No todo en el país son actos
terroristas, asaltos, crímenes colectivos; violencia y desacato al Estado de
Derecho. Hay conductas delictivas cuyos autores faltan al deber de administrar
con probidad los bienes públicos. También hay ejemplos de honestidad y
transparencia en la administración del patrimonio de los ciudadanos.
En la esfera educativa, “mutatis mutandis”,
no todo se reduce a vil asesinatos y secuestros
de adolescentes y jóvenes; tampoco huelgas,
cierre de centros escolares y abusos de maleantes que atentan contra la
autonomía para enseñar, investigar y compartir cultura. Hay, en contrapartida,
sucesos laudatorios que enaltecen el prestigio y el buen nombre de institutos
de enseñanza superior y casos en los que se honra a sus investigadores con distinciones que obtienen por concepto de
originalidad y creatividad en las ciencias
y las humanidades.
Premio Nacional al Buen Gobierno 2014
gana Rogelio Díaz Brown y en él coparticipan sus colaboradores, los síndicos y en
cierto modo la ciudadanía. El premio es, por la eficiente ejecución de planes y
programas que benefician a la sociedad. Y se suma a ello, la óptima transparencia y la
honestidad en los manejos presupuestarios, haciendo con ello una vigorosa
palanca para el crecimiento y el desarrollo incluyente del municipio, en todos
sus confines.
El premio a la idoneidad municipal que ha
recibido el Alcalde Modernizador de Cajeme es un galardón que reconoce certeza
administrativa y profesionalismo en la toma de decisiones, en la planeación y en
el seguimiento de los proyectos y las obras, así como la capacidad de
persuasión y el firme liderazgo ejercido durante la concepción y consiguiente realización.
Se premia, así, no sólo la pertinencia y
eficacia administrativas sino también la entereza política del mandatario
municipal a fin de no incurrir en la tentación de hacer usos indebidos del
erario público a su alcance, incluso por omisión, inepcia o contubernio. Los
tiempos que corren no son propicios, en el ejercicio político, para vivir con
medianía según aconsejaba el Benemérito de las Américas.
Botín de guerra es, para no pocos, el
erario federal, estatal y municipal. Lotería a la mano para hacer y deshacer en
provecho personal, sin importar que a pocas cuadras las calles se mantengan
semioscuras, que los asaltantes medren con la confianza de las familias, que
las escuelas carezcan de buenos maestros desde el punto de vista de la moral,
la decencia y lo profesional. Y que
impere el desempleo. La consigna en aquel sentido es evitar que haya políticos
pobres, pues éstos no serían sino pobres políticos.
En la otra orilla, el Premio
Internacional al investigador del Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON),
discernido por el Gobierno del Estado de Nuevo León refrenda, por si hiciese
falta, el liderazgo científico de la ya sexagenaria casa de la ciencia, la
tecnología, y del humanismo. Su recipiendario es Sergio de los Santos Villanueva,
doctor por el CINVESTAV de Irapuato, Guanajuato. El docente en el área
agro-biotecnológica, pone en alto el lema del ITSON: ¡Educar para trascender!
El ITSON prosigue viento en popa las
metas y los objetivos de una enseñanza pertinente, integral, innovadora y
estrechamente identificada con su entorno social. Profundiza su vocación y
triple misión en la docencia, la investigación y la extensión cultural.
En su Tercer Informe, el rector Isidro
Cruz Medina concluyó así su mensaje: “El prestigio académico y social del ITSON
se consolida día a día con el ejercicio y la defensa responsable de su
autonomía, con el compromiso, los conocimientos y el trabajo continuo y la
pasión de cada integrante de la comunidad”.
Los viajes ilustran. Los premios, no
cabe duda, enaltecen y refrendan vocaciones.