En la Plenaria efectuada en
Chihuahua capital, los senadores priistas acordaron impulsar la aprobación de
reformas estructurales, según su
carácter instaurador y contribuir al cumplimiento de los compromisos contraídos
por el Presidente Electo, Enrique Peña Nieto. Por intervención de uno de ellos,
anfitrión dado su origen natal, resolvieron no incluir la propalada extensión del
IVA en alimentos y medicinas. Posteriormente, el diputado electo, Manlio Fabio
Beltrones, refrendaría aquel pronunciamiento.
Hubo consensos y discensos
entre los senadores acerca de la
prioridad de los temas, lo cual da la pauta en lo relativo al carácter
deliberativo, autárquico, crítico y previsor
que asumirá el órgano colegiado. Hubo consenso sobre reformas relacionadas con
la transparencia administrativa, con
base en nuevas disposiciones normativas para evitar corrupción, impunidad en el
manejo presupuestario y dispendio publicitario a fin de encubrir deshonestidad,
inepcia e ilegalidad
El no a gravar con IVA los
alimentos y las medicinas es indicativo de que no será nada fácil y hasta
permisivo aprobar, sin más, iniciativas con sello denigrante y lesivo para el
bienestar de los oprimidos. Y no lo será, en ese futuro virtual pero exigible,
en tanto y cuanto haya mujeres y hombres en la sede de Reforma, en el nuevo y
renovador Senado de la
República , imbuidos con visión social y patriotismo del bueno.
No retórico y a la moda.
Volvió a escucharse la voz
firme, franca, con acentos que no dejan lugar a la ambigüedad, de quien gobernó
Chihuahua hasta el año de 2004. Por cierto, hizo recordar los buenos tiempos en
que hombres de Estado hacían esperar reformas como la hacendaria y el
federalismo, con apartados de modificaciones tributarias con beneficios para
las entidades de la
Federación. Y como efecto, protectoras para los más pobres
entre los pobres: obreros marginados en lo social y lo económico, jornaleros y
desempleados; esparcidos en sierras,
valles y montañas.
Patricio Martínez García,
senador electo, en uso de la palabra durante la Plenaria , persuadió a sus
pares de lo inoportuno y gravoso que sería la extensión del IVA. Lo hizo con
aquella sensibilidad y pasión que le es propia y de la que ha hecho demostración
siendo presidente municipal, diputado federal, mandatario y ahora como senador por
su Estado. Por cierto, se oyó decir entre los concurrentes que si en ese tono,
y con tal énfasis, discrepa ahora el senador electo, cómo lo va hacer cuando
ocupe ya su lugar en la alta sede de la nación. Se anticipa, así pues, la garantía
y solvencia de entereza, lucidez y probidad para confrontar los graves e
insoslayables asuntos de la sociedad.
Los tiempos y circunstancias
que vivimos no son para titubear y caer en componendas de ninguna clase. La extensión
del IVA en insumos de primera necesidad, está bien en sociedades marcadas por
la opulencia. Pero no cabe en labios de quienes hayan recorrido escenarios de pobreza en donde el hambre se enseñorea,
así en barrancos como en lóbregas cañadas. Mucho menos si han sido testigos
oculares de escenarios con víctimas por enfermedad; con chozas cubiertas de
luto y dolor por falta de medicinas y auxilio en materia de salud. Difícil, si no
imposible, es callar así dando entrada a
reformas que favorecerían sólo a los patrocinadores de la miseria y la
marginación.
Lo anterior es promisorio botón
de muestra sobre lo que podría llegar a ser el nuevo Senado, con genuinos
hombres de Estado, en la segunda época del PRI en el poder. Por lo pronto, se
advierte que esta clase de cónclaves no son, no deben ser, para fraguar frívolamente
“amarres”, “ligas políticas”, “grillas” ociosas, mientras proliferan las urgencias
que más apremian en una sociedad postrada por la incuria, el desempleo y la
frustración.