Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







viernes, 30 de enero de 2015

PAVLOVICH ARELLANO: CANDIDATA PRIÍSTA DE UNIDAD



El concepto de unidad es, a partir del 26 de enero, el término clave en la contienda del PRI para dar nuevo significado a la alternancia en la patria chica de los  Obregón y de los Calles. Claudia Pavluvich Arellano fue designada candidata del Revolucionario Institucional.
Proviene la senadora con licencia, de linaje ilustre.  Su progenitora, Alicia Arellano Tapia, fue alcaldesa de Hermosillo y honorable integrante del Senado de la República.      
Hoy tiene sobre sí la compleja y por tanto  ardua tarea para lograr la unidad de su Partido en calidad de representante del PRI y con el propósito de competir y vencer en los próximos comicios. Unidad ante todo, es el lema implícito no sólo de la contienda en su fase inicial, sino postulado de unidad institucional sobre todo en el caso de que resultase vencedora en losc comicios en puerta.
Decir que se sacó el tigre de la rifa es decir poco ante los desafíos que habrá de enfrentar. Por lo pronto, la “guerra sucia” sale alu paso, asociándola como defensora de sedicentes responsables y autores manifiestos de la tragedia en la Guardería del IMSS en Hermosillo. El campo de batalla se presenta, desde los inicios, plagado de acechanzas. Está minado por todas partes.
Los opositores del PRI, particularmente el PAN de Calderón y de Padrés, ven la alternancia con visos de continuidad recogiendo, con ese efecto, banderas que los llevaron al triunfo en pasadas elecciones.
Sonora es, por hoy, una Entidad fragmentada política, social y económicamente hablando. Es un Estado enfrentado y confrontado entre sí, en el cual las instituciones operan en términos de una mínima potencialidad. Municipios y Estado, Ejecutivo y representantes de Alcaldías padecen el síndrome de la disyunción, el flagelo del divorcio forzado por las circunstancias, lo cual no hace sino dividir y confrontar el organismo jurídico-político y dar magros resultados. Incluso se padece profundo, grave deterioro del Estado de Derecho.
Mano sabia, recta, con la ductilidad imprescindible en estos casos, es la que tendría que utilizar Pavlovich Arellano en caso de que los ciudadanos la conviertan en Mandataria y coordinadora de los destinos políticos, sociales, culturales y económicos de la Entidad.
En caso de que su triunfo vaya acompasado con la reciente victoria obtenida en el CEN priista, Pavlovich Arellano tendrá que habérselas, además, con el enigma aún indescifrable que plantea el Acueducto Independencia.
Hay quienes apuestan a que el Acueducto pasará la prueba de las contradicciones, el filtro de la contienda jurisdiccional como si nada y que habrá, en todo caso, tras el compás de espera, una insólita resolución salomónica de última hora. Quedaría entonces como un monumento a la insensatez política, como expresión de un desafío frustrado al Estado de Derecho. Pero hasta ahí.
Acaso emerja la opción contemporizadora formulada por el alcalde Rogelio Díaz Brown, conciliadora no sólo políticamente, sino administrativa, jurídica y económicamente: La alternativa de las plantas desaladoras, aprovechando la bendición de las generosas lluvias veraniegas en territorio sonorense y en el país. De ese modo, la idea de que el agua es para todos adquiriría el sentido de insumo salomónicamente resuelto y objetivamente regulado. Dejaría de ser pretexto y óbice para la desunión y la confrontación entre los sectores sociales, políticos y productivos de la sociedad.

Desde hoy Claudia Pavlovich tiene ante sí una ingente y multiplicada misión. Candidata de unidad, su destino dependerá de la capacidad de persuadir, con propuestas inteligentes y creíbles, sobre la bondad del ideal de la alternancia convertida en transición para el progreso y el crecimiento sin discriminaciones. Con justicia y con equidad. Sonora, sus ciudadanos, así lo esperan.

jueves, 29 de enero de 2015

ITSON Y UAS: UN CONVENIO INTERINSTITUCIONAL

  


En un vasto crisol educativo, dos instituciones vecinas, la Universidad Autónoma de Sinaloa y el Instituto Tecnológico de Sonora, se enlazan entre sí por medio de un convenio que cabe denominarlo magistral por la forma y el contenido.
Según los términos del acuerdo, se trata de una convención cuyos objetivos trascienden los límites geográficos y propician una verdadera hermandad: la del cultivo del conocimiento en sus diversas expresiones.
Ciencia y experimentación, teoría y práctica se disuelven y diluyen en el convenio recién formalizado dejando atrás viejas formas utilizadas para dividir el saber conceptual y su aplicación empírica.
Sin el conocimiento teórico, bien lo sabemos, no hay experiencia posible. Y ésta, por su parte, da pautas seguras para la confirmación de las hipótesis consideradas punto de partida del razonamiento hacia su consiguiente demostración.
Un lazo ejemplar que une a estas casas del saber es el objetivo común de servicio al entorno social en que se ubican. El acuerdo sienta las bases, dice el documento, para el desarrollo de proyectos y programas concebidos por una visión social; es decir, a fin de resolver premuras y demandas de quienes son su razón de ser y el sustento material
La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) tiene consigo una larga y nutrida historia en los anales de la educación. Proviene de una centenaria tradición que le da su carácter de magistral en diversas acepciones.  Ha sobrevivido a fuertes vicisitudes ideológicas, sin descontar barruntos de violencia en pasadas décadas.   
El Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) proviene de un pasado que tiene su comienzo en los inicios de la segunda mitad del siglo anterior. Cumplirá en este año de 2015 sus primeros sesenta años, tomando en cuenta sus antecedentes que datan de 1955, bajo la denominación de Instituto Tecnológico del Noroeste, a saber el no olvidado ITNO.
Su actual Rector, dinámico y diligente doctor en Estadística, Isidro Medina Cruz, lo califica de institución joven, abierta al futuro. Sobre todo, de puertas francas para todos aquellos que sienten vocación por el saber científico y las destrezas técnicas, como también pasión de servicio hacia los demás. Es decir, a la comunidad según todas sus carencias y expectativas.
En cuanto a su congénere, la UAS, acerca de su Rector, el máximo coordinador educativo, habría que decir cómo su nombre, Juan Eulogio Guerra Liera, trae a la memoria el de un destacado maestro del ITSON, el nombre del abogado cajemense, Juan E, Guerra Aguiluz, ya finado, del elenco de maestros fundadores de la institución en sus cátedras de Lógica, y hasta donde dan los recuerdos, de Cvismo en los niveles de Preparatoria y Secundaria.
Investigación científica y formación práctica van de la mano en el magistral convenio. Asimismo, el intercambio entre académicos y alumnos atiende, por igual, a la enseñanza y a los estudios que hacen posible la formación teórica como la experimental en la clase y el laboratorio a fin de participar activamente en el desarrollo de planes para el crecimiento económico.
Una palabra más sobre el ITSON En sus orígenes tuvo al frente  como directivo a un ilustre académico, cardiólogo muy reconocido, oriundo de Mochis, Sinaloa, al Dr. Julio Ibarra Urrea, ex rector asimismo de la UAS. Entonces ex funcionario de la UNAM,  hoy mantiene respetuoso retiro a sus más de noventa años, tras de haber servido brillantemente en los dos claustros universitarios.            

Más que islas separadas, actualmente se requiera de un vasto archipiélago de universidades y tecnológicos hermanados por el saber, la inventiva y la honestidad intelectual. Este convenio ilustra, ejemplarmente, sobre el particular.

miércoles, 28 de enero de 2015

CLAUDIA PAVLOVICH: CANDIDATA PRIÍSTA DE UNIDAD

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El concepto de unidad es, a partir de este 26 de enero, el término clave en la contienda del PRI para dar nuevo significado a la alternancia en la patria chica de los  Obregón y de los Calles. Claudia Pavluvich fue escogida para ser candidata del Revolucionario Institucional.
Proviene la senadora con licencia, de linaje ilustre. No se olvida que su progenitora, Alicia Arellano Tapia, fue alcaldesa de Hermosillo y honorable integrante del Senado de la República.      
Hoy tiene sobre sí la compleja y nada cómoda tarea de lograr la unidad de su Partido en calidad de representante del PRI para competir en la ardua batalla de los comicios de junio próximo. Unidad ante todo, es el lema implícito no sólo de la contienda en su fase inicial sino postulado de unidad institucional sobre todo en el caso de que resulte vencedora en el candente episodio comicial en puerta.
Decir que se sacó el toro de la rifa, es decir poco ante los desafíos que habrá de enfrentar. Lo estamos viendo con lo que, en estos días, experimenta el  vencedor de la pasada elección de julio de 2012 para la Presidencia de la República. La alternancia como episodio político nacional o local no está libre de presiones, pruebas, acechanzas y riesgos, en la medida que es el paso previo a fin de dar el siguiente, trascendental y significativo, de la transición hacia estadios mejor calificados en la vida democrática y en la convivencia nacional.
Sonora es, por hoy, una Entidad fragmentada política, social y económicamente hablando. Es un Estado enfrentado y confrontado entre sí, en el cual las instituciones operan en términos de una mínima potencialidad. Municipios y Estado, Ejecutivo y representantes de Alcaldías padecen el síndrome de la disyunción, el flagelo del divorcio forzado por las circunstancias, lo cual no hace sino dividir y fragmentar el organismo jurídico-político y dar magros resultados. Incluso se padece profundo, grave deterioro del Estado de Derecho.
Mano sabia, recta, con la ductilidad imprescindible en estos casos, es la que tendría que utilizar Claudia Pavlovich Arellano en el caso de que sus coterráneos la conviertan en su Mandataria y la eleven como guía y coordinadora de los destinos políticos, sociales, culturales y económicos de la Entidad.
En caso de que su triunfo vaya acompasado con la reciente victoria obtenida en el CEN priista, Pavlovich Arellano tendrá que habérselas con el enigma aún indescifrable que plantea el Acueducto Independencia.
Hay quienes apuestan a que el Acueducto pasará la prueba de las contradicciones, el filtro de la contienda jurisdiccional como si nada y que habrá, en todo caso, tras el compás de espera, una insólita resolución salomónica de última hora. Quedaría entonces como un monumento a la insensatez política, como expresión de un desafío frustrado al Estado de Derecho. Pero hasta ahí.
Acaso emerja la opción contemporizadora formulada por el alcalde Rogelio Díaz Brown, conciliadora no sólo políticamente, sino administrativa, jurídica y económicamente: La alternativa de las plantas desaladoras, aprovechando la bendición de las generosas lluvias veraniegas en territorio sonorense y en el país. De ese modo, la idea de que el agua es para todos adquiriría el sentido de insumo salomónicamente resuelto y objetivamente regulado. Dejaría de ser pretexto y óbice para la desunión y la confrontación entre los sectores sociales, políticos y productivos de la sociedad.

Desde hoy, es decir, desde anteayer, Claudia Pavlovich tiene ante sí una ingente y multiplicada misión. Candidata de unidad, su destino dependerá de la capacidad de persuadir, con propuestas inteligentes y creíbles, sobre la bondad del ideal de la alternancia convertida en transición para el progreso y el crecimiento sin discriminaciones. Con justicia y con equidad.

lunes, 26 de enero de 2015

CÓMO PERDER LAS ELECCIONES: “ENTRE POLÍTICOS TE VEAS”



No sólo en Guerrero y Michoacán, también en Sonora y Chihuahua, la disputa por el poder ejemplifica el modo de cómo perder las elecciones: postulando no a los mejores sino a los peores. Ahí está a punto de que los comicios del 2015 sean los más violentos  en el país.
Los políticos en el poder, producto de la alternancia y la nula transición a la democracia, dan enseñanzas deplorables, por una parte, sobre cómo no ha de ejercerse el poder delegado por el pueblo y para el pueblo. Por otra parte,  con su presencia en sedes consagradas a la participación ciudadana hacen arenas pugilísticas, lo cual deja mucho que pedir a quienes, confiados en el discurso falaz de no pocos hombres públicos, padecen desencanto, confusión y desconcierto por el futuro inmediato de sus haberes, por la inseguridad de sus familias y del destino de la sociedad acosada por el crimen organizado y la voracidad de funcionarios de “cuello blanco”.
Contribuyen al presente deterioro de las instituciones públicas, la mafia de políticos que, en particular, hacen el papel de francotiradores de la política reformista del jefe del Ejecutivo federal, poniendo oscuridad en vez de transparencia; corrupción  e impunidad en lugar legalidad; hurto a manos llenas en donde debiera existir   honradez republicana. Así gratifican a sus mecenas los líderes partidistas, los gobernantes y funcionarios encargados de conducir a buen puerto la nave de la administración política delegada por voluntad popular, a la cual pagan con traición y deslealtad.
La crisis en los mandos públicos comienza desde el momento en que el llamado arte de gobernar se transforma en arte de mentir, de engañar con lujo de cinismo provocativo, haciendo del ejercicio del poder un trofeo según la máxima convertida en principio de acción: que el mejor es aquel que miente, persuadiendo y mintiendo más.
Derechas, izquierdas y representantes de la tercera vía a la mexicana, aliados en gran medida de la corrupción, hacen del método de la mentira propagandística su principal y eficaz arma. De ese modo, la gobernabilidad  se vuelve asunto de mercado, de compra-venta y forcejeo en un  expendio presidido por la demagogia y la falsedad. 
Las cosas van de mal en peor. Lo de Tlatlaya y Ayotzinapa es secuencia de la veloz carrera del poder por el poder. Es capítulo principal de lo que ocurre en Sonora y Chihuahua, para citar casos ejemplares. Los llamados vacíos de poder, el triunfo de la impunidad, las alianzas y el contubernio de los enfermos por dinero ajeno (de la población), dan pábulo al saqueo en todos los niveles de la organización política federal.
No hay sede nacional, estatal o municipal a salvo de actores que olvidan que hay espacios a los cuales acudir a fin de dirimir asuntos personales, y órganos encargados de establecer justicia dando a cada quien lo suyo, conforme a Derecho. Hace ahí olas la frivolidad.
El sentir ciudadano deja asomos evidentes: uno de ellos, el desprecio a quienes hacen de la falsedad un modo vergonzante de argumentar. Es decir, el desdén hacia aquellos que utilizan la retórica como el arte de mentir a sabiendas que el clientelismo electoral tiene reglas que, una vez rotas, las consecuencias son de alto costo. Así, pues, el abstencionismo es arma de varios filos: daña al civismo nacional, pone en su lugar a los negociantes del poder; hace retroceder la participación ciudadana y el compromiso popular.

“Entre políticos te veas” es, quizá, la expresión directa de la repulsa ante los más recientes sucesos de exhibicionismo por parte de los cárteles políticos, disputando lo que consideran el más apetitoso placer: el enriquecimiento ilícito. La plutocracia es, sin duda, monstruo de mil cabezas y ¡ay! de quienes son víctimas del canto de sus encantadoras sirenas.

viernes, 23 de enero de 2015

POLÍTICA MENOS ESTADO DE DERECHO IGUAL A CERO



En Sonora la política militante domina por encima del Estado de Derecho. Cuesta trabajo afirmarlo, pero lo que ocurre ahora contradice ¡y en qué medida! la tesis del expresidente Plutarco Elías Calles, sonorense de pura cepa quien, al término de la etapa armada de la Revolución, afirmó que el país dejaba de ser una Nación de temperamentos y pasaba a ser un Estado de leyes. Vale decir: un Estado democrático de Derecho.
Lejos estaba el militar y estadista de imaginar que su patria chica, Sonora, al cabo de un siglo se volvería solar baldío, jurídicamente hablando, por obra y gracia de su actual autoridad. Para ésta, la política es la expresión de la voluntad personalizada del Ejecutivo, cuyo lema hace recordar el enunciado atribuido a Luis XIV, el tristemente célebre Rey francés. Asunto de apariencias.
La resolución de la SCJN en torno al Acueducto Independencia, festinada publicitariamente por Guillermo Padrés y su grupo en el pode, como un triunfo pleno que justificaría la operación del Acueducto, abona la presunción en el sentido de que es posible, y aún legítimo, resolver los problemas anteponiendo la ley de la fuerza en lugar de proceder según la máxima: Todo por la fuerza de la ley.
Sin echar las campanas a vuelo, los dirigentes del Movimiento Ciudadano por el Agua, Adalberto Rosas López  y al frente el alcalde Rogelio Díaz Brown, tenaz e incólume defensor de los derechos implicados, ponderan con mesura y disposición analítica el dictamen que para el común de las gentes es enigmático y de difícil comprensión,
Sobre el particular amerita transcribir el pronunciamiento del Munícipe. Dice así,   con su proverbial mesura y franqueza: ”El siguiente paso es el de esperar el engrose donde se detalla cómo fue la resolución y demostrar que la operación del Acueducto es ilegal, que fue mal hecho y no cumple con los requisitos mínimos que pide la Ley”.
Contrasta lo anterior con las expresiones delirantes de victoria rotunda, con los exabruptos de los partidarios del gobernador Padrés ante el críptico fallo considerado, en principio, confuso, profuso y difuso.
En otros sentidos hay voces impremeditadas que hablan de una premiación gratuita a la ilegalidad y denuncian los numerosos atropellos del político en ascuas, exigiendo justicia ejemplar, todo ello en el umbral del retiro del solio fabricado a la medida de su ambición. No faltan, así, los corifeos de sus cófrades tras el trono.
Pero ni victoria absoluta ni triunfo pleno, tampoco derrota estrepitosa, caben en estos tiempos de la alternancia y menos todavía a la luz de la propuesta reformista y bajo el reflector de la transición hecha gobierno.
Tiempo al tiempo.
Queda todavía un importante respiro en esta larga polémica en la cual está en juego el triunfo de la ley o el del Estado de Derecho entendido como la verificación del principio de la constitucionalidad de la legislación y de la legalidad de su ejecución.  

Queda en suspenso, con todo y el lenguaje críptico de los señores ministros adscritos al Supremo Tribunal, a fin de que se dirima el punto mediante el cual se ordena reponer la autorización del Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) Corre, mientras tanto, el periodo de los 30 días para que se reponga la consulta a los directamente interesados (ejidatarios indígenas y productores del Valle del Yaqui), llevada y traída durante los enojosos, costosos en lo político y sobre todo en lo jurídico, de este interminable sexenio padrecista. Y de nuevo se abre un compás de espera para el cumplimiento del protocolo en torno a la  audiencia con quienes temen por el futuro pronosticado por los hombres de ciencia sobre el deterioro irremisible del entorno ambiental en cuestión. El MIA se ofrece como vía para finiquitar lo que hoy parece callejón sin salida. “Cosas veredes, mi querido Sancho”.