Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 12 de noviembre de 2018

LA EDUCACIÓN EN LA UNAM: SIN MUROS NI FRONTERAS


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Mientras el imperio, es decir Estados Unidos, impone la política de 
murallas, de odio y rencores, la UNAM prosigue impasible su enseñanza universal por encima de murallas y más allá de valladares que dividen y separan a los pueblos entre sí.
Su plantel antecesor y progenitor, el fundado por el doctor Gabino Barreda con el nombre de Escuela Nacional Preparatoria (ENP), refrenda y continúa el ejemplo del Alma Mater a través del intercambio académico y cultural con países del Continente y fuera de éste.
Así, la Preparatoria de la máxima Casa de Estudios, envía a la Ciudad Luz, a Francia, a un grupo de alumnos distinguidos en el aprendizaje del idioma en que escribió sus bellas obras Víctor Hugo, en tanto que el próximo año un conjunto de alumnos acudirán a esta capital con el fin de proseguir su formación escolar en el idioma del autor del Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes.  
La educación, así, se opone a los muros y desconoce fronteras. Si es superior o Media Superior más aún.
Desde la antigüedad los judíos, griegos, egipcios e hindúes, dieron por intercambiar conocimientos y recursos prácticos entre ellos sin importar las diferencias ideológicas y económicas que había entre los gobiernos imperiales en turno y sobre todo haciendo caso omiso de la rivalidad y las experiencias bélicas del momento.
Las caravanas existentes en este sentido eran de sabios y conocedores de los misterios que imperaban en la tierra, en las aguas, y en los cielos con sus noches tachonadas de estrellas.
No quiere decir lo anterior que, asimismo, en aquel incipiente intercambio no lo había de armas secretas y no tan secretas con las cuales podían destruirse y hacer tambalear imperios y cofradías. También se hacían emigrar dogmas, creencias y mitos aberrantes. Al igual que ahora, se trataba de  validar teorías y sofismas de contingencia y de ambigüedad para dar la apariencia de verdad y eficacia.
Hubo una época, que ha de continuar en el silencio y la secrecía  propios de estos intercambios, como el propiciado por Einstein o el efectuado por dos pensadores del criticismo filosófico: Ernst Cassirer en Nebraska y Hans Kelsen en Berkeley, California, por los que el imperio, ante el horror de la Segunda Guerra, entreabrió sus puertas a los migrantes en procura de refugio.
Por cierto, el científico y ambos filósofos eran migrantes fugitivos del furor nazi.
Tiempo atrás el naciente imperio había dado entrada a calvinistas y luteranos bajo letal persecución. Hoy lo niega a los necesitados de Centroamérica, aduciendo seguridad y enarbolando tesis contrarias a los Derechos Humanos proclamados por la O N U.
La UNAM y hoy la Preparatoria practican, en aras de la universalidad de los conocimientos y de la cultura en general, el ideal cosmopolita, ecuménico, implicados en la aurora de los intercambios según lo ha dado a conocer David Ridgway en su libro “El Alba de la Magna Grecia” (Crítica, Barcelona, 1983).
La actual directora general de la ENP, Ma. Dolores Valle Martínez, ha dicho con toda razón al respecto que el intercambio es una “gran oportunidad” para el grupo muy distinguido de los preparatorianos de los planteles 5 y 6, el primero de los cuales estuvo, hasta hace cuatro meses, bajo su dirección. Serán portavoces de la educación que imparte la Casa de Estudios en sus institutos, escuelas y facultades, lo mismo en sus instituciones propedéuticas; es decir, en el Bachillerato universitario. En los planteles 5 y 6, la dirección de los mismos corresponde actualmente a Velia Carrillo García e Isauro Figueroa González.

lunes, 5 de noviembre de 2018

MÉXICO, ¿CUERNO DE LA ABUNDANCIA?


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Entre amenazas y promesas, la reciente “consulta ciudadana” deja interrogantes que van desde el preguntarse si, en efecto, todo esto corresponde a una visión nueva de la democracia o si se trata de un conjunto de falacias para engañar a la ya de por sí abrumada población.
Las amenazas de Donald Trump coindicen con la serie de engañifas de que están rodeados estos días previos a la transición del poder en nuestra Patria.
A su vez, el Ejecutivo estadounidense trata por todos los medios a su alcance persuadir y convencer a los ciudadanos de su país, lo que no logró en las urnas, antes de la elección de representantes en el Congreso.
En cuanto a la “consulta ciudadana” para definir la sede del Aeropuerto, proceso y resultado señalan hasta qué grado es posible manipular los principios democráticos disfrazándolos perversamente, por medio de costosas finalidades.
El No a Texcoco y el Sí a Santa Lucía es el principio del fin de una carrera sin sentido. Fue armada con sofismas y falacias la llamada indagación, utilizando con tal efecto los medios digitales y toda clase de instrumentos informáticos para imponer la voluntad de sus promotores.
Al parecer, en apariencia, el financiamiento es algo de poca monta. Las inversiones multimillonarias hechas en Atenco y sus alrededores no importan ya. Los estudios del suelo y del medio ambiente quedan a un lado frente a la perspectiva de comenzar desde cero. México vuelve a ser, así, el “Cuerno de la Abundancia”, inagotable y generoso, como en tiempos de la Colonia. Al fin y al cabo, hay en abundancia oro negro y metales en sus entrañas, con los cuales reponer y hasta encubrir cualquier despilfarro.
Sin embargo, las cosas no son las mismas que hace 3 o 4 siglos.
Los consultados son, hoy por hoy, el hazmerreir, la burla, de la sociedad misma a la que están adscritos. Los consultados saben hoy que  habrán de pagar, peso sobre peso, el engaño de que han sido víctimas. ¿De dónde, pues, saldrán los miles y miles de millones de pesos que fueron erogados para llegar hasta donde se ha llegado con las obras de Texcoco? ¿De dónde, de qué bolsillo, se dispondrá a fin de cubrir las indemnizaciones?
Para algunos, el tema da, incluso, para suponer que de lo que se trata es de echar tierra a lo hecho por el actual Ejecutivo, por el Presidente Enrique Peña Nieto. ¿Con qué objeto, es decir, para qué?
Ahí están como blanco de los impugnadores contra las reformas emprendidas por el actual régimen.
Un ejemplo es la reforma educativa con la cual se trató de poner fin al sindicalismo político, al sindicalismo retrógrado, fuente inagotable de impunidad y corrupción, modelo del uso y abuso de los derechos que implica el deber de impartir conocimientos, evitar el ausentismo y en particular impedir la arbitrariedad y el libertinaje.
Mientras tanto, el tsunami asoma por el Norte y por el Sur.
Por la frontera con Estados Unidos, el ejército yanqui aumenta cada día el número de combatientes dispuestos a contener la avalancha, inspirados en soñar bajo el cielo de tierra extraña, dispuestos a padecerlo todo para conseguirlo. Claro, sin importar la vigencia de los derechos soberanos de otros involucrados.
Por la frontera del Sur, los caravaneros se multiplican incesantemente, provocando acaso a los pobladores con el propósito siniestro de conseguir émulos en su dramática aventura, pagada por quién sabe qué poderes acechantes y maléficos predispuestos a su nefasto servicio.  
Es larga e interminable la cauda de errores y sin ningún acierto hasta ahora a causa de la famosa “consulta”. Han pesado en la balanza mucho más la demagogia y los barruntos de corrupción según la usanza.
Ya veremos.

lunes, 29 de octubre de 2018

HOSPITALIDAD Y TOLERANCIA: LA OFERTA DE MÉXICO

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Bajo el signo de la incertidumbre, la irrupción de inconformes  centroamericanos en territorio patrio suscita conjeturas desde las más sombrías hasta las más optimistas. Depende del interlocutor y también de la perspectiva que se adopte para emitir un juicio esclarecedor en todo esto, más que una opinión subjetivista o de carácter ideológico.
Por lo pronto, nos encontramos ante el callejón sin salida de las contradicciones.
Si el punto de partida es el de los Derechos Humanos, habría que admitir que los integrantes de la Caravana están en su libre arbitrio para asumir la decisión irrevocable de proseguir su itinerario, pase lo que pase.
Hagamos memoria.
Hace siglos, los perseguidos europeos por razones de creencias y de fe, tomaron el rumbo de la peregrinación hacia el norte del Continente, a suelo de lo que son hoy los Estados Unidos de América, en procura del derecho a practicar la religión de su predilección.
Desde entonces, los Estados Unidos fue considerado la tierra en donde se ejercitaba la libertad de cultos, el nuevo Edén o, mejor, el lugar en donde se podía anticipar el sueño feliz de la Tierra Prometida.
Hoy es el hambre, la necesidad extrema, lo que hace de aquel país el paradigma de una ilusión o de un sueño: el denominado Sueño Americano.
El Presidente Donald Trump está haciendo todo lo posible para que la nación bajo su mandato deje ya de ser la nación en la que los necesitados de trabajo y de pan, lo sigan considerando como el país idílico o la nación del Sueño Americano.
Ha dicho que está dispuesto a echar mano del Ejército con aquel propósito, al margen de las soberanías o los legítimos anhelos de los integrantes de la Caravana.
Nuestro país con su Presidente a la cabeza participa en esta explosión humana, invocando los valores de la libertad, la tolerancia y la hospitalidad.
Como en su momento, la nación vecina en vías de consolidarse y alcanzar la unidad a que aspiraban, entonces hospitalaria y tolerante, México abre las puertas de la comprensión y de la libertad para elegir, y lo hace con arreglo al derecho que le asiste como nación soberana y de acuerdo con las taxativas que  a sí misma se ha impuesto.
Subjetivamente, los centroamericanos convertidos en Caravana de la insurrección tienen todo el derecho a repudiar a los líderes en el poder de su país, tienen todo el derecho de buscar donde resolver sus necesidades de bienestar, pero también de no olvidar que objetivamente son merecedores de penas y castigos, en su caso. por su osadía en territorio ajeno.
En otros términos, subjetivamente se es libre a fin de promover el bien social, pero objetivamente habrá que estar a las resultas de ello y  reconocer que hay límites para ejercer esa libertad.
Nuestro gobierno abanderado por Enrique Peña Nieto ha tendido la mano solidaria y dentro de las condiciones de temporalidad establecidas. El ofrecimiento, sin embargo, le ha sido rechazado.
Así las cosas, continuaremos bajo el peso de la incertidumbre acerca de lo que nos espera como nación y con lo que no puede ser sino una grave responsabilidad interna y al propio tiempo ante las relaciones internacionales.
Habrá lecciones que aprender de la crucial experiencia por parte de los involucrados en este fenómeno humano de hondas repercusiones.
Y no es el momento de hacer augurios que podrían ser tomados como rechazo, sumisión y complacencia.
Tenemos encima el tema del aeropuerto, asunto que nos advierte acerca de la improvisación, el despilfarro o, más aún, el de la corrupción mediatizada. Afrontamos los vaivenes de una “consulta” que tiene fallas, errores inducidos o temerarias decisiones adoptadas con premeditación, alevosía y ventaja.   

lunes, 22 de octubre de 2018

ENTRE MUROS Y FRONTERAS: LA CARAVANA ITINERANTE

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No estalló el volcán de la caravana itinerante como el Vesubio sobre Pompeya. Persisten y siguen en pie de lucha países como El Salvador, Guatemala, y otros de Centroamérica.
Se ha diezmado la caravana, pero eso no indica en modo alguno  que muchos de sus integrantes hayan resuelto mantener las demandas: alimentos, medicinas, educación y condiciones mínimas de bienestar.
Dejando a un lado las conjeturas, cualquier hipótesis acerca de los orígenes que dieron lugar a la protesta colectiva contra los gobiernos aludidos, los hechos son testimonio fehaciente de la cólera aunada a la desesperación de estos miles y miles de seres humanos que están dispuestos a morir antes que continuar bajo las garras del terror, el hambre, la violencia y la agonía.
El llamado sueño americano continúa siendo así el señuelo que mitiga efectos lesivos en lo moral y lo material. El despertar de aquel sueño se convierte, entonces, en despiadada pesadilla: horrenda realidad que hace estremecer a los padres de familia y perecer irremisiblemente a los hijos, a las esposas y a los descendientes, sin alcanzar nada a cambio.
Dejan de tener sentido práctico los llamados Derechos Humanos frente a frente de una experiencia ineluctable en la que se mezclan injusticias de toda índole, autoritarismo despiadado y desamparo por parte de tiranuelos y malnacidos usurpadores del poder.
¿Derechos “Humanos”, cuando ha dejado de tener validez la justicia jurídica, la dignidad en el trato y la equidad en las relaciones sociales?
¿”Derechos Humanos”, cuando el envilecimiento ha sustituido al ideal de progreso y esperanza de abandonar la miseria para lograr un mundo mejor?
La caravana itinerante deja al desnudo a líderes usurpadores y ávidos de poder económico y político; también a mandatarios investidos con el voto negociado de naciones otrora merecedora de admiración y respeto.
Nuestro país ha sido víctima, igualmente, en esta erupción sin precedentes. Víctima, pero no agresor, mucho menos provocador con el objeto de obtener beneficios insanos.
Entre promesas y amenazas, la caravana prosigue su destino. Sigue en pos del sueño americano sin temor a toparse con la dura realidad. ¿Hasta dónde llegará ésta que no pocos podrían llamar la caravana de la muerte?
Entre los axiomas que nos legaron los Siete Sabios de la Grecia Antigua figura uno que nos viene a la mente: Promesa, dice, es causa de ruina.
Prometer, decimos, no empobrece. Pero cumplir es lo que aniquila… 
Trump, el presidente estadunidense lleva agua a su molino, o pretende hacerlo, con la insidiosa promesa de hacer valer la soberanía de su imperio. Los republicanos, fieles a su mandatario, harán lo propio a la hora de renovar el Congreso y convalidar su adhesión al  jefe del Ejecutivo.   
Todo puede pasar. Por ejemplo, que los republicanos del Norte den la espalda a su mandatario en apuros. Que a partir del próximo diciembre el líder en la Presidencia de México resuelva poner bajo entredicho la soberanía y deje crecer el número de caravanas itinerantes.
Un respiro es la mención a que la ayuda a los países que naufragan en la miseria hará posible la contención a la migración sin esperanzas. Hacer producir la tierra con apoyo de la tecnología moderna, dejar de oprimir a los indefensos con el uso y el abuso de las extractoras de metales y del oro negro, como si nada. Promover el comercio de alimentos en beneficio de los productores de origen. En suma, respetar la soberanía nacional de los pueblos urgidos de  bonanza y bienestar.
De este modo, el sueño americano podría convertirse en descanso natural, legítimo; sin necesidad a verse orillado al crimen, el narcotráfico y a la violencia.

lunes, 15 de octubre de 2018

ANARQUISMO: LA RESPUESTA DEL RECTOR DE LA UNAM



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De Norte a Sur, desde Argentina a los Estados Unidos, pasando por México, el anarquismo pretende hacer de las suyas.
De manera diversa, promueve la rebelión ante las convenciones estatales.
El ensayo del periodista sudamericano, Víctor Ego Querot, reproducido en el diario “La Jornada” el pasado domingo con el revelador título “Vivir en una democracia criminal”, pone de relieve hasta qué grado llega la comisión de crímenes sin castigo y cómo la violencia rebasa todo límite hasta convertirse en sustituto de la tolerancia.
Los hechos deplorables ocurridos últimamente en la máxima casa de estudios (la UNAM) junto con los crímenes perpetrados en diversas partes de la Nación, lo mismo en Venezuela, Brasil, Nicaragua y otros países,  da íntegra razón el académico de Argentina.
La errática confusión entre Universidad y Estado, entre autoridades responsables de velar por la integridad de la autonomía y órganos creados con el fin de propiciar la paz y la armonía social, degenera en actos que van de la protesta bien entendida por conductas lesivas al régimen de libertades para enseñar, investigar y difundir la cultura, hasta la organización de acciones contestatarias, incluso punibles, que ponen de relieve propósitos aviesos y lesivos para la institución como también para la sociedad y para los autores de la que bien podría calificarse de provocación.
Adquiere sentido lo anterior cuando se toma en cuenta el pliego petitorio dirigido al Rector de la UNAM con el objeto de obtener respuestas del jefe nato de la institución sobre temas controversiales y otros ya resueltos con antelación. El colmo: juzgarlas fuera de tiempo.
A unos días, los peticionarios recibieron respuestas objetivas, en tiempo y forma, apegadas a la legislación nacional en asuntos educativos, relacionadas con la seguridad y la equidad en los planteles universitarios.
Hay ejemplos que hablan acerca de esto último, como en el caso de alumnos expulsados por la institución en apego a normas establecidas por la Universidad, de acuerdo con la facultad que le asiste y dentro de los límites señalados a sus funcionarios.
En cuanto al ejercicio de la normatividad institucional, el rector Graue Wiechers  refrendó la letra y su significado de la autonomía, punto en el que difieren los quejosos. Para empezar, la UNAM no es una ínsula, un Estado más dentro de un sistema federalista inexistente. Las leyes que la rigen para cumplir con sus fines son generadas en el seno legislativo en el que se inscribe su origen y destino. La arbitrariedad es lo que cuenta en el planteamiento de los peticionarios como desahogo anarquista y anhelo por equiparar Universidad y Gobierno o, más aún, identificar Universidad y Estado.
Hace 50 años el rector Javier Barros Sierra, en muchos sentidos Rector Magnífico al igual que el rector Guillermo Soberón, hizo valer el principio de la autonomía ante los violadores de la misma con los recursos a su alcance, sin dar a unos lo que en rigor pertenecía a la contraparte.
En su carta rediviva, misma que leyó hace poco su hija en el plantel 6 de la Preparatoria, expresa que si bien los inconformes tenían camino a seguir él asumiría el suyo: apego a la legalidad nacional y acato a la interna que ampara a la Universidad de la que fue rector: validada por su comunidad en consonancia con la letra y el espíritu constitucional, en concordancia con la normatividad vigente.
Hoy, el rector Enrique Graue Wiechers convalida desde su investidura los principios de autonomía y legalidad que imperan en la casa de estudios. A los universitarios –directivos, maestros, alumnos y personal administrativo- corresponde, de modo urgente, sumarnos a dicha convocatoria.

lunes, 8 de octubre de 2018

LEGALIZAR EL CRIMEN: ES DECIR, AL DAÑO LA OFENSA


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Flota en el ambiente la idea de legalizar los narcóticos en nuestro país. Sin ser una terminante novedad, las propuestas al respecto no dejan de ser una verdadera amenaza a la seguridad, un reto al principio de vivir en armonía y en un ambiente de paz social. 
Sólo unas mentes enfermas con todo el poder para decidir y ejecutar serían capaces de llevar a la debacle a una nación en apuros económicos, sin  sedicente vocación moral y en medio de estrecheces de toda índole, a su derrumbe total.
En las primeras páginas de su “Historia Universal”, H. A. L. Fisher
dejó escrito: “Un hombre sano no necesita narcóticos”. Luego haría la siguiente reflexión en el sentido de que sólo  podría suceder así: “Cuando se hubiese roto la espina dorsal de un pueblo…”
La pregunta que antes de incurrir en lo que parecería ser una aberración y la ruina de nuestro tambaleante estado democrático, o en vías de serlo, sería en primera y última instancia, si la nuestra es o no una sociedad enferma, al borde de ello, en camino de la extremidad como para caer en la ansiedad o estado de perturbación fatal.
La crecida violencia y la desenfadada criminalidad en que vivimos no es pretexto válido para incurrir en una resolución fatídica como para que los cirujanos mayores dictaminaran el uso y hasta el abuso de las drogas para contener la ola de crímenes, los feminicidios y la trata de seres humanos.
Regular la siembra, permitir la ingesta de narcóticos y saciar las ansias de vecinos imprudentes sería el mayor absurdo en el que podíamos caer junto con nuestras condescendientes autoridades.
Por fortuna existen medicamentos eficaces para corregir males comunes y fuentes de placeres sanos como el teatro o la música para obtener la sanidad o el anhelado estado de bienestar en vez de tener que acudir a los narcóticos para resolver situaciones fuera de lo común.
Asimismo, el comercio de lo que hasta ahora es prohibitivo y objeto de sanciones penales no es la panacea para nuestro déficit
en los ingresos públicos y una forma de cubrir los aranceles que se traten de imponer por las vías autoritarias de los imperialismos en boga.
Por largo tiempo hemos sido víctimas de los abusos del exterior como para dar puertas abiertas a los poderosos de fuera.
Desde el punto de vista del comercio internacional, tampoco es un alivio duradero el sustituir a los braceros de antaño y a los partidarios del llamado “sueño” en beneficio de los opulentos.
No es cuestión de legalizar el libre comercio de los estupefacientes, promover la exportación hacia sociedades contagiadas de “ansiedad” por las cosechas de narcóticos como antes lo hubo de alimentos y mano de obra, de fuerza humana en condiciones ventajosas y nada equitativas.
Legalizar el cultivo, el uso y la exportación de droga será, en todo caso, para beneficio de la criminalidad, de los traficantes de estupefacientes y de los hacedores de fortuna con recursos mal habidos. Por fortuna quedan márgenes de tiempo para recapacitar, con el propósito de evitar y hasta impedir la comisión de males peores de los que nos ha tocado sobrellevar.
No a la legalización de estupefacientes. No a su cultivo y a su importación como sustituto de la migración ilegal y la importación y uso indiscriminado de armas.
Con el historiador arriba mencionado, H. A. L. Fisher, cabe señalar que sólo una mente enferma, en el caso una sociedad enferma, requiera de la ingesta de narcóticos.