.

domingo, 18 de septiembre de 2011

MANLIO F. BELTRONES: LA REFORMA DEL PRESIDENCIALISMO


Por Federico Osorio Altúzar

En el Día Internacional de la Democracia, el presidente de la Suprema Corte, Juan Nepomuceno Silva Meza, sentenció: Ningún poder está por encima de otro. Su juicio, en modo alguno opinión, corresponde a la investidura y dignidad del titular del máximo tribunal de justicia del país.
Hacen eco sus palabras con la fuerza propia que emana de la Constitución, justo cuando hay barruntos de anarquismo y abuso de poder en varios escenarios de la conturbada geografía nacional. En Guerrero, Nuevo León y en Sonora, la soberbia autocrática hace presencia con la insolencia misma que Luis XIV, rey de Francia, le hizo exclamar: “El Estado soy yo”.
No por repetir una y otra vez el juramento “Respetar y hacer respetar la Constitución”, el aprendiz de dictador se somete obligadamente al principio supremo de que la ley y sólo la ley está por encima del gobernante y que la voluntad jurídica o social determina, sin condición alguna, la conducta de los individuos en sociedad.
En esa tesitura, amerita comentar la propuesta del senador Beltrones, en donde, por cierto, Guillermo Padrés Elías incumple la orden judicial de suspender el llamado “Acueducto de la discordia” y secunda su acción, inspirada en flagrante anarquismo, el delegado estatal de CONAGUA, justificando la continuación de la referida construcción.
En buena hora Beltrones lanza su iniciativa con apoyo en la “bancada” priísta del Senado,  para reformar el presidencialismo mexicano lastrado, como a todos nos consta, de facultades discrecionales que hacen de un poder paritario, el Ejecutivo, un poder máximo, un Poder Supremo, con atribuciones para saltar sobre las restantes potestades del Estado convertidas en sombras. Así, prevalece el rezago iusnaturalista que niega la identidad de Estado y Derecho haciendo este rechazo ideológico, una vez más, gravoso y empobrecedor obstáculo de la convivencia democrática.
Conocedor del ejercicio del poder, por los muy largos años en el desempeño de cargos de representación popular, sin olvidar su actuación en el gobierno del Estado de Sonora, Beltrones subraya lo importante que sería para el futuro de la conducción del país el papel del Ejecutivo en los niveles federal, estatal y municipal, respaldado por la participación colegiada de la sociedad. Apunta, de ese modo, a una reforma que  inaugure gobiernos de coalición (no de colisión) en el que participen en su composición diferentes matices ideológicos y políticos
Asoma, ahí, un parlamentarismo “sui generis”, en donde la gobernabilidad depende de la concurrencia de las diversas corrientes y fuerzas partidistas y se trascendieran usos y costumbres (corrupción a la alta escuela de corte mafioso), formas perversas de manipulación no sólo política sino económica con merma de soberanías en los Estados y los Municipios, como sucede hoy en día. La democracia en México, dice Felipe Calderón, está en peligro. Cierto: hay riesgo de convulsión y de continuar a la deriva.
Pero el verdadero peligro, el riesgo real y latente, es que llegue al poder un representante del mismo crimen organizado, manipulado desde allende la frontera.
Muy oportuna la propuesta del coterráneo de Luis Donaldo Colosio relativa a la  reforma del presidencialismo. Pero cabría esperar que se incorporaran en el texto controles constitucionales para que, nunca más, se repitan sucesos como el asalto a la Carta Magna vía la presencia, en calles y despoblados, del Ejército y la Marina, y menos la de agencias extranjeras en nuestro suelo “violando” soberanía y garantías.
México ha sobrellevado dos décadas de autoritarismo, suplantaciones a espaldas de la voluntad ciudadana, arreglos y concesiones a trasmano con el exterior y pobreza extrema, por la desocupación masiva; por la demeritada oferta educativa. Difícilmente soportaría una década más de humillación y vejaciones.

martes, 13 de septiembre de 2011

GUILLERMO PADRÉS ELÍAS, EL ACUEDUCTO DE LA DISCORDIA


            Por Federico Osorio Altúzar

La construcción del acueducto que iría del sur de Sonora a la capital del Estado con el fin de llevar agua a cerca de un millón de hermosillenses, ha colocado a grupos indígenas de la tribu Yaqui y a representes de ejidatarios y agricultores de la región al bordo de la violencia física. En su contra, por supuesto.
La semana anterior, los inconformes fueron desalojados del tramo invadido de la carretera federal con intervención de la fuerza policial. El saldo es de manifestantes lesionados: desaparecidos unos, retenidos otros y obligados los demás a pagar multa por desacato a la autoridad.
El argumento de Padrés Elías, ha trascendido, es en el sentido de que el acueducto responde a una necesidad imperiosa de carácter social: resolver el apremio de los hermosillenses que carecen  del vital insumo. A su vez, los  inconformes refrendan lo que han argumentado desde el inicio del conflicto; es decir, que el acueducto de referencia no era, no es, la única opción  por parte del gobierno. Con razón es el “acuaducto de la discordia”.
El gobernador Padrés ha sido requerido judicialmente con el fin de que suspenda provisionalmente la construcción de la obra a lo que se ha negado de manera sistemtica, empecinándose en llevarla a su ilegal culminación. De ahí la protesta liderada por miembros de la etnia yaqui, y de ahí las movilizaciones en puerta en contra de lo que la opinión pública en Sonora y en el país se considera una acción autoritaria, lesiva al Estado de Derecho, por parte del mandatario panista.
La dirigencia del PRI anuncia la posibilidad de llevar a  juicio político al jefe del Ejecutivo estatal. No sería nada remoto. Los sonorenses no olvidan que fue uno de sus coterráneos, Plutarco Elías Calles, quien al asumir la Presidencia de la República enunció el lema de que México dejaba de ser una nación de temperamentos para erigirse en un país de leyes. Y un país de leyes es, en definitiva, una nación en la que la coordinación de poderes significa interdependencia y cooperación entre los titulares que los representan. No supremacía; tampoco subordinación.
Descobijar a unos para cobijar a otros, nunca ha sido decisión sabia o salomónica. Jamás ha sido un acto de equidad y de justicia jurídica el dar aquello que es pertenencia de otro, sin su consentimiento, así se trate de una autoridad por más encumbrada que esta sea. Proponiéndoselo o no, Padrés Elías quiere tal vez que se le recuerde como el Robin Hood de Sonora. O bien, el Chucho Roto de la leyenda revolucionaria.
Pero al revés, pues contra la voluntad de usuarios indígenas, marginados y víctimas de vejaciones, Guillermo Padrés se propone dar el recurso acuífero a quienes seguramente podrían afrontar con un alto grado de eficacia  el apremio con medios a su alcance. Claro, en el caso de que el  mandatario procediera con la visión de un gobernante que previene y planifica, evalúa costos materiales y sociales, procede con arreglo a la política democrática de la persuasión y la negociación, apegándose en todo a la legalidad establecida.
Dar a cada quien lo suyo, conforme a Derecho, es principio supremo, incondicional, imperativo, en un Estado democrático de Derecho. Hacerlo, a espaldas de la ley es, simple y llanamente, acto autoritario, anticonstitucional y motivo de consecuencias jurídicas fijadas en la ley de leyes, la Constitución.
Padrés Elías, por lo visto, ignora a sabiendas que la paz social por medio del Derecho es preferible a la violencia organizada o al imperio de la fuerza por encima de las leyes. Olvida, tal vez, que la negociación, la discusión y el  acuerdo se inscriben como capítulo principal en el arte de gobernar con arreglo a la esencia y los valores de la democracia.   

domingo, 11 de septiembre de 2011

PRESIDENCIABLES: PRIMERO EL PLAN, DESPUÉS EL HOMBRE


                                             Por  Federico  Osorio Altúzar

En política, todo indica que el orden de los factores sí altera el producto. Para el senador Manlio Fabio Beltrones, si el PRI quiere regresar a Los Pinos, lo primero que tendrá que hacer es presentar a los ciudadanos el plan de país que presupone para, después, proclamar a quien habrá de liderarlo.
Enrique Peña Nieto, puntero visible en las encuestas del Revolucionario Institucional para abanderar la candidatura de su partido y para triunfar, asegura el PRI, en los comicios de julio próximo, existe “a priori”, de antemano, el plan. En efecto, el proyecto de nación se inscribiría entonces con arreglo a lineamientos generales inscritos en la Constitución. Según su punto de vista, sólo haría falta el hombre que lo asuma y lo refrende con miras a su aplicación en el próximo sexenio.
Serían, así, dos caras de la misma moneda. Dos visiones, dos formas de entender el inmediato y mediato futuro. Se deduce, así, que el papel del sonorense consistirá en ser el operador ideológico, el proveedor de ideas y sugerencias al precandidato y seguro candidato emanado del Grupo Atlacomulco, de donde por cierto han surgido personajes de la talla de un Hank González y, de la entidad, un Adolfo López Mateos, extraordinario estadista con presencia nacional e internacional.
Beltrones llama la atención a la disyuntiva que sugiere que, a la brevedad, Peña Nieto proponga, el plan de país que deriva de la Constitución, a fin de proyectar su precampaña, apoyada en la promoción mediática hacia Los Pinos que, sin duda, adquiere cada vez más arraigo y mucha mayor cobertura. Tiene a su alcance el político de Edomex los recursos humanos, intelectuales y técnicos calificados para la elaborar,  someter a consulta y difundir en todo el país, el plan nacional en ciernes.
En el precandidato Ernesto Cordero (PAN),  ex titular de SHCP, por otra parte, se conjuntan hombre y plan, liderazgo y proyecto, el hombre y su programa de acción. Ahí no se advierte disyunción o secuencia alguna.  Planificador dentro de la dependencia en torno a la cual giran los destinos económicos de la nación, pieza clave en la tarea de captar los recursos financieros y programar su distribución, el aspirante en precampaña abandera el objetivo, prioridad de prioridades según se dice, de dar permanencia al PAN en la sede del máximo poder político en México.
El PRD toma delantera en esta batalla por el poder. Da la impresión de que la elección del candidato sería hasta el final. En Cancún, Manuel López Obrador, ha dado a conocer “El nuevo proyecto de nación, por el renacimiento de México”, en el que promueve un modelo para ingresar airosamente a Los Pinos, con planes, programas y políticas públicas innovadoras. Propone la ética de la responsabilidad y el combate contra la corrupción para dar fin a los privilegios. Que se garantice la  distribución de la riqueza, haciendo resplandecer la justicia y la igualdad. El nuevo plan de nación pide que los poderes públicos sirvan intereses populares, y no los de una clase social minoritaria.
No asoma en esta feria política una propuesta viable, coherente, para refundar el federalismo. Tampoco hay voces que exijan renovar las facultades y atribuciones del Municipio, fuente de disputas sin término, foro partidista y un bastión de la democracia ideal que continúa en espera de crecimiento y desarrollo con justicia y equidad.
Se echa de menos un programa que aliente la autonomía financiera y fortalezca la autoridad con el objeto de que los munícipes dejen de ser báculo del autoritarismo, víctimas del  acoso que obstruye y hace cuesta arriba las tareas de gobierno para aplicar los planes de beneficio local en regiones lóbregas y marginadas en las que indígenas y pobladores humildes son menospreciados y su fuerza de trabajo míseramente retribuida.   

miércoles, 7 de septiembre de 2011

LA POLÍTICA DE LA VERDAD


                                            Por Federico Osorio Altúzar

Ocupa  el Derecho a la Información un lugar privilegiado entre las garantías de la libertad. Se invoca a título de exigencia con el fin de conocer lo que hacen los titulares de los poderes públicos, y para saber acerca de si lo hacen con apego a la legalidad o no.
El pasado 30 del mes anterior rindió su informe de actividades, el líder del Senado, el sonorense Manlio Fabio Beltrones. Dos días después, el jefe del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, cumplió su obligación ante el Congreso de la Unión. Ambos informes trazan el perfil de un México por construir, con rumbo cierto en el primero de ellos. En el segundo, queda la impresión de tratarse de un mundo casi feliz, aunque sin llegar a edénico.
Podría decirse que se trata de dos concepciones, de dos perfiles de nación. Para algunos dichos trazos son como las dos caras de una misma moneda: anverso y reverso. A los ciudadanos, después de todo, tocará decir la última palabra en lo que se refiere al crédito o validez que le merezca uno u otro modelo social y político, habida cuenta que el primero tiende hacia un gobierno impulsado desde la base ciudadana y el segundo tiende hacia la estratificación regida desde los partidos.
Mientras tanto, mandatarios estatales y municipales preparan igualmente los informes que en pocas semanas expondrán en los congresos locales y ante los órganos competentes de cada jurisdicción. Por la situación en que habrán de producirse  concentran el interés más allá de sus demarcaciones aquellos Estados en donde los índices de pobreza, desempleo, insalubridad y escasa oferta educativa registran alzas ostensibles.
Así, hay razonable interés a fin de conocer el informe del Ejecutivo chihuahuense, justamente donde  hace una década reinaba la seguridad pública al grado que su capital, la ciudad de Chihuahua, era calificada en forma unívoca como emporio de confiabilidad, de limpieza urbana y con un clima social envidiable para vivir y gozar del fruto del trabajo personal y familiar. En condiciones óptimas de paz y tranquilidad.
Ahí, hace un año, al tomar posesión César Duarte Jáquez las riendas de gobierno, sin dejar de admitir el clima de violencia y la impunidad imperantes, no obstante se comprometió a rendir cuentas claras, en sí y por sí elocuentes, aseveró, tendentes a una reconversión en favor del orden legal a través de reformas orientadas a combatir la criminalidad, sin dar tregua y mucho menos amnistía, por medio de normas drásticas e inviolables.  
En esa tesitura, el mandatario chihuahuense procede precisamente ahora,  en tiempo y forma, desde el punto de vista administrativo y político, con la diligencia, sabiduría y la responsabilidad pertinentes, a fin de dar validez a su compromiso y certeza a sus ofrecimientos entendidos a la luz de un pacto con la sociedad. Pide a sus colaboradores inmediatos  que le alleguen la información sobre sus respectivas áreas de actividad, con arreglo al principio de hacer valer la objetividad, la transparencia y credibilidad requeridas en orden a que prevalezca la política de la verdad por encima de la verdad de la política.
Por ello, sin duda, pide al nuevo titular de Comunicación Social, a Juan Ramón Flores, “un chihuahuense dinámico y entusiasta”, dice, que impulse una comunicación fluida, bajo el primado de la libertad de expresión, y con el objetivo de que informadores y opinadotes contribuyan, de la mejor manera, a que culmine   la obra pública en marcha.  Y, en ese propósito, dar voz expedita, sin obstrucción alguna, a las expresiones de la sociedad, con todo y sus apremios y urgencias, para que de ese modo lleguen de forma espontánea y sin tergiversaciones hasta el oído de sus funcionarios y autoridades.

CON UN PROYECTO DE NACIÓN, EL REGRESO A LOS PINOS


                                            Por Federico Osorio Altúzar

La vuelta del PRI a la Presidencia de la República está sujeta a principios y condiciones de posibilidad. Una de ellas, la principal, consiste en no retornar a la sede de la que fue expulsado hace dos sexenios, vacía la alforja de proyectos, planes y esperanzas. Quiere volver con una agenda ciudadana en la que esté plasmada la voluntad de la población en programas de bienestar social, concebidos con el aval de todos los sectores, inspirados en el ideal de nación incluyente, participativa y corresponsable. Es decir, con dirección, sentido de asociación y rumbo.
Un país con brújula, da entender el senador Manlio Fabio Beltrones, es aquel que hace de la planeación la palanca de crecimiento con un propósito definido, el desarrollo social. Es un conglomerado social cohesionado con la fuerza y los valores de igualdad, justicia y equidad, los cuales derivan del concepto de nación, y que actúan como faro que ilumina la  marcha hacia el camino del progreso en la libertad.   
Con proyecto de país, precisa, volverá el PRI al despacho del Ejecutivo federal. De otro modo, asegura, sería peligroso, irresponsable y aun  temerario regresar como si fuese el hijo pródigo de la parábola: para recibir los afectos a los que por sí mismo renunció.
El PAN, por cierto, llegó a la Presidencia de la República sin un plan preconcebido, consensado, sometido al crisol de la aprobación popular. Llegó con el portafolios vacío, al azar, de proyectos de desarrollo social, con un itinerario improvisado; sin una orientación clara, unívoca, como no fuese la de asumir, detentar el poder y hacer del mando una forma de ejercer la autoridad para el uso y usufructo de beneficios materiales para sí.
Vicente Fox es el símbolo de la frivolidad y de la ineficacia política y administrativa. Representa el triunfo del predominio proimperialista en el país, bajo el artilugio de la alternancia pseudo democrática. A su vez, el actual ocupante de Los Pinos, Felipe Calderón, es ejemplo incontrovertible de cómo afianzarse en el denominado supremo poder, creando desde sus inicios el enemigo a vencer, el crimen organizado, bajo la forma de un adversario implacable representado por los cárteles de la droga, exportado éste desde los dominios del vecino país, con el apoyo de sus cuerpos de inteligencia.
Ante ese panorama, el ex líder del Senado, Beltrones Rivera,  pone a juicio ante el Sínodo de su partido, el PRI, el apremio de no dar un paso antes de tener el formato, con “agenda et corrigenda”, listo para ser puesto al juicio crítico de los ciudadanos a fin de contar con su validación política. Es decir, para tener el visto bueno, en gran medida, de todos los sectores de la sociedad.
Primero el plan de país, dice Beltrones, y luego quien habrá de abanderar  el proyecto. Antes que nada el mapa ideal, con todo y brújula. Y después, el líder que encabezará la expedición. Un esquema con ideas y con un sustento humano invulnerable.
Habrá que descartar la política como contienda de opuestos según la tesis de Carl Schmitt, la política como asunto bélico, de guerra amigo Vs. enemigo.
Frente a la tesis neofascista está la propuesta democrática de la conciliación de los contrarios, el reinado de la tolerancia, de la participación. Frente a la idea de hacer prevalecer al más fuerte, por su capacidad de acopio de riqueza y control de los medios para generar bienes materiales, está la planeación democrática con todos los recursos humanos disponibles: económicos, intelectuales, laborales. Con todo aquello que hace grande y próspera a una nación: la fuerza política y moral basada en  virtudes intercambiables: la lealtad, el compromiso y la identificación  con el otro, con los demás, en un plano de relativa igualdad y según el esquema de la plena libertad y corresponsabilidad.

viernes, 2 de septiembre de 2011

DÍAS DE INFORMAR: POR UN MÉXICO SEGURO Y CON RUMBO CERTERO



Por Federico Osorio Altúzar

Los días que corren son días para cumplir con el principio de enterar a la población acerca de lo que sus mandatarios, hombres de leyes y funcionarios de justicia hacen en su nombre y representación.  Son días para evaluar lo realizado, efectuar sumas y restas, ponderar la obra efectuada en la administración pública; en suma, en todo lo relativo a la aprobación  de normas de observancia obligatoria.
En el Senado, su Presidente Manlio Fabio Beltrones, rindió cuentas sobre la obra legislativa llevada a cabo en uno de los periodos más inciertos en el México actual. Precedió la ceremonia a la de este 1 de septiembre en la que el jefe del Ejecutivo da cuenta y razón de su actividad en el año que cubre, pero en cierto modo resume los trabajos y los días de cinco años al frente de la jefatura presidencial.
Son dos facetas del quehacer público, por el concepto republicano y las directrices políticas que dan el sello institucional a la tarea de hacer leyes y, asimismo, ejecutarlas.
Del informe del senador Beltrones se desprende la visión de un México en proceso  de cambio, en búsqueda de rumbo. Por otro lado, anticipos del informe del Ejecutivo hacen ver a un México que ha ido de menos a más, del rezago económico y laboral a la estabilidad en los principales órdenes del bienestar humano. Un México triunfalista.
Son visiones disímbolas, encontradas entre sí, aunque no antitéticas o contradictorias; de un mismo sentido o en una misma relación. El presidente  Calderón  describe un México en el cual el cúmulo de promesas y compromisos no deja ver los apremios circundantes. El ex líder senatorial, Beltrones, se refiere por otra parte, a un México en donde (en labios del Presidente Calderón) todo cambia, pero en donde todo sigue igual; es decir, un país, México, en el que si bien mucho ha cambiado, ha sido un cambió “de nomine”, sólo de nombre, pues la política y los partidos permanecen idénticos a sí  mismos, iguales por dentro, en lo que se refiere a su estructura y finalidades, y distintos sólo en cuanto a su apariencia o fachada.
El México de Beltrones mira hacia el inmediato futuro, sin desconocer el terreno en el que pisa. Mira con una visión ciudadana, de ciudadanización en el modo de gobernar y en el método de hacer leyes y hacerlas cumplir, individualizándolas en orden a establecer condiciones admisibles, promotoras de justicia jurídica.
Este México es el México de apremios e insatisfacciones. Es el México que clama por justicia y equidad, seguridad para disipar el temor, la inseguridad, la anarquía y, sobre todo, la falta de certidumbre, de credibilidad y de rumbo.
Es el México en donde ha de ser prohibitivo el “ni” esto “ni” lo otro: en el que ni haya zozobra ante la desocupación, la insalubridad, como tampoco en donde ni la falta de lugar en las escuelas, ni la inseguridad, ni la miseria ahuyenten la inversión, el crecimiento con desarrollo y en donde la exportación de bienes materiales sea una forma para encubrir la fuga de recursos humanos, de personas, víctimas de vejación y  abusos en el extranjero
En esta visión de Estado mucho habrá que construir: reformar la hacienda pública, para que  la riqueza deje de privatizarse y las deudas se socialicen. Habrá que reformar la política a fin de que impere la voluntad ciudadana y no los ímpetus voluntaristas; reorientar las bases jurídicas y políticas de la seguridad  como condición de toda reforma incluyendo la fallida en materia de seguridad pública.
Dos Méxicos: uno que quieren los pocos, la minoría; otro, el que quiere jurídica y políticamente la mayoría. Uno, el de la anarquía; otro el de leyes sabias y previsoras. Aquél, el del terror y el miedo; éste, el de la legalidad y la responsabilidad. En suma, el de la libertad y el goce de derechos y garantías, de la seguridad y el rumbo certero.