Dio comienzo en Cajeme un sentido homenaje al doctor Norman Borlaug, Premio Nobel de la Paz (1970) y líder de la Revolución Verde protagonizada en el Valle del Yaqui. El munícipe cajemense, Rogelio Díaz Brown, presidió el acto conmemorativo en su calidad de anfitrión. Asistieron al cónclave eminentes científicos y representantes de naciones cuya población se salvó de la hambruna merced a los hallazgos del Nobel estadouniense-sonorense. El ITSON, benemérita casa de estudios en el Valle, compartió la histórica celebración: su rector, Isidro Cruz Medina, proviene del CIANO, Centro de Investigaciones Agrícolas del Noroeste, en donde efectuó su magna obra el Dr. Borlaug y en cuya sede educativa, el ITSON, se prosigue su legado revolucionario.
Enrique Martínez y Martínez (SAGARPA) habló del
genial investigador. A 5 años de su deceso y cumplidos cien años de su
natalicio, Norman Borlaug seguirá siendo un mensajero de la paz sobre el
planeta, un moderno Hermes portador de buenas nuevas. Sin recurrir a las armas
destructoras, sin detonar conflicto alguno, el Nobel de la Paz dio por derrotar
en la crucial década al implacable enemigo de la Humanidad: el hambre.
Graham
Farquhar, de la Universidad Nacional Australiana, participante en la “Cumbre
Borlaug” de Cajeme, seguidor de las enseñanzas de Borlaug, advirtió en su
conferencia magistral acerca de los efectos venideros del cambio climático y
sus efectos en el mediano plazo si se prosigue, como en el Noroeste mexicano, el
deterioro ambiental.
El
presidente municipal de Cajeme, mencionado antes, reconocido como un
político-ecólogo por la defensa del agua y su oposición frente a la destrucción
ambiental abanderada por el gobernador del Estado, Padrés Elías, con la
construcción del Acueducto Independencia y el trasvase del vital líquido por
ese medio, elogió el legado del genetista, por hoy en latente crisis dada la
impune y agresiva depredación ambiental, a ojos vista.
Hizo
notar que Norman Borlaug inspira la defensa del agua como recurso básico para elevar
la productividad agropecuaria; su revolucionaria obra, a pesar de la
confrontación, la insensatez y la impunidad, sigue alentando ideales y promueve
vocaciones de progreso y bienestar. Su mensaje perdura en aulas y laboratorios
de universidades y tecnológicos como antorcha que ilumina los horizontes del
porvenir en donde se columbran nubarrones que habría que prevenir con el
auxilio de las ciencias y las tecnologías moderna..
Borlaug
dejó enseñanzas indelebles. Mostró y demostró que centros como el CIANO y
tecnológicos públicos como el ITSON de Cajeme, son espacios idóneos para la
invención y las aportaciones creadoras. Contribuyen a revolucionar conocimientos
y a poner en práctica sus beneficios prácticos de requerida utilidad. Tienden
puentes de comunicación y entendimiento entre la política bien entendida y los
centros de enseñanza superior. Reorientan y enriquecen los programas académicos
en temas como el cuidado del agua y la protección ambiental.
El
Centenario ha dado origen a la “Cumbre Borlaug”, cónclave de reconocidos
hombres de ciencia, da relieve particular al homenaje. Confirma que hay hombres
que no son mortales y que la gratitud al honrar, honra a los organizadores.
En
el Día Mundial del Agua y con motivo del Centenario, se produjo el anuncio del
Primer Mandatario acerca de efectuar reformas en el uso y administración del
agua. Anticipa inversiones multimillonarias y el inicio de plantas desaladoras
en costas mexicanas.
Entre
tanto, circulan noticias tranquilizadoras motivadas por la declaración de “sitios
protegidos” en esteros como El Soldado (Guaymas) y La Cruz (Bahía de Kino). Esto podría ser, entre
otros, el principio del fin de los actuales abusos de autoridad, de anarquismo
y de impunidad.