Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







viernes, 30 de marzo de 2012

ITSON: UN MODELO DE PARTICIPACIÓN SOCIAL Y VIDA ACADÉMICA



                                                  Por Federico Osorio Altúzar

Estrena rector el Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) en la persona del doctor Isidro Roberto Cruz Medina, designado en virtud de su visionario proyecto renovador de la vida institucional del más que cincuentenario plantel.
Ejes rectores de la actividad académica, con arreglo a la autonomía universitaria, han sido, y son, la docencia, la investigación y la extensión de la cultura con sentido social. Al asumir su honroso cargo, el rector Cruz Medina convocó a maestros, alumnos y empleados, a fin de instaurar modificaciones sustanciales a partir de la creación de dos nuevas entidades: el Consejo Académico y el Consejo Administrativo.
Precedido de los requeridos méritos para ejercer el difícil liderazgo académico, hace girar el Rector su llamado en torno a un principio esencial: el ejercicio de la convivencia colegiada a menudo pospuesta o soslayada.
Sin duda, el doctor Medina toma en cuenta los sabios consejos que propuso en su magistral obra Howard  Raiffa “El arte y la ciencia de la negociación” (FCE, 368 p., 1991) en cuyas páginas el conflicto no es visto como una obstrucción para el crecimiento y el progreso, sino en términos de un incentivo generador de respuestas ante nuevos y ancestrales problemas.
Decimos esto último en atención a las más recientes dificultades suscitadas en la institución considerada de vanguardia, el ITSON, en la educación tecnológica y universitaria, derivadas de la anquilosada estructura académica y administrativa que tiene que ver con la coordinación de acciones conjuntas en la enseñanza, la investigación y en tareas de comunicar cultura dentro y fuera del campus universitario.
Vida colegiada en los centros educativos de enseñanza superior es participación en la toma de decisiones, con la representatividad legítima de los sectores involucrados. Vida colegiada, con arreglo a las disposiciones de su legislación interna, valga decir, con apego a la normatividad vigente, pero dinámica, cambiante y susceptible de ser enriquecida y puesta al día, según las necesidades actuales. Vida colegiada y participativa, sin los sobresaltos de la anarquía que suple a la actuación racional, mesurada, libre  y responsable, como manda el espíritu y la letra de la autonomía universitaria.
Así, si en el rubro de la docencia propone el Rector Cruz Medina una reestructuración para el ingreso de maestros que eleven la calidad de la enseñanza, igualmente propone que los investigadores acrediten capacidad inventiva y creativa para impulsar con ejemplaridad y eficiencia las tareas de dar resultados útiles a la sociedad. Y en el caso de la difusión de la cultura, el rector tiene en mente sin duda derroteros en donde las artes, la edición de obras de texto y de consulta, gocen de comunicación mediática; sin duda, tendrán lugar programas como la enseñanza a distancia, a fin de fortalecer la presencia del Instituto en los esfuerzos de cohesión asocial y vida democrática. 
“Súmate al cambio” es el lema del ITSON, que resurge en horas en que la educación, según el juicio de la UNESCO, es palanca capaz de cohesionar y dar vigoroso soporte a la vida democrática y participativa. Súmate al cambio, tiene el carácter de una convocatoria con dimensión renovadora, al margen del miedo o los temores irracionales. Súmate al cambio, con los pulmones llenos del oxígeno de la libertad para enseñar sin imbricaciones de dogmas ideológicos; de investigar sin dictados personalistas y particularistas. Y para emprender una tarea vigorosa y eficaz para  expandir cultura musical, literaria, plástica y de todos los géneros que tienen que ver con la vida del espíritu y el fortalecimiento de la solidaridad en todo lo humano, de alcance universal.


miércoles, 28 de marzo de 2012

EL CASO DE FLORENCE CASSEZ EN LA SCJN



                                                 
   Por  Federico Osorio Altúzar

Durante unos días o semanas el “affaire” Cassez quedará postergado en los medios de comunicación. La visita del Papa Benedicto XVI tiende un velo inesperado sobre la resolución a la demanda de amparo interpuesta por la defensa.
Para muchos observadores, no hubo nada para nadie. En cambio, para los apostadores de oficio, ganó la Presidencia de la República, o bien ganaron los defensores del Estado de Derecho, sin descontar el aplauso del abogado de la ciudadana francesa, para quien el asunto va por buen camino.
Por lo pronto, la oposición mediática en minoría ponderó lo ocurrido en la Suprema Corte como una derrota para el jefe del Poder Ejecutivo y un triunfo del Poder Judicial. El proyecto del ministro Arturo Zaldívar fue la puntilla, se dijo, a las  expectativas del Presidente de la República en su fallido intento de justificar las actuaciones de la PGR y de la Secretaría de Seguridad Pública, presuntos responsables de torcer el debido proceso en el controvertido caso.
Perdieron, desde nuestra perspectiva, los epígonos del iusnaturalismo de viejo y renovado cuño frente a la incipiente tendencia a convertir el positivismo jurídico en seguro camino para resolver, entre otros, los temas de la justicia en nuestro país.  En otros términos, fueron vencidos los resabios del anacronismo que expone al Poder Judicial como báculo del Ejecutivo en turno, superando la presunción aquella en el sentido de que en este país nada se mueve sin la voluntad del señor Presidente.
Superó en buena lid, al final de cuentas, el príncipe de los juristas, Hans Kelsen, el autor de la Teoría Pura del Derecho, sobre Carl Schmitt. En consecuencia, venció en principio la tesis de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), es el poder defensor de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Salió adelante, así, como habría de esperarse, el positivismo jurídico frente a las pretensiones ideológicas, autoritarias y autocráticas de los representantes de la doctrina que supone que la justicia está por encima del derecho y de su consiguiente interpretación y reinterpretación histórica o dinámica. Como lo estamos viendo, tras largos y penosos titubeos.
Quedan respuestas pendientes derivadas del “affaire” Cassez, y caminos a seguir: ¿Se votará por la reposición del proceso enturbiado por la acción de funcionarios en la aprehensión de la ciudadana francesa? ¿Se castigará a los responsables de ilícitos, en el caso de que haya lugar, con ese efecto? ¿Se avizora la modernización de la justicia, la instauración del Estado de Derecho “en sentido propio”?  
Los adversarios del proyecto del ministro Zaldívar pusieron el grito en el cielo tras la votación de referencia. Se supeditó la Corte a la voluntad del Ejecutivo, dijeron en los medios informativos. Se olvidó paladinamente a las víctimas y se dio vía libre a la impunidad, incurriéndose en parcialidad por tratarse de una persona de nacionalidad extranjera, convalidándose la discriminación en contra de connacionales sentenciados.
No obstante, hay indicadores sobre una revaloración institucional en el árido escenario de procuración y administración de justicia jurídica en nuestro país.  Por vez primera, de manera explícita, se ventila con suma claridad el tema de la llamada división o separación de poderes. A nuestro modo de ver, se pone en el tapete del debate el de la coordinación y colaboración institucional entre los poderes públicos y sus atribuciones específicas, a la luz del Estado democrático de Derecho.
En escrito del ahora ministro Arturo Zaldívar, de 1990, en “Ideas sobre la Suprema Corte, se puede leer: “La justicia constitucional evita la dictadura de la mayoría respetando, ante todo, la supremacía de la Constitución. Coadyuva a la operatividad de un sistema auténticamente democrático”.

ITSON: LOS COMPROMISOS DEL RECTOR CRUZ MEDINA






                                                       Por Federico Osorio Altúzar

Tiene nuevo Rector la cincuentenaria casa de estudios superiores en el Sur de Sonora. De plácemes, sin duda, la comunidad académica del Instituto que ha sido, durante medio siglo, un legítimo orgullo de los sonorenses, incluyendo a los radicados fuera de la Entidad.
El doctor Isidro Roberto Cruz Medina asume la Rectoría en una etapa clave para la institución, no sólo por sus cercanos 50 años, sino por su función educativa y social en la tesitura de la renovación económica, cultural y productiva por la que clama la promisoria región del Noroeste mexicano.
Se compromete el Rector en tres frentes de la vida del ITSON: a) elevar la calidad académica: b) fortalecer la investigación, y c) realizar los programas con el consenso de la comunidad de maestros, alumnos y personal administrativo.
No se trata, por el sentido de su propuesta, de impulsar una especie de cogobierno, sino más bien de acentuar la vida colegiada: es decir, la participación de docentes y población escolar, sin olvidar los apoyos imprescindibles de los empleados al servicio de la institución.
Quienes egresamos de las aulas del entonces ITNO (Instituto Tecnológico del Noroeste) seguimos, a distancia, el curso de nuestra antigua casa de estudios y evocamos a menudo los nombres y figuras de nuestros maestros, así como el alumno de los primeros grados recuerda, con emoción y permanente afecto, a sus mentores de los años tempranos del colegio.
Por lo que se refiere a quien esto escribe, siento el hálito de reminiscencias del señero inmueble de las calles Chihuahua y Doscientos, el cual fue haciéndose familiar, poco a poco, en los inicios de la Institución por ser el ensayo novedoso considerado por directivos y patrocinadores como radiante símbolo de nuevos tiempos. Ciertamente, motivaba críticas positivas y adversas, por parte de sectores de aquella sociedad bullente, plena de energía, vigor y de la audacia propia de sus hombres de empresa. Decir Valle del Yaqui en aquel entonces era aludir a la pujante agricultura del Estado, al despertar de una generación de inversionistas que apostaban desde entonces al triunfo de la voluntad, la tenacidad a toda prueba y a la competitividad como un estilo de vivir y convivir.
Dos plantas o niveles ocupaban las aulas del bachillerato, la modesta oficina del director, y la ciertamente humilde biblioteca de la institución. Por las tardes alojaba a una pequeña población de quienes serían contadores y auxiliares de negocios, al propio tiempo que el deporte gozaba de campos deportivos, que llegaban hasta las calles de 5 de Febrero.
Impartían ahí su saber distinguidos catedráticos quienes, siendo prestigiados profesionistas en la localidad, generosamente hacían cotidiana  entrega de su tiempo a la noble misión de enseñar a un puñado de ávidos destinatarios de los conocimientos científicos, humanísticos y destrezas técnicas. 
Julio César, el romano, se paseaba con su “Guerra de las Galias”, por las aulas del flamante ITNO. “Galia est omnia diuisa in partes tres”, hacía decir el maestro universitario Bernabé Navarro a sus inquietos alumnos en la clase de Latín. El nombre de Freud brotaba de los labios del Dr. Daniel Marín en su clase de Psicología y los griegos de Atenas entraban y salían de las cátedras del humanista, licenciado Alberto Delgado Pastor, al lado de cuya sonora voz se hacía escuchar la del director, el Dr. Julio Ibarra Urrea, disertando sobre temas de Biología… Son inolvidables las lecciones de abogados, médicos, arquitectos, contadores y economistas, de indelebles recuerdos aunados a la gratitud.
De este 2012 al 2016, conducirá el ITSON el Dr. Cruz Medina. Lo mejor para él, para el claustro de maestros y los afortunados estudiosos congregados en la cincuentenaria casa de enseñanza superior de Sonora. Así como para la sociedad del Sur de Sonora.

lunes, 12 de marzo de 2012

EN OCAMPO CHIHUAHUA, LA ÚLTIMA LLAMADA



Por Federico Osorio Altúzar

Ronda la inseguridad, de todo género, por el territorio nacional. En el mineral de Ocampo, Estado de Chihuahua, se deja escuchar, por enésima ocasión, los “ayes” de dolor, la queja indignada y la seca advertencia: no más abusos, tampoco impunidad. Nada en contra de indefensos trabajadores en las minas de la región y en cualquier otro rincón de México.
El luto en la mina “Jesús María” del municipio serrano de Chihuahua revive la indignación de los familiares motivada por el infortunio de los obreros caídos en Pasta de Conchos y en la Minera de Sabinas. Es una llamada de alerta, un grito en la montaña, la luz de un foco rojo, acaso el último que se encienda, el cual conmina a los empresarios impasibles frente al dolor, con el fin de rectificar y corregir los sistemas, llamados de seguridad, antes de que sea demasiado tarde.
Corrupción y complicidad van por lo común. Sin la anuencia de la autoridad difícilmente se explica la corrupción. Y ésta se alimenta y pervive como prolongación de la proclividad a convertir la política en celestina de pingües negocios y de nefandas transacciones.
Exigen justicia los mineros de Ocampo y aseguran que llegarán tan lejos como sus fuerzas y convicciones lo hacen posible. Exigen justicia jurídica: en el caso, justicia laboral. Justicia pronta y expedita. ¿Será posible? Pues ésta, la que deriva de la legislación obrera se ha vuelto letra muerta; por obra y gracia de autoridades municipales y estatales. Y por la inepcia federal.
La cadena se rompe por lo más delgado. Aquí, reventará si se deja de atender, en tiempo y forma, la protesta de los mineros de Ocampo y si no se procede a fijar sanciones drásticas a fin de contener, de una vez por todas, la amenaza de “empresarios” y políticos obsequiosos coludidos entre sí, que ven en la flaqueza y debilidad del Estado mexicano la oportunidad para hacer del saqueo y la rapiña, la gran negociación.   
Por otra parte, la inseguridad  pública y jurídica se incrementa día a día. Crece el saldo de muertes, secuestros y desaparecidos. La “guerra no declarada” contra el narcotráfico se ha convertido en verdadera revuelta civil, con el consiguiente derrumbe de las garantías individuales y sociales. La ONU denuncia el atropello de los Derechos Humanos por parte del Gobierno de México. Y en la  sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se acumulan los reclamos de las organizaciones obreras por el embate a los derechos más elementales de quienes viven de su fuerza de trabajo.
Entre tanto, la anarquía oficial cunde, propiciada desde las alturas del poder. En Sonora, el jefe del Ejecutivo estatal invade y erosiona, paladinamente, sin que nadie lo impida, las esferas de los poderes públicos, en particular del Poder Judicial, incluyendo competencias que atañen al ámbito federal. En Palacio de Gobierno, hay oídos sordos y ojos que nada ven.
La inseguridad llega al umbral de los derechos soberanos del Estado mexicano. Y la vida cívica y electoral, en vísperas de los comicios de julio, está a las resultas ya no del elector número uno, como antes, de la voluntad del Mandatario en turno, sino a expensas de las instancias extranjeras, del vecino país. 
Viene a México el vicepresidente Joseph Biden y se reúne en franca camaradería con los candidatos a la Presidencia, sin el menor asomo de rubor. Los viejos tiempos en que si un Mandatario nuestro iba a la frontera norte para entrevistarse con su par, aquello era motivo de conmoción social y política. Los líderes partidistas pegaban el grito en el cielo. Ahora, no pasa nada. La globalidad es de puertas abiertas, sin importar principios como los de no intervención y autodeterminación.
La inseguridad pública y jurídica, laboral y social, permea por toda partes.


lunes, 5 de marzo de 2012

HACIA EL SESQUICENTENARIO DE LA ESCUELA NACIONAL PREPARATORIA





Por Federico Osorio Altúzar

Año de festejos académicos, de reminiscencias  y evocaciones cívicas es, desde sus inicios, este 2012. Se festejará con mesas redondas, exposiciones, obras bibliográficas y teatrales, semblanzas y memorias; exposiciones y conciertos. La Preparatoria, hija entrañable de la UNAM, celebra 145 años de su creación, suceso inolvidable por varias razones. Representa el triunfo de la idea liberal, buen presagio de su culminación en 1910, para enseñar, investigar y comunicar en forma libre los contenidos novedosos en ciencias y humanidades. Ejemplifica la victoria de la autonomía del espíritu frente a toda intromisión ideológica. Es símbolo de la restauración de la República, de la expulsión de los invasores y de renovación en la fe y la esperanza.
El rector José Narro convoca a fin de que este 2012 sea año para reflexionar, evaluar y transformar lo modificable en el seno de la institución, con la firme disposición destinada a fortalecer sus cimientos y hacer más luminoso y esplendente su  rostro en  estas horas de difícil transición.
Por su parte la Directora de la Preparatoria, Silvia E. Jurado Cuéllar, exhorta a los preparatorianos a convalidar su máxima prioridad como institución educativa en los principios de la formación integral, invocando la letra y el espíritu del decreto fundador del Presidente Juárez en el sentido de que “difundir  la ilustración en el pueblo, es el medio más seguro y eficaz de moralizar”, y para que desplieguen airosas las libertades y el respeto a las leyes.  
Ambos, la directora de la Preparatoria y el Rector, llaman a los universitarios a celebrar el aniversario como lo que es: un triunfo, hazaña del siglo XIX junto a la de la Independencia, una gran victoria frente al imperio de los dogmas habidos y por haber: los que derivan de la ignorancia, la sujeción religiosa y la postración por medio de la intriga y la provocación; y por la fuerza de las  armas.
La presencia en la ceremonia inicial, de reconocidos universitarios, a la cabeza el Rector Magnífico, Guillermo Soberón Acevedo; de connotados ex directores de la ENP, Moisés Hurtado, Enrique Espinosa Súñer, José Luis Balmaseda, Héctor Herrera León y Vélez, dieron realce motivador a fin de indagar en aquellos hilos subterráneos, a través de las últimas cinco décadas, que justifican el sentido de continuidad, progreso  y pervivencia, en todo lo referente a la siempre rediviva, indisputable y férrea voluntad de instauración renovadora. Y en lo que alienta entre sus hijos actuales, directivos y maestros: sus constantes afanes de superación y excelencia, con abnegada ejemplaridad.
Parecidamente a lo ocurrido hace casi siglo y medio, México afronta una crisis de identidad, de estabilidad institucional y zozobra frente a las acechanzas políticas y económicas del exterior. En medio de inusitada confusión, en un mar de indefiniciones cívicas con repercusiones socioculturales que permean en el ámbito educativo, los mexicanos volvemos la mirada ahíta de frustración e insatisfecha por motivos múltiples, en lo intelectual y lo material, hacia donde más de una vez hemos buscado y encontrado apoyo, lucidez y respuestas pertinentes y eficaces.
La Universidad, “Mater et Magistra”, no nos es ajena o extraña. Nunca lo ha sido. Con el Presidente Juárez, la Escuela Nacional Preparatoria refrendó las Leyes de Reforma, convalidó la separación histórico-universal entre Estado e Iglesia, hizo espléndida defensa de la soberanía patria en la persona de quien sería su primer director, Gabino Barreda, cuyo célebre discurso en Guanajuato, el 16 de septiembre de 1867, fijó tesis políticas, marco rumbos filosóficos, anticipó doctrina pedagógica y proclamó, al lado del Benemérito, que México no es tierra baldía para invasiones, arbitrariedades. Ypara ensayos de los aprendices de dictador.