Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 30 de mayo de 2017

EL TLC EN LA MIRA: NEGOCIAR LO QUE FALTÓ

  Resultado de imagen para tratado libre comercio


Después de la tormenta de amenazas, cumplidas unas fallidas otras, viene lo del Tratado del Libre Comercio, así conocido por sus siglas en español.
Lo del Muro, da la impresión de haber quedado un poco atrás. Los propios representantes de su partido, el Republicano, mismo que encumbró  a Donald Trump en la Casa Blanca, se ha mostrado indispuesto a respaldar su iniciativa con recursos públicos.
La renegociación del TLC se ofrece, así, como una gran oportunidad a fin de replantear las relaciones no sólo comerciales sino de carácter internacional en la región norte de nuestro Continente.
Podría bien denominarse la “gran negociación” y la oportunidad a fin de abonar el terreno para un más amplio entendimiento mundial, tomando en cuenta que se trata de acuerdos cuya repercusión involucran los destinos de otras regiones del planeta.
Con palabras del ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, cabe reconocer que algo o mucho faltó al momento de dar por formulado el documento en el último año de su mandato.
Se trató, no obstante, de una “negociación sin precedente con los Estados Unidos, vecino y adversario histórico.”    
En “México, un paso difícil a la modernidad”, libro del entonces Primer Mandatario (Plaza Janés, 2000), se lee: “La negociación  concluyó de manera favorable al final de 1993, pero estuvo a punto de fracasar a cada paso. La firma del Tratado modificó la relación entre México y su vecino hegemónico del norte. El TLC  fue un factor determinante en la rápida recuperación de nuestro país tras la crisis originada  por el error de diciembre de 1994.”
Por cierto, en las primeras páginas de la obra se hace mención, entre los pendientes, al tema de  aquello que faltó en el arduo proceso de la negociación. Por caso, un acuerdo migratorio.
En los prolegómenos de la renovación y posibles adiciones el tratado, los negociadores habrán de tener especial cuidado, teniendo en mente las peripecias recientes de que se han rodeado los primeros pasos de la administración Trump.
El método de las amenazas, para llamar de alguna manera a los arrebatos del Presidente estadunidense, no garantiza en modo alguno la concertación de acuerdos favorables a los países contratantes. Hasta ahora, la imagen del mandatario ha dado pábulo para señalarlo como tendente a la frivolidad, a la ironía, pero sin asomos de seriedad, de prudencia y adustez, según corresponde al dirigente de los destinos de una Nación.
Los tratados, asimismo, son víctima de la edad. Envejecen al paso de los años. Lo que en un momento fue alentador, puede bien convertirse en inequitativo o bien obsoleto. La competitividad tiene mucho que ver: la concertación de arreglos arancelarios, por mencionar uno de los asuntos que se perfilan como polémicos en víspera de las negociaciones.
La salida de Inglaterra de la Unión Europea, no tiene por qué ser paradigma a fin de resolver, con un plumazo, lo que ha costado tanto en el funcionamiento del TLC.
El arte y la ciencia de la negociación son los mejores caminos para entrar en lo que, sin duda, será el más difícil acuerdo comercial de los últimos años.

Y lo que está en juego es mucho más que la importación y la exportación de mercancías. Por encima del intercambio de  cosas, está la dignidad de las personas, el respeto a los derechos y obligaciones de los demás: a sus creencias y cosmovisiones. En fin, a sus usos y costumbres regidos por el Derecho Internacional. 

lunes, 22 de mayo de 2017

INDEFENSIÓN E IMPUNIDAD: ¡MUERA LA LIBERTAD!

Resultado de imagen para periodismo luto

Al grito de ¡Muera la libertad de expresión!, los inquisidores actuales pretenden silenciar a la prensa, de una vez por todas.
La nueva Edad Media que se extiende sobre el planeta comete por enésima ocasión el mismo error: creer que al destruir físicamente al enemigo podrían liberarse de este, en definitiva.
Como un pretendido exterminador de las ideas, de los ideales, acomete la nefasta misión de someter al fuego o, en su caso, a las balas asesinas a todo aquel que en legítimo uso de sus derechos hace de la denuncia pública su arma de combate.
El moderno inquisidor alienta la esperanza de poner término a todos sus acusadores por medio del terror homicida. Convertido en ejecutor de órdenes superiores a él, es un esbirro que se oculta en la red de atentados cobardes y lleva a cabo su degradante obra, valiéndose de la indefensión y la impunidad predominantes al día de hoy.
Pretender sepultar la libertad de expresión, no obstante, sería parecido a dar fin a la humanidad misma. El sentido de humanidad es, a la luz de la evolución de los derechos del hombre, el que deriva de la libertad responsable en todas sus facetas.
Por las arterias y las venas de la sociedad, la libertad circula como si fuese la linfa vital que hace posible la el entendimiento común. en equidad y tolerancia.
Durante la inquisición europea, hombres y mujeres como Savonarola y Juana de Arco fueron objeto del odio iconoclasta imperante. Su vida y muerte es tétrico testimonio no sólo de la crueldad por parte de sus ejecutores sino de la insania de sus inspiradores, quienes creyeron que con la desaparición forzada ponían fin a los ideales supremos de sus torturados.
La criminalidad organizada de entonces no sólo fracasó de plano al suponer, con exceso de equivocación, que al perseguir ferozmente a sus opositores y suprimirlos físicamente ponían fin, asimismo, a los ideales que les causaban rencor y odio. Jamás supieron que aquellas atrocidades eran como echar fuego a una inmensa hoguera en las que ellos mismo se consumirían.
La criminalidad organizada de este rabioso presente procede de manera similar: muerto el autor de la denuncia, ultimado el relator de los que envenenan a la sociedad, los portadores de las silenciosas pero fatales enfermedades, se considera que se ha puesto fin final a todos aquellos cuya actividad es hablar con las palabras de ley para que el Poder Judicial actúe en consecuencia.
Jaime Valdez y Miroslava Breach son los mártires recientes de esta escalada de muerte y violencia, con las que la criminalidad trata de aterrorizar y acallar las voces que denuncian su atrocidad y terror.
No se olvida, hoy más que nunca, la enseñanza que deviene con la fuerza propia de las vivencias y testimonios, inscritos en páginas de la historia universal.
Sin un Sócrates, sin un Jesús, sin un Erasmo, jamás hubiesen existido ni el Renacimiento, ni la Ilustración.

Sin la imprenta como técnica al servicio de la difusión del pensamiento, no hubiesen circulado en las bibliotecas, los centros superiores del saber y la cultura popular, las obras de Hume, Rousseau; de Kant, Cohen, Natorp, Kelsen. Y tantos más. 

lunes, 15 de mayo de 2017

LUTERO: GRAN REFORMADOR Y PUBLICISTA

Resultado de imagen para lutero

Martín Lutero es el prototipo de revolucionario de las creencias no sólo en Alemania sino en todo el continente europeo. A decir verdad, es líder en la continuidad y renovación de las religiones.
Es el campeón de la tolerancia, el sucesor y predecesor de la reforma en general, presuponiendo las ideas de la Ilustración griega y anticipando los vientos generosos de la Ilustración del siglo XVIII.
Durante largo tiempo su nombre fue sinónimo de herejía. La autoridad pontificia lo denostó sin miramiento alguno. Y sus correligionarios y apologistas fueron víctima de la Inquisición, convirtiendo su casi centenar de tesis en cúmulo de atrocidades que había que destruir por ser ofensas graves contra la fe.
Su predecesor, Erasmo de Rotterdam, preparó con sus tempranas enseñanzas el camino aún vedado a sus contemporáneos y alumbró de manera previa el horizonte para amaneceres límpidos de perturbaciones mistéricas.
Sin sus proclamas, hubiese sido imposible el Renacimiento entendido como un movimiento innovador en las artes, las ciencias y la filosofía. Asimismo, jamás hubiese logrado su entrada triunfal la segunda gran Ilustración propiciada por ingleses, alemanes, franceses, italianos y portugueses.
El Nuevo Mundo, por cierto, no hubiese sido hazaña y empresa de navegantes y soldados intrépidos y ávidos de riquezas y aventuras sin límite.
Martín Lutero asumió un papel beligerante y temerario al poner a la luz pública la gama de prejuicios, temores, posiciones dogmáticas que impedían ver en el fondo  lo verdadero, lo sustancial, lo digno de ser considerado asunto de conocimiento y de indagaciones objetivas.
Comenzó por desentrañar, desde el seno de los dogmas prevalecientes y los credos en boga, los más recónditos acertijos, ubicándolos en su calidad de elementos nocivos a la percepción e intelección de las creencias, la consistencia de las convenciones alentadas por la fe y no derivadas de la voluntad y la razón.
Las indulgencias fueron las primeras ideaciones colocadas bajo la lupa del examen crítico. El pago a través de dádivas y limosnas por entuertos cometidos fue un punto de partida a fin de liberar a las conciencias de suposiciones perniciosas y de autosugestiones inducidas con afán de lucro.
Mostró y demostró que la noción o creencia de intercesión entre Dios y el hombre,  implicaba un lado oscuro y vano, provocando un antropomorfismo traído de los cabellos, en la medida que por la vía  de la supuesta actitud el interlocutor se revestía de virtudes sobrehumanas. O el ideal trascendente dejaba de tener el halo que le correspondía.
Las más de noventa tesis inscritas en la iglesia de Wittenberg constituyen el formato de la reforma que dio origen a la diversidad de creencias y dogmas, a la renovación de la fe por parte de quienes anhelan una identificación mística con un poder que está más allá del horizonte de la historia y del conocimiento. Representan el propósito de renovar, revolucionar y por tanto innovar desde dentro el andamiaje del viejo edificio medieval que, al parecer, crujía bajo el peso de mitos, leyendas y creencias insostenibles en la era del telescopio y después del microscopio y los descubrimientos de Copérnico, Hume y de todos los héroes de la Ilustración.

Sus hallazgos tuvieron la fortuna de contar con los auspicios de la imprenta. De ahí su generosa labor de traductor bíblico y propulsor de las nuevas ideas revolucionarias. Fue un gran reformador y publicista. Un genio universal.

lunes, 8 de mayo de 2017

ISRAEL: SU LEGADO EN LA HISTORIA UNIVERSAL


Resultado de imagen para israel

Israel celebra el  69 aniversario como nación independiente. En “Oh, Jerusalén” y “Esta noche la libertad” Dominique Lapierre y Larry Collins evocan las gestas heroicas que llevaron a la histórica resolución, por parte de la ONU, a fin de dar el estatus de naciones soberanas a hebreos e hindúes bajo dictados, entonces, del imperio.
Israel es patria del monoteísmo; cuna de las más representativas religiones que predominan en el planeta.
Sus contribuciones en la historia del humanismo son inequívocas. En ciencia, moralidad y el arte, el pasado de la Humanidad, sin sus hallazgos, sería muy otro.
En “Oh Jerusalén”, puede leerse en el Prólogo: “Aquella tarde de mayo de 1948, el lamento de las gaitas se extendió por última vez en el laberinto de viejas callejuelas. Anunciaban la salida de los soldados británicos que habían ocupado la vieja ciudad de Jerusalén. Impasibles, marchaban silenciosos en grupos de ocho o diez, y el martilleo de sus borceguíes punteaba la melodía. Encuadrando a cada grupo, dos hombres, metralleta en mano, vigilaban atentamente las fachadas y terrazas del universo hostil que atravesaban.”
Abba Eban, el connotado político y escritor hebreo dejaría escrito en su “Legado. La civilización y los Judíos”: “El pueblo judío constituye sólo una ideación de la familia humana, y sin embargo no podemos reseñar la historia de la civilización sin enfrentarnos cara a cara con lo que los judíos pensaron, sintieron, escribieron e hicieron. Esta es la historia de un pequeño pueblo que tiene un gran lugar en el destino de la Humanidad.”
De la antigüedad a la época moderna, los hebreos han experimentado peripecias sin fin, desde Egipto hasta los tiempos de la Alemania nazi, no sin haber hecho la siembra que hoy fecunda la civilización en casi todos los órdenes de la vida actual.
En el ámbito religioso como en el político, en las teorías de la historia al igual que en la investigación de la naturaleza y la sociedad, Israel brilla con luces propias, compartiendo los frutos del conocimiento, de las técnicas y de la enseñanza de ambas vertientes.
En el viaje por el que nos conduce Abba Eban a través de la humana historia, emergen nombres como los de Mendelssohn, Heine, Disraeli y Marx; los de Freud, Offenbach y Schnitzler, a los que se suman los de Cohen, Einstein y Hans Kelsen.
La moralidad judía se sustenta en las Tablas de la Ley, como también la noción de fidelidad y la estructura entera, social y jurídica del matrimonio.
Aun la profecía, resabio de la legendaria Mesopotamia, nos conduce a la consideración crítica en el sentido de que los videntes convertidos en reformadores de la sociedad ponían de sí mismos condiciones a fin de que se produjeran los sucesos anunciados.
Ortega y Gasset, alumno de Cohen en la Escuela filosófica de Marburgo. en su ensayo sobre Galileo reflexiona sobre la anticipación del futuro como un movimiento de la voluntad y a título de motivación para alcanzar objetivos venideros.
Geopolíticamente, Israel es antorcha refulgente en medio de un Oriente convulso, víctima de la violencia religiosa utilizada como catapulta y pretexto para alentar ambiciones insaciables de poder.
Su conducta es venero de lecciones que merecen ser tomadas en cuenta por parte de los estadistas. El cosmopolitismo bien entendido proviene del desierto asiático convertido en oasis por obra y gracia de sus benefactores, cuyo pueblo ha sido esclavo, mártir; y a la fecha libre y soberano. Es procreador de la cultura universal en todas sus facetas.