Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







sábado, 31 de octubre de 2015

ELECCIÓN DE RECTOR: LA H. JUNTA TIENE LA PALABRA

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Concluyó ayer sábado la H. Junta de Gobierno de la UNAM, la primera etapa de la jornada previa a la elección de Rector para el periodo 2015-2019. Dicho preámbulo se efectuó siguiendo un escrupuloso proceso de consulta a la comunidad universitaria, seguido del apoyo, por vez primera, de los medios de comunicación, electrónicos y a través de la página escrita.
Antes de dos semanas, se cubrirá la siguiente etapa de la cual emergerá el nombre del sucesor del doctor  José Narro  Robles.
La consulta a la comunidad deja enseñanzas que, seguramente, servirán de guía para las designaciones venideras en universidades y tecnológicos de índole pública asentados en el territorio nacional. La primera, acaso la principal, se refiere al formato de la consulta, a su carácter de indagación con sentido abierto, sin intermediación de grupos y sin asomo de manipulación auspiciada por representantes de grupúsculos partidistas.
Laica es la Universidad y no sólo “de nomine”. En las cinco palabras se resume su naturaleza apartidista, anti dogmática y con destino autónomo en cuanto al quehacer que se lleva intramuros.
Nacional es otro de los elementos definitorios. Con ello se alude a su índole magistral, su carácter de paradigma en cuanto a la cobertura de la forma y el contenido de sus programas y planes de estudios. Asimismo, por su experiencia a fin de propiciar la unidad en la diversidad de enseñanzas y expander sus acervos culturales a la sociedad en general, sin distinción alguna.
Su definición de entidad educativa, autónoma, conlleva el deslinde entre lo académico y lo laboral, sin desconocer que las tareas de la docencia, investigación, difusión y extensión cultural, implican relaciones contractuales. Por lo tanto estatutarias, normativas, como toda actividad regida por la obligatoriedad.
La consulta abierta se apareja al ideal de libertades. Y esta vez se da un paso adelante con el propósito de abonar y fortalecer el susodicho ideal, con motivo de la designación del próximo titular  de los destinos de la institución.
Una flagrante contradicción sería la de seguir haciendo loas y prodigando aplausos a la autonomía, si por una parte se festina la independencia, por ejemplo, de criterios en la docencia y la investigación. Y, si por otra, los directivos fuesen nominados siguiendo pautas y modelos tomados de fuentes y paradigmas tachados de autoritarismo, amiguismo; o bien de atavismos. Todo ello en provecho de la corrupción y la mediocridad.
El proceso de referencia pone ante los ojos de la nación ni más ni menos la viabilidad de formas de convivencia que tienen aplicabilidad en las relaciones a nivel mucho más complejos en donde el régimen de libertades, la red de garantías y las de comunicación pueden confluir sin los consabidos tabúes y sin la falsa alarma que erosiona todo lo que tiene que ver con la participación cívica y ciudadana.
Es edificante, como mucho de lo que ocurre en la UNAM, por lo siguiente:
La reforma del país orientada a una nación de leyes pasa por el proceso de validar o refrendar las instituciones públicas. La convivencia colegiada, el ejercicio participativo y la vigencia del Estado de Derecho son concurrentes y en modo alguno segmentos aislados entre sí, en espera de una convergencia espontánea o milagrosa.    
Hoy es la UNAM. Mañana las universidades y tecnológicos en donde se configura y cultiva la verdad de la ciencia, y en cuyo seno se establece lo que es la voluntad social y se comunica y comparte el sentido del gusto estético a través del arte y las técnicas que lo hacen posible. Y así sucesivamente.

Generosa es la enseñanza que puede dar la Universidad Nacional Autónoma de México en horas de transición en las que la expresión “vida democrática” manifiesta un anhelo que puede convertirse en logro constatable. De ahí la importancia de su cátedra ejemplar. La H. Junta de Gobierno, por tanto, tiene la palabra.

viernes, 30 de octubre de 2015

ENIGMAS EN LA CORTE: EL CAMINO A ELEUSIS

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Enigmas sin resolver se suman y multiplican en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Al tema de los transgénicos se añaden los amparos contra Monsanto que, por cierto, en el nombre lleva la paradoja. Asimismo, se agrega el asunto del Grupo México que nada tiene que ver con el publicitado “Tren de la Salud” en salas de cine, sino con los abusos laborales y sanitarios de la trasnacional.
Entre los pendientes que atosigan a los señores de toga y birrete está el relativo a la “cannabis índica”.
No son pocas las expectativas de que está envuelto el debate, considerado por los más interesados como una resolución que sería histórica, sobre todo si resulta con signo positivo.  
Por lo pronto, al ser diferida deja una pausa que permite la discusión sosegada y el manejo de la dialéctica jurídica entre los barones de la justicia, a fin de emitir una resolución ponderada, racional y acorde con nuestros usos y costumbres, sin violentar la ética social y el nivel educativo y moral que nos atañe.
Por encima de los atavismos, dogmas e intereses que acompañan a uno de los enigmas más apremiantes de la actualidad, el crucial debate despierta conjeturas que van desde el trasfondo mistérico hasta los más rudimentarios y frívolos que uno pudiera imaginar.
Así, por ejemplo, ¿Qué ha de entenderse por lo “recreativo” y por el término más rebuscado para no decir sofisticado, “lúdico”, como condición para el uso y consumo del enteógeno de referencia?
¿Lo recreativo, en la medida que su uso tiene el propósito de suscitar disfrute de estados de ánimo que no ofenden a nadie? ¿Recreativo en el sentido de  un distractor sin ulteriores efectos en la salud del adquiriente? ¿Recreativo, en fin, como si se tratara de un pasatiempo favorable y propicio a la salud mental, sin saldo negativo en la salud de las personas?  
Mucho tendría que decir sobre al particular, el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea en torno al concepto, que no palabra a secas, acerca de la razón aludida en favor de su consumo.
Para el común de nosotros, por recreación entendemos aquella actitud que nos predispone al goce o disfrute de momentos de esparcimiento del espíritu que, a menudo, se obtiene a través del goce estético o la lectura, por mencionar pasatiempos que estimamos constructivos y saludables.
Ahora bien, ¿y qué hay con lo referente a lo lúdico?
Vienen a la mente las analogías. ¿Se tratará de efectuar un juego con la connotación de diversión espontánea? ¿De un juego organizado con el propósito de que los circunstantes compitan entre sí con el  objetivo de alcanzar un triunfo por el triunfo mismo, sin ulterior interés?
En el “Camino a Eleusis”, (Breviarios, FCE) al referirse  a lo lúdico y a la diversión como búsqueda de estados de ánimo por medio de consumir el psicodélico en cuestión Gordon Wasson escribe: “En el habla cotidiana, entre los muchos que nunca han experimentado el éxtasis, “éxtasis” significa  algo divertido, y a menudo la gente me pregunta por qué no tomo hongos todas las noches. Pero el éxtasis no es una diversión. Es el alma misma lo que es tomado y sacudido hasta el estremecimiento”.
    Justificaciones aparte, lo cierto es que el uso y consumo de droga (no se oculta que hay diversas, muy numerosas clases), tiene causas y efectos de acuerdo con las regiones en que se lleva al cabo. No es lo mismo en países con un elevado grado educativo y cultural que en zonas agobiadas por la pobreza y la ignorancia.
Por lo demás, el crimen organizado, los traficantes del insumo están al acecho de una decisión que en mucho les concierne para su causa: asaltos en despoblado a mano armada, secuestros, etc.

Así, los enigmas mistéricos, individuales y con finalidades aviesas o no, requieren de una dilucidación pertinente, al margen de consignas, intereses y proclividades de toda índole.

lunes, 26 de octubre de 2015

FERIA DEL LIBRO EN SONORA: CREAR Y RECREAR LECTORES

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Cada vez más las ferias del libro se convierten en aquello a lo cual alude su denominación o nombre. Más que sitios de mercadeo o lugares exclusivos de exposición de objetos, en el caso de libros, son verdaderos espacios de recreación, propicios para el esparcimiento y la festividad del espíritu.
No una sino varias se efectúan en las principales sedes de la República. A la de Guadalajara y de la capital veracruzana o neolonesa, a la fecha se suceden dos o más en una misma Entidad. Compiten las editoriales en formatos, presentaciones y precios. Las empresas nacionales ponen al alcance, con similar prestancia, sus anteriores y más recientes tirajes.
No existe más discriminación de nacionalidad o por razones de abolengo. La equidad permea en estos festivales como flamante invitado de honor al que todos los asistentes reconocen.
Crear lectores no es tarea fácil ni desdeñable. Los buscadores de libros, avezados en el arte de hurgar en la ingente oferta de obras y autores, ya no son garbanzo de a libra. Emergen por todas partes, siempre con la mirada relampagueante de quienes saben buscar en  los rincones y encontrar lo que pretende.
Sin embargo, formar hábitos de lectura y por lo mismo formar ávidos e insaciables lectores continúa siendo labor incansable, aunque siempre impregnada de satisfacción íntima.
Cierto es que hay por muchos lados, los círculos de lectores en donde los que asisten a sus periódicas reuniones no dejan de proseguir el antiguo uso o costumbre de intercambiar obras y noticias sobre las mismas y sus autores, faltando en la mayoría de los casos la crítica a fondo, implacable o no, pero motivadora de diálogo y aun de discusión constructiva.
La Feria del Libro inaugurada en Hermosillo tiene el singular mérito de incluir un espacio al libro infantil, según mensaje de Mario Álvarez Beltrán, director del Instituto Sonorense de Cultura.
Ahí los pequeños buscadores de la página impresa pueden encontrar motivos suficientes a fin de que su “filía” se manifieste en amor al relato de su preferencia, a la lectura de su interés, con lo cual de la aproximación pasa a la identificación con los temas y los autores en cuestión, hasta volverse un bibliófilo, no bibliómano, de buena cepa.
Cumple la feria en cuestión objetivos que, siendo en apariencia dobles, resultan uno y el mismo. Crear buenos lectores no puede menos que significar que se contribuye a recrearlos; es decir, a enseñarles a caminar para después darles libre y responsable camino. Así, para ejercitarse sin andaderas como también a fin de ensayar el arte de pensar, de repensar lo pensado y de escribir acerca de todo ello. En suma, dar a conocer a los demás el fruto de su experiencia personal. Ahí comienza y toma alas el oficio de lector.
Valga la analogía con lo que ocurre al director de orquesta y también a los ejecutantes en determinado concierto. Más que repetidor de la partitura que interpreten uno y otros, son coautores en la medida que la obra adquiere, con ellos, formas inusitadas, novedosas inclusive. De escucharlas el autor, tendría impresión de no haber tenido la feliz ocasión de prever o suponer dicho resultado. En este sentido, el buen lector contribuye a recrear el libro entre sus manos. Colabora, queriéndolo o no, más bien lo primero que lo segundo, a que la obra obtenga una dimensión insospechada por medio de repensar lo pensado por su propio creador. Si se trata de una obra de gratuidad, por ejemplo, la impresión abre múltiples posibilidades de retomar lo imaginado por el autor y de ensayar la emisión de nuevas metáforas

Bienvenida, por lo anterior, estas ferias bibliográficas en todas las zonas geográficas de nuestra disímil geografía. La recientemente inaugurada por la mandataria Claudia Pavlovich Arellano indica que el desarrollo social no se agota en lo tecnológico y lo  económico. Va al parejo del progreso en todas sus expresiones, así como en lo regional, lo nacional y lo ecuménico..

viernes, 23 de octubre de 2015

GUILLERMO SOBERÓN: MÉDICO, RECTOR Y ADMINISTRADOR




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 (Primera parte)                                         



Tres lustros hubo de esperar la publicación del libro “El Médico, el Rector” escrito por Guillermo Soberón Acevedo.  Consiste en una especie de testamento de la vida y obra del Rector Magnífico (así, con mayúsculas), a cuyo libro no estaría mal agregarle, además de Médico y Rector, la denominación  de Administrador,  función que ejerció invariablemente con dignidad, aplomo y honestidad.
El título de referencia vio la luz este año, para beneplácito y beneficio de universitarios y lectores en general.
Editado por el Fondo de Cultura Económica-UNAM,  se encuentra en las principales librerías de la Capital y del interior. Por otra parte, ha salido de las prensas en horas de transición dentro de la Universidad, con motivo de la elección de rector.
Este proceso trascendental ocurre en términos de calma y normalidad. Termina el rectorado del doctor José Narro con saldo a su favor en cuanto a que, durante los ocho años de su gestión, salvo una que otra alteración del orden interno, ocasional, todo ocurrió sin efectos mayores que lamentar.
La H. Junta de Gobierno de la UNAM  ha dado a conocer, tras  riguroso escrutinio y ponderado análisis, los nombres de diez aspirantes al relevante cargo, mismos que serán convocados, uno después de otro, con el fin de exponer ante el órgano elector  las propuestas y el proyecto, los cuales coordinarían a fin de impulsar los destinos académicos de la institución.
La comunidad preparatoriana, la de mayor población dentro del campus universitario, cifra sus esperanzas en el ascenso de un rector poseedor de honda sensibilidad; es decir, congruente y capaz de enarbolar, con talento y pertinencia, el legado que representa el sesquicentenario de la Preparatoria.
No falta quienes opinen,  entre los docentes preparatorianos, que un contendiente así, con dichas cualidades, es Francisco Gonzalo Bolívar Zapata. Dan sus razones, con ese efecto.
Se trataría, así, de un rector que demuestre, en este sentido, comprensión del legado histórico en la lucha por la autonomía en que ha participado la Preparatoria desde su fundación y a través de las principales mutaciones que ha experimentado la UNAM.
Un líder académico imbuido de pasión por los valores que entraña la educación media superior y superior, en docencia, investigación, difusión y extensión cultural. Diligente y participativo en la tesitura que implica la reforma educativa nacional. Abanderado  de la continuidad de la casa de estudios y del proyecto de país en marcha.
Se quiere y se requiere un rector con visión de futuro, para quien el pasado no sea lastre ni obstáculo, sino gozne vigoroso en la cadena de vida educativa que representa la Universidad.
Es decir, desde la Real  y Pontificia a la Universidad Nacional Autónoma, con todo y sus reformas: desde los proyectos de  autonomía de Palavicini, las leyes del 29 y del 45, hasta la reforma constitucional de 1980 encabezada  por el doctor Soberón Acevedo, cuya obra da motivo a este comentario.
Médico, docente e investigador, dejó a su paso en la cátedra y en el Instituto de  Investigaciones Biomédicas, la impronta  de su talento y saber. Egresado de la Facultad de Medicina lo fue, asimismo, de la Universidad de Wisconsin. Reconocidos son los servicios suyos consagrados como secretario de Salud en el gobierno federal, su participación en la Fundación Mexicana para la Salud. Igualmente es su aportación durante el proceso innovador, reconstructivo, de la autonomía universitaria convertida en norma constitucional durante su rectorado.
Nonagenario, el doctor Soberón, autor,  es motivo de presentaciones en el Colegio Nacional  y en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, con disertaciones de Jaime Martucelli y Julio Frenk. A final del mes, las conferencias dedicadas a la presentación de la citada obra estarán a cargo de Diego Valadés y Octavio Novaro Peñalosa.

El libro es de palpitante actualidad.  Son destinatarios  de la valiosa obra universitarios y lectores interesados en los destinos de la educación, particularmente de la formación integral de profesionales y ciudadanos libres y responsables, con vocación innovadora y creativa.
Es memoria documental, la de uno de los personajes ilustres de México, cuya obra cubre la mitad del siglo XX y trasciende a nuestra centuria, permeando valores educativos en estas dos primeras décadas del siglo XXI.    
Como profesional de la Medicina, Guillermo Soberón es recordado por su desempeño en la docencia y la investigación en la UNAM, el Instituto de Nutrición, la Secretaría de Salud y  la Fundación Mexicana para la Salud.
Su labor como académico, refundador de la UNAM (su casa de estudios), es objeto de reflexión y análisis, de ponderada valoración a la luz de sucesos de trascendencia nacional  y sucesos al interior de la institución.
El precitado libro, a juicio de los editores, es evocación y testamento. En sus páginas palpitan recuerdos afectivos: familiares, amistosos y de índole social.
El acento es eminentemente autobiográfico en el sentido del pensador inglés, R.G.Collingwood,  para quien el género autobiográfico consiste en relatar, describir o reseñar aquello que es el leiv motiv de alguien: lo que ha hecho y hace, su actividad más relevante y distintiva.
El Proemio a su ejercicio de rector de la UNAM, es de Diego Valadés, abogado general  de la institución en aquellos arduos momentos. Se trata de un instructivo y brillante recuento de hechos, cuyo sentido podría iluminar el presente en más de una vertiente.
Para citar algunas ahí está la elección de rector que, como a inicios de la ya lejana década de  los años sesenta se plantea decisiva no sólo para la máxima casa de estudios sino para los centros de enseñanza superior en el país.
Asimismo, en los actuales preámbulos de la reforma electoral en ciernes, del deslinde entre lo laboral y lo docente en los centros educativos adscritos a la SEP, lo ocurrido entonces tiene el alcance de ejemplo a proseguir en cuanto  precedente digno de tomar en cuenta a fin de plantear y resolver la candente problemática de nuestros días.
Aquí cabe transcribir las ideas sobre el tema por parte de quien fue considerado por el popio ex rector,  en varias ocasiones, el  abogado e investigador, como candidato idóneo, una de las más distinguidas cartas para asumir la rectoría de la Universidad.
“El periodo rectoral de Guillermo Soberón, escribe, tuvo repercusiones en el sistema universitario nacional porque se produjo en un momento en el que la crisis  de la educación superior afectaba a la juventud de todo el país. Las circunstancias imperantes también  tenían efectos nocivos para la investigación y para las actividades culturales”.
Los años que van de 1973 a 1981 fueron de verdadera transición hacia la consolidación de la autonomía universitaria, proceso y lucha que culminó desde el punto de vista normativo con la promulgación de la reforma l artículo tercero constitucional. Guillermo Soberón estuvo al frente, en su inconmovible función de capitán del barco, ejerciendo incólume defensa de la institución.
La reforma de 1980 no fue, ciertamente, la panacea, el fin final de la controversia originada medio siglo antes con el movimiento universitario de 1929. No obstante ha sido y es el dique para contener toda suerte de embates y combates: ideológicos, partidistas, clasista y aún de orden económico, entendiendo esto último como la tendencia a convertir el presupuesto universitario en botín de enriquecimiento ilícito.
“El Médico, el Rector”, autobiografía del ex Rector Magnífico (denominación que los españoles dan a sus ilustres líderes académicos con ese honroso cargo), es piedra de toque y posiblemente punto de partida en un inmediato futuro.