Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 30 de octubre de 2012

GRUPOS DE PODER: AGENDA PARA LA DEMOCRACIA






El tema de la reforma del poder pasa, sin duda, por la revolución mediática. La vuelta del PRI a Los Pinos motiva las más encendidas polémicas de que haya memoria en la antesala de la renovación del Ejecutivo federal. Grupos como “Yo Soy 132” rompen lanzas contra la mediocracia llevada a sus extremos opresivos, enarbolando proclamas en favor de la sociedad de la información.
Tesis como las contenidas en Tecnopolítica (Stefano Rodotá, Planeta 2000) son esgrimidas con una deliberada intencionalidad en defensa de la democracia, condicionando la utilidad de las nuevas tecnologías de la comunicación a su ejercicio y práctica. O bien, enuncian un nuevo sentido del humanismo clásico, moderno y posmoderno, apoyado en la revolución informática a que se refiere Mario Bunge en “Crisis y Reconstrucción de la Filosofía” (Gedisa, 2002)
En la UNAM, las discusiones, propuestas y reflexiones críticas están a la orden del día. Nada es ajeno a la Casa de Estudios en lo que se refiere al examen, al debate ideológico, al enfoque discursivo y al conocimiento objetivo de lo que ocurre en el entorno social. Aquí, cabe mencionar “Conflicto y poder en la UNAM. La Huelga de 1999”, publicación de Gerardo L. Dorantes en el año 2006.
La presentación reciente de otro libro suyo “Grupos de poder y construcción de agenda en la institucionalidad del Estado” (2012) , convalida lo anterior. Su autor es profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, comunicólogo universitario de “cepa pura” como diría el ex rector Guillermo Soberón, a quien prestó diligente colaboración, lo mismo que al rector Sarukhán. Ha entregado gran parte de su vida laboral,  en esa relación, a Rectoría de la Universidad y a la Secretaría de Salud en el Gobierno federal.
Dorantes pone el acento en la construcción de la agenda para la democracia. Con ese efecto, sugiere  que si se trata de configurar una genuina sociedad de la información es el Estado, con los recursos institucionales  a su alcance, el inmediato depositario de la voluntad popular para establecer límites entre lo privado y lo social, para normar la actividad de empresas dedicadas a la publicidad sin deterioro de la libertad de expresión y la promoción de bienes y servicios. En suma, al Legislativo corresponde precisar, con aquel objetivo, la esfera de los derechos y las obligaciones a la luz de la imputación legal.
El libro de Gerardo Dorantes es oportuna convocatoria a los políticos, a los universitarios, a los comunicólogos y a todos aquellos que tienen a su alcance la misión de expresar sus ideas, sus vivencias y experiencias sobre este asunto. Se destina, asimismo, a quienes asumen el poder, y en particular a las mujeres y hombres responsables de cambiar los derroteros de la sociedad a fin de impulsar, por la vía “de jure” y, por tanto “de facto”, la transición hacia la democracia.  Así, el riesgo no sólo de una Presidencia “de pantalla”, o de una sociedad electrónica, erigida por medio de la “encuestocracia” y las redes informáticas, no pasará de una presunción o intimidación anunciada, latente, pero no llevada a sus últimas consecuencias.
Medios, no fines (mucho menos fines absolutos) son los recursos que provee la denominada revolución informática. Son útiles para el logro gradual, incesante, hacia la sociedad abierta a que se refería Karl R. Popper. La República ideal, no quimérica, a la que aspiramos, es aquella que se construye y reconstruye con el método de la jurisprudencia y en virtud de la actividad diligente, previsora y creadora, por lo tanto, de los titulares de los poderes públicos. Esta es  una conclusión que deriva de la lectura del ensayo de Gerardo Dorantes.

lunes, 29 de octubre de 2012

UNA BOMBA DE TIEMPO EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA




Una bomba de tiempo ha sido lanzada al recinto senatorial. Miembros del bloque contestatario en el Congreso (Cámara Alta) denuncian la insólita desaparición de un fragmento en la minuta que contiene la iniciativa de reforma laboral. Se trata del relativo a la protección del gremio minero en lo relativo a seguridad, particularmente en la minas de carbón.
Toca al claustro de senadores, ahora, desactivar el artefacto explosivo. En sus manos está el hacer de la propuesta un ordenamiento sabio y previsor; o bien, que permanezca como catálogo de disposiciones con dedicatoria en favor de los expoliadores de la dignidad humana, y a fin de que los depredadores prosigan en el solio de la opulencia y la fastuosidad. Con el objeto de que no haya más dramas como el de “Pasta de Conchos”.
La ocasión se ofrece como una disyuntiva crucial. El Senado ha corrido la suerte de ser considerado un órgano colegiado, cuyos integrantes avalan, justifican sin más las propuestas suscritas en la Cámara Baja. Sobrelleva la impronta, desde tiempos de la Roma imperial, de ser obsequioso con los intereses de la aristocracia, a la orden de los poderosos, económica y socialmente.
Tradicionalmente el Senado ha sido símbolo de la estratificación de clases en donde ocupa la cúspide en la tarea de formular leyes que norman la actividad de la población. Es decir, ha sido ponderado como una especie de Sínodo nocturno, al modo del referido por el filósofo Platón en su República absolutista: los sabios y políticos deben gobernar; los estrategas y militares defender a los encumbrados; en suma, para los trabajadores, el deber es producir y bienestar a los ociosos privilegiados.
Esta vez, a los señores senadores, a los barones de la ley, les incumbe la nada grata ni cómoda responsabilidad de enderezar los entuertos provocados por sus pares, los señores diputados, y enmendar, por la vía que les faculta la Constitución, el contenido  de las minutas que les son turnadas con la finalidad de que la población sea destinataria de leyes sabias y previsoras, a su servicio y en su respectivo beneficio.
A los señores empresarios, inversionistas en el sector minero de origen extranjero (grupo México y Peñoles), usufructuarios de la riqueza que se produce en las entrañas de la tierra, otrora perteneciente a campesinos y ejidatarios, se atribuye la injerencia en las deliberaciones de legisladores  obsecuentes con el fin de mutilar la reforma en aquel capítulo en donde la abyección, la miseria y la marginación detrás de toda tutela, respecto a  los Derechos Humanos, escapa al principio fundamental de la justicia jurídica. Es decir, en donde la imputación legal es sustituida cínicamente por el imperio de la impunidad.
En beneficio de ellos, los empresarios apátridas, remanente humano de la Colonia, traficantes de personas, recursos bélicos y magnates de toda laya, se borraron de la minuta, denuncian legisladores, disposiciones a fin de poner orden jurídico y administrativo, entre quienes, olímpicamente favorecidos, han obtenido este año, de enero a septiembre, casi 30 mil millones de pesos en utilidades. Cosecharon recursos  por casi el 50 por ciento de lo que el Gobierno dispone para atender el programa Oportunidades. O igual porcentaje que el destinado al programa del Seguro Popular.
El turno es, consideramos, para los senadores de la República el poder enderezar lo torcido. En el órgano legislativo hay, sin duda, políticos experimentados con madera de estadistas, Hay personas con visión histórica; con enjundia de patriotas; con estatura de líderes para encabezar la transición hacia la igualdad y la equidad. Asimismo, entendidos y resueltos para hacer leyes sabias buenas y previsoras, capaces de corregir entuertos.

lunes, 22 de octubre de 2012

ESPINOSA SUÑER: PREPARATORIANO ILUSTRE




 Diversos méritos concurren en la persona de Enrique Espinosa Suñer, universitario muy distinguido, preparatoriano sobresaliente, funcionario al lado del rector Guillermo Soberón durante la transición de la UNAM a la estabilidad institucional, después de la azarosa década de los 60.
Su designación,en 1974,había sido recibida con unánime beneplácito. A la fecha,sehacían sentir vientos renovadores después del aciago 68 y recorría buena vibra en aulas y bibliotecas; auditorios y campos deportivos. Sería un digno sucesor del jurisconsulto Moisés Hurtado González.
Así, Enrique Espinosa asumiría el timón preparatoriano en una  de las encrucijadas más complicadas y a la vez más fascinantes del siglo XX universitario en México. Los rescoldos de la lucha sindical en la UNAM resultaban todavía quemantes. El porrismo anidaba en los planteles preparatorianos, y el activismo político trataba de hacer de las suyas.
Asumió las funciones con gallardía, propia de su edad (menor a los 40 años), rodeándose de académicos, administradores. comunicólogos experimentados, todos,en la difusión y extensión de la  cultura.Llegado  el momento, procedería con apego a la legislación universitaria y amor a la Preparatoria, inspirado en los más altos ideales y objetivos.
El modelo educativo vigente había sido acordado en enero de 1964, en tiempo récord, elaborado en el despacho del rector Ignacio Chávez con el concurso de Alfonso Briseño Ruiz, director general de la ENP y Francisco Larroyo, director de la Facultad de Filosofía Letras.
Espinosa Suñer consideró propicia la ocasión a fin de que a la reforma de la autonomía, se aparejara la del bachillerato. Por tanto, desplegó una exhaustiva consulta a la comunidad preparatoriana precedida del proyecto a cargo de los órganos colegiados de la ENP, y con el apoyo de una campaña informativa, audaz y convincente, con la finalidad de enterar a docentes, alumnos y empleados acerca de la necesidad de renovar el mapa curricular, involucrar las más recientes técnicas de enseñanza, promover programas de actualización para docentes; en fin, renovar desde sus bases el modelo educativo en vigor.
Llevó su propuesta al Consejo Técnico interno, cuya aprobación ocurrió sin mayores incidentes. Con el acuerdo en las manos, acudió al Consejo Universitario en donde la iniciativa fue aplazada para tiempos mejores. Tiempos que, desafortunadamente, aún no llegan.
Nueve meses después, el rector Soberón entregaría la estafeta a Octavio Rivero Serrano, razón aducida para que no prosperara el pedimento. Después de solicitarse al nuevo rector continuar el proceso, la respuesta sería la siguiente: en virtud de que nueve meses más tarde terminaría su gestión Enrique Espinosa, no era aconsejable dejar el compromiso a la entrante administración.
Hace un mes, Enrique Espinosa Suñer dio una conferencia magistral en el plantel “Antonio Caso” de la ENP (la llamó modestamente “charla”) en la que vertió el “baúl de los recuerdos, sucesos y anécdotas de su paso por la ENP”. Evocó peripecias del 68 y  efectos sobre las actividades docentes, de investigación y difusión cultural. Se refirió, además, a la suerte que ha corrido la reforma del bachillerato, a los sinsabores de un sueño no culminado y a la importancia de proseguir la tarea. Su mensaje, de actual interés, fue una oportuna convocatoria justo cuando la actual directiva preparatoriana, encabezada por Silvia Jurado Cuéllar, ha retomado el reto universitario de principios de siglo: el de la hasta ahora denegada reforma.
Se dice que la tercera es la vencida. Pero será así en la medida que se abrevien  tiempos y el camino sea una línea recta, sin rodeos ni vericuetos, por encima de obstáculos, lastres y empedrados obstructivos, en vísperas del sesquicentenario en el venidero 2017.

viernes, 19 de octubre de 2012

EN LA UNIVERSIDAD BEN GURIÓN, LA TENTACIÓN TOTALITARIA




Israel, desde su fundación en 1948, era, junto con Líbano, islas en el convulso Medio Oriente en donde la democracia resplandecía en el seno de sus parlamentos, en las páginas de sus diarios, libros, así como en sus centros de estudios desde los cuales irradiaba, con singular vigor y originalidad, la cultura superior en todas sus expresiones.
Nadie y nada hacía temer entonces por el quebranto y la ruptura de aquello que los griegos de la antigüedad denominaban “parresía” (franqueza, verdad, crítica, deber, según Michel Foucault en su obra “Discurso y verdad en la antigua Grecia”)
Si bien Gilbert Murray había puesto en relieve  el paralelismo entre el genio helénico y la Inglaterra de su tiempo con su obra genial “Grecia clásica y mundo moderno”, cabría destacar que hay vínculos de continuidad entre la Atenas de Pericles y la capital religiosa y política de cristianos e israelíes, Jerusalén, en pleno corazón del siglo XX.
Tolerancia, cosmopolitismo, pluralidad étnica y en particular amor hacia el debate público de las ideas y las propuestas, eran entonces rasgos comunes que advertían en Israel moderno una savia fecunda entre los descendientes de Abraham, a pesar del forzado destierro  y las desventuras  inherentes a la Diáspora.
Hoy en día, sin embargo,  en Israel se viven horas, días y semanas de angustia y zozobra como nunca antes a causa de nefastos sucesos que aluden a barruntos de acoso, hostigamiento, discriminación y enrarecimiento del clima de libertades y respeto a las convicciones, a las ideas y a la opinión pública.
En la Universidad Ben Gurión se ha ido de la controversia en la discusión académica de las doctrinas y las tesis políticas al sojuzgamiento de carácter dogmático; de la espontánea confrontación ideológica a las denuncias y acusaciones; en fin, de las movilizaciones en contra de profesores críticos al reclamo y a querer validar la amenaza de expulsión de investigadores y docentes. Se llega, inclusive, a extremos aberrantes: por ejemplo, de exigir el cierre del Departamento de Política y Gobierno de la Universidad, por parte del movimiento estudiantil ultraderechista “ImTirzu”.
El American Political Science Association,  que reúne más de treinta universidades en el vecino país, ha enviado un escrito al Consejo Israelí de Educación, haciendo notar lo que a su juicio representa una involución en el hasta ahora vanguardista régimen de la libertad de enseñanza y de investigación, por los sucesos que afrontan docentes y directivos, así como estudiantes, en la prestigiada institución, la cual lleva el nombre del ilustre estadista, cofundador de Israel moderno.
El semanario israelí “Aurora”, editado en español , entera sobre la disposición  del gobierno para suspender la exención a los jóvenes ortodoxos de prestar servicio militar por razones de su fe religiosa, tema que divide la opinión pública en el Estado hebreo.
Líbano en llamas e Israel bajo efectos de la tentación totalitaria hacen temer por el futuro de la libertad, la tolerancia y la libertad política y religiosa en aquel lejano rincón desde el cual la democracia encendió faros de luz y esperanza. Los ideales clásicos de la igualdad, la erística y la convivencia en paz y armonía sufren embates tanto o más destructivos que los misiles y los cañones.