Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 25 de diciembre de 2017

2018: LA ELECCION DE LOS MEJORES

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A muy poco tiempo de los venideros comicios, los electores del país se alistan para ejercer su derecho al voto, mientras los aspirantes hacen lo propio para realizar sus campañas y dar a conocer su oferta política equivalente al plan de gobierno en el caso de ser favorecidos por los votantes.
De nombre, hay variedad de objetivos, aunque todos, por cierto, son los mismos. Entre otros, seguridad, anticorrupción y transparencia; igualmente régimen de libertades sin cortapisas, legalidad e inviolabilidad del Estado de Derecho.
La oportunidad, no el oportunismo, es el criterio para distinguir la búsqueda y con la finalidad de llevar a cabo la elección de los mejores.
De ahí la importancia de llevar el experimento hasta sus límites propios en donde los tiempos cuentan como condición de posibilidad para efectuar unos sufragios confiables.
En Sonora, por ejemplo, se hacen pronunciamientos al respecto, inusitados si se toma en cuenta que la actual administración pública lleva apenas el inicio de su gestión y ocurre el cambio partidista en el poder.
No obstante, vale como ejemplo a seguir, dado que en la mayoría de los casos, nombres, perfiles personales y, sobre todo, las propuestas a cumplir son de corte reciente y difícilmente asimilables por parte de los electores.
Así, la entrevista de Daniza Vega a uno de los precandidatos al gobierno de la Entidad, Ricardo Bours Castelo,  cubre los requisitos implicados en la tarea de buscar y encontrar a quienes no sólo se consideren a sí mismos como los mejores sino con tiempo de por medio y llevar a cabo la correspondiente valoración con el propósito de tener, consecuentemente, los mínimos márgenes de equivocación o desacierto.
Daniza es directora editorial de “Tribuna del Yaqui”, diario en el que publicamos, junto con otros impresos en el país, nuestras opiniones y comentarios.
La lectura y relectura de su entrevista despejan el camino para sopesar, con objetiva claridad, la temática formulada con suficiente antelación.
Habría que tomar en cuenta que el entrevistado pertenece a una familia distinguida en su natal Cajeme. Por añadidura es hermano de quien fuera mandatario estatal: Eduardo, con idénticos apellidos.
Esto último es razón de más para colocar sobre la mesa de las decisiones los elementos clave a fin de tomar decisiones con el carácter de  certidumbre, objetividad y confianza, lo cual da validez y confirmación en la toma de las decisiones.
En su papel de entrevistadora, Daniza logra lo que idealmente es el objetivo de un avezado escrutador con el propósito de poner en la letra impresa los rasgos personales del posible y futuro competidor por el voto ciudadano.
A nuestra modesta forma de ver, alcanza, con inteligencia y profesionalismo, el indagar hasta qué punto el entrevistado se considera ser de los mejores con la finalidad de que los ciudadanos puedan dar su voto de confianza y depositar el sufragio correspondiente para la óptima conducción de los destinos del Estado.
Atraviesa Sonora situaciones que requieren de estrictas evaluaciones que van de lo cuantitativo a lo cualitativo. Y viceversa.
Hoy más que nunca en la Entidad pionera de la modernidad en varias modalidades, la educación, la salud y las comunicaciones vecinales e interestatales, lo material requiere insertarse en lo social sin egoísmos de clase y sin  justificaciones que lleven a la marginación que esté en contrapartida de los Derechos Humanos o de la nefasta discriminación.
La elección de los mejores despeja los horizontes aún lastrados por la tolvanera de la corrupción y la perversidad.

Las elecciones en puerta en el próximo año podrán servirnos de valioso parámetro. Pero es “necesario navegar”, como sugería el filósofo poskantiano Pablo Natorp.   

martes, 19 de diciembre de 2017

GUERRAS DE ISRAEL: LA NAVIDAD AYER Y AHORA

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De nueva cuenta el Medio Oriente está dando sobre qué hablar.
Y lo que se escuchan son gritos de dolor, llantos y muerte sin término.
Haciendo a un lado el hecho de que la chispa que se hace hoguera fueron las declaraciones del mandatario estadunidense, Donald Trump, acerca de Jerusalén, habrá que admitir que el tema ha estado latente en el espíritu y los corazones de los judíos, así como en la disposición de los pueblos de Occidente, particularmente del país del Norte, capital del imperio que predomina en nuestros días: los Estados Unidos.
Trump, en efecto, utiliza como pretexto el rencor acumulado desde hace tres cuartos de siglo en la región. Es ya distante la resolución de la ONU sobre el territorio que fuera “cuna de la nación judía”
Jerusalén, la capital del Estado desde la época del rey David, hoy está envuelta entre presagios de muerte y devastación como en tiempos de la Guerra de los Seis Días. Y los territorios administrados (ocupados para los árabes) se tiñen de pólvora y sangre, sobre todo de seres humanos inocentes.
El mundo islámico, el que se encuentra dispuesto a validar el terrorismo
como estrategia de lucha, está presto a convertir las fronteras de Israel y Gaza en campo bélico para dirimir el histórico diferendo.
Esta Navidad será recordada en todo el planeta como la paradoja de las paradojas, la contradicción plena y para muchos absoluta.
Pues mientras la cristiandad celebra el nacimiento de quien proclamó la paz como fuente y origen de la igualdad entre naciones y  el amor hacia el semejante, resulta todo lo  opuesto: el odio cunde sobre el girón de tierra, la tierra de Canaán: la muerte en vez de la vida y la esperanza de vida en el más allá para los seguidores de las enseñanzas del Hombre de Galilea.
A decir verdad, todos los Estados independientes, todas las naciones que han logrado su libertad tras dominación extraña, tienen el derecho de elegir, por consenso, la capital de su jurisdicción, con voz y voto en el seno de Naciones, asimismo, bajo un régimen de libertades a fin de escoger sus propias metas y destinos.
Jerusalén está entre la disputas de vida o muerte por parte de judíos y árabes. Sede de las multicitadas religiones: la del Dios único, la de Alá y su profeta Mahoma y la de la cristiandad fundada por quien se llamó a sí mismo el Hijo de Dios, es por hoy campo minado por el terror desatado y por la disputa imperial abanderada por el republicano Donald Trump.
Al margen de la pugna entre Oriente y Occidente rediviva en horas de veneración por el amor y el humanitarismo, Israel en tanto nación independiente está en su derecho de reclamar lo que ha demandado siempre: la sede de su capital, Jerusalén, como el símbolo y garantía de un pueblo en permanente diáspora, en vigilia por su participación en los anhelos de todos los seres humanos, sin distinciones de raza, creencias o ideologías.
Jerusalén es la capital eterna para los judíos. Es símbolo y paradigma de
autonomía y bien entendida, de igualdad ante la sociedad internacional.
Y no habría porqué impedir y obstaculizar lo que es propio de la independencia, la autonomía y la No Intervención.

Negar ese derecho es quitar el carácter a Israel  de paradigma humano. Es restar en lugar de enriquecer el régimen de libertades, bandera que está por encima de la incomprensión, la rencilla y todos los efectos del primitivismo, de lo ancestral y legendario.

lunes, 11 de diciembre de 2017

JERUSALÉN: LA CIUDAD SANTA, CAPITAL DE ISRAEL

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“Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que son enviados a ti, cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos, ¡pero no quisiste!”
Así reza el texto bíblico.
Hoy, de nueva cuenta, la Ciudad Santa, la urbe convertida en cabeza principal del reino por decisión de David, rey de Judá, es vuelta a encumbrar  con  igual convicción, entereza y plena voluntad por los judíos de ahora.
El Presidente Donald Trump, quien es autor de las más polémicas decisiones, incluyendo las críticas del régimen nuestro, ha colocado al
país oriental en centro de lo que está siendo la más furiosa respuesta por parte de los adherentes del Islam y buena parte del mundo árabe.
Llevar de Tel Aviv a Jerusalén la embajada de Estados Unidos es, para musulmanes y árabes, una verdadera provocación.
Los principales líderes israelíes, desde David Ben Gurión  han insistido en que se reconozca a la Ciudad Santa en capital de su nación, a fin de que se culmine el proceso de reintegración del pueblo hebreo, en permanente diáspora de su tierra originaria.
Los primeros resultados de lo que se avizora como encarnizada lucha, alertan acerca de lo que podría convertirse en la más terrible de las “intifadas”, en chispa fatídica y envilecedora capaz de envolver a todo el Medio Oriente y aún a lejandos e insospechados puntos geográficos.
El sueño redentor de Herzl se está volviendo verdadera pesadilla para los pobladores colindantes del girón territorial, en indefinida disputa.
El ocasional viajero de aquellas tierras, acaso no se percataría en los inicios dela década de los 80 que el conflicto lejos de haberse terminada estaba latente en espera de una ruptura de una paz que en el fondo no era sino prolongada tregua. Era todo normal, aparentemente.
A diferencia de lo ocurrido en otras comunidades meso orientales la historia del pueblo de Israel ha sido de precaria quietud y de una incertidumbre mezclada a la malevolencia de sus enemigos.
La llamada Canaán terrenal, copia de la calificada  como celestial por creyentes de varias religiones, ha sido una y otra vez víctima de la destrucción, el vasallaje y el acoso por parte de gobiernos extranjeros.
El Holocausto en tiempos del dictador Adolf Hitler apresuró al regreso de la comunidad judía al territorio de sus antepasados. Quienes vaticinaron el fin último de aquel pueblo errante, con motivo de los crímenes colectivos, no tomaron en cuenta la vocación de lucha de sus integrantes dispersos por todo el planeta. Supusieron, tal vez, que la identidad de la nación judía era un asunto de meras conjeturas o  expresión de efímera expresión.
Era previsible, asimismo, la respuesta bélica de los islámicos y de los países árabes ante lo que estiman ser una provocación de parte del impositivo mandatario estadunidense.
No se descarta, sin embargo, el hecho o vinculación histórica de los Estados Unidos  con Israel, desde tiempo atrás, particularmente en lo que tuvo ver con la resolución de la ONU a finales de la Segunda Guerra Mundial.
A la política imperial presidida por Trump conviene asumir la defensa de Israel, refrendando su aspiración de contar con la capital del país en la sede histórica, por siglos de los siglos, de Jerusalén, la Ciudad Santa.

lunes, 4 de diciembre de 2017

BIBLIOTECA NACIONAL Y E N P: LOS BIENES COMUNES

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Entre libros y educación hay un puente que comunica estrechamente. Hay continuidad entre unos y otra. La enseñanza requiere de obras tanto como las páginas editoriales de autores experimentados, formados en todos y cada uno de los espacios del conocimiento. Aquellos confluyen para informar. Esta forma y al propio tiempo informa.
En esto hay hilos de continuidad.
Las instituciones en donde se alojan los libros y la comunicación educativa a menudo registran sucesos insólitos de contigüidad en el tiempo y el espacio.
Así, por ejemplo, y sin ir muy lejos, este año han celebrado sendos sesquicentenarios la Biblioteca Nacional y la Escuela Nacional Preparatoria. Ambas, germinadas y gestadas en tiempos del Presidente Reformador por excelencia, don Benito Juárez. 
El viernes pasado, lo. de diciembre, se efectuó el acto con el cual la UNAM festeja la promulgación de la Ley Orgánica de Instrucción Pública, el documento jurídico más relevante del siglo XIX en materia educativa,  elaborado y decretado por el titular del Ejecutivo.
Como era de esperarse, fue la directora general de la Escuela Nacional Preparatoria, maestra Silvia E. Jurado Cuéllar, quien usó la palabra a fin de comentar el hecho histórico que dio bases para crear la institución que ella reorganiza y coordina y de la que, en su momento, estuvo al frente y poniéndola en acción don Gabino Barreda.
Recordó Jurado Cuéllar cómo el Presidente Benemérito alcanzó la admiración y el respeto, dentro y fuera de nuestras fronteras, por su audacia innovadora contenida en la Ley Orgánica mencionada.
No se olvidan los rasgos sobresalientes del orden normativo liberal que otorgaban a la educación el carácter obligatorio de la gratuidad y el sentido laico en la impartición de la enseñanza básica. Asimismo la naturaleza libre y responsable de la enseñanza media superior y superior por encima de prejuicios y dogmas religiosos o políticos.
De sus palabras se desprende la dignidad y fortaleza de la institución que ha albergado a los talentos personales de centenas y decenas de egresados que han dado lustre a la nación: científicos notables, hombres de Estado, artistas y pensadores ejemplares.
La educación integral que predomina actualmente en los nueve planteles de la Preparatoria son testimonio fehaciente de las bondades de aquella reforma primigenia que sigue dando óptima cosecha en nuestro tiempo.
Informa y al propio tiempo forma la Escuela Nacional Preparatoria en los cauces del humanismo lo mismo que en los de la ciencia natural y en el arte. No descuida, sin embargo, la preparación técnica que deriva de la revolución cibernética de nuestros días.
Sin competir con otras instituciones que egresan personas útiles en áreas industriales y burocráticas o de aplicación inmediata, quienes desempeñan labores profesionales no han descuidado la importancia del taller o de las ocupaciones experimentales.
La autonomía que ampara a los universitarios no se explicaría sin la Ley Orgánicas originaria. El triunfo de la libertad de enseñanza, de investigación y extensión cultural que deviene de la década de los treinta, parte de 1867, de la Ley Orgánica del Presidente Juárez, incluyendo a su cercano colaborador, don Gabino Barreda.
150 años cumple la Biblioteca Nacional al igual que la Preparatoria de la UNAM.
Una y otra, los anaqueles en donde se ubican las obras de los autores de todos los tiempos y en todas las vertientes del saber, y las aulas, auditorios y campos deportivos que configuran a la Máxima Casa de Estudios constituyen un núcleo similar, entendido como bienes comunes.

De este modo, la UNAM ha sido, es y seguirá siendo patrimonio de la Humanidad.

lunes, 27 de noviembre de 2017

RETOS DE LA AUTONOMÍA: HOY, ANTE LAS CONTINGENCIAS

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No todo son festejos en la Universidad Nacional. Cierto es que la institución celebra el sesquicentenario (150 años) de la Escuela Nacional Preparatoria. Es decir, conmemora la promulgación, diciembre 2 de 1867, de la Ley Orgánica de Instrucción Pública, por el Presidente Benito Juárez, con arreglo a la cual se crea el plantel, la Escuela Nacional de la Preparatoria que dará apertura a la educación ilustrada.
A lo anterior se suma la primera década de haberse declarado a la UNAM como “Patrimonio de la Humanidad”. 
Ambas celebraciones son fechas históricas, lo cual da un significado más profundo de lo que parece, a primera vista, a lo expresado por el rector Enrique Graue en cuanto a lo inaceptable de que haya universidades en riesgo por falta de recursos.
Así, el tema resulta apremiante, diríase ineludible, por lo que se refiere a su planteamiento y correcta resolución. Por tanto, sería muy lamentable tratar de ocultar los peligros reales y latentes, o bien  postergarlos soslayándolos sin más.
Ciertamente no es lo económico el factor determinante para el buen funcionamiento de los centros de educación media y superior. La ley de autonomía es el fundamento sobre el que se ha construido y constituido el régimen de libertades de enseñanza, investigación y difusión y extensión cultural.
Sin embargo, las contingencias coadyuvan en la tarea con el propósito de salvaguardar o no el papel de los establecimientos de enseñanza en la paz social, el progreso y la armonía ciudadana.
Los sismos de septiembre pasado, la reconstrucción de viviendas por los efectos telúricos, los temores que derivan de la sobrevivencia del TLC, aunado a los dimes y diretes provocados por la competencia electorera, están repercutiendo en la administración pública de los recursos presupuestarios. En consecuencia, está puesta la mesa para justificar la magra erogación de los medios de subsistencia y en consecuencia para la inversión de dinero, la más productiva, en actividades académicas sustantivas.
En el corazón de la reforma educativa suceden las contingencias que hacen cada vez más difícil avanzar en los frentes que más importan a la sociedad. El riesgo a que aluden los conceptos del rector Graue es múltiple, a juzgar por el grado de indefensión de las instituciones educativas.
Por un lado, está el deber de las autoridades educativas a fin de rendir cuentas en tiempo y forma, con legalidad y transparencia. Asimismo, la función de los sindicatos universitarios se entiende como un factor de equilibrio, y no buscar y obtener privilegios fuera de la normatividad vigente. Es al final contraproducente.
Y el riesgo mayor en todo esto, al modo de ver, es el de la intromisión externa (congresos y cámaras locales), con el objeto de imponer por medio de recursos legaloides presiones ideológicas que afecten directamente la autonomía de los centros educativos.
Finalmente, cabe señalar como una contingencia más, real y latente, la presencia de los cárteles de la droga, el narcotráfico, ante el debilitamiento y necesidades materiales de las casas de estudio, de por sí acosadas por los tentáculos y las agresiones que hay por la venta de estupefacientes.
Ante las contingencias, es hora de escuchar voces como las del rector Graue que advierten sobre los peligros que hay en el intento de suspender o regatear el sostén de las instituciones públicas dedicadas a la enseñanza integral.

Estamos todavía a tiempo.

domingo, 19 de noviembre de 2017

EL TLC Y LA UNIDAD AMERICANA BAJO AMENAZA

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Al comenzar la quinta ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), lo primero que salta a la vista es el encono con el que se han efectuado las anteriores entrevistas.
El libre comercio ha sido puesto en tela de juicio, y con ello los beneficios en materia de desarrollo y crecimiento, sobre todo para la nación más vilipendiada: México.
Las amenazas están a la orden del día. Unas veces  son los gravámenes fiscales. Otras, la migración. Finalmente, el Tratado dejaría de ser multilateral para convertirse en una especie de “ley del azadón”. Es decir, todo para acá; nada para los demás.
Una muralla invisible, pero temeraria por su eficacia demoledora pende sobre las cabezas de Canadá y sobre los hombros de nuestro país.
De manera similar a lo que ocurrió con el tratado que dio sentido a la Unión Europea, se tejieron en torno al TLC diversos y numerosas ilusiones y esperanzas hacia el futuro del Continente.
De la apertura comercial, es decir, de la inmediata utilidad y los beneficios materiales se ha transitado a la reivindicación de una ciudadanía para todos. La paz permanente se alzó como un trofeo de  aquel fragoroso proceso negociador.
Igualmente, en vez de la ciudadanía común, está el caso de Gran Bretaña, la discriminación y el racismo suplieron al ansia de igualdad de oportunidades y el cierre de fronteras.
Lo que allá produjo el terrorismo islámico, aquí lo está condicionando el narcotráfico, el negocio y consumo de las drogas.
Amenazado el Tratado por la nueva administración republicana, desde los Estados Unidos se han lanzado más advertencias al grado que en vez de negociación o renegociación se trata de una sutil manera de encubrir lo que sería franco y abierto ejercicio del más fuerte. Del trasfondo emergería una dictadura por parte del país más poderoso, comercial y políticamente.
Está en juego el ideal del igualitarismo, asimismo, los principios de equidad y tolerancia.
Queda aún la espera por una modernización efectiva del Tratado. Si bien la esperanza es lo única que resta al final de la polémica, habría que aguardar la llegada de la cordura y el buen entendimiento.
América sigue siendo, no obstante, el Continente del futuro.
La unidad de América, con todo y la palmaria diversidad, con todo y la desigualdad en cuanto a desarrollo y tocante a progreso y crecimiento, es la estrella polar que puede guiarnos hacia puerto seguro.
Está de por medio la propuesta de practicar cada quinquenio una especie de introspección, con la finalidad de corregir, enmendar y quitar los obstáculos acumulados al paso del tiempo.
Aprovechar las lecciones del mediato e inmediato pasado es requerimiento ineludible frente a frente de  la voluntad de cambio de rumbo, sin llegar al extremo de derribar o sepultar todo lo bueno que sea el remanente.
La unidad de América es el antídoto para vencer a los colosos del crimen.
El imperio de la democracia ha de ser la vacuna preventiva ante los prejuicios y el virus de la imposición y la dictadura.
La gran prueba es, por hoy, la sobrevivencia del TLC.
La gran negociación podrá más que las amenazas veladas y aterradoras.
Un TLC renovado es garantía de unidad en medio de la diversidad.

La quinta ronda, en este áspero proceso, bien podría ser el comienzo de una Era de paz, libertad,  creatividad y modernidad