Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 29 de enero de 2018

ZONA LACUSTRE DE XOCHIMILCO: CONTAMINACIÓN

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El libro del cual el maestro Luis Bojórquez Castro (UAM) es autor muy destacado y coordinador “Contaminación Química y Biológica en la Zona Lacustre de Xochimilco”, es una voz de alerta, atendible por supuesto, acerca de los riesgos reales y latentes de lo que ocurre no sólo en esta región del país.
Es advertencia y admonición,  relato exhaustivo del entorno que rodea al volcán en vías de explosión y una descripción minuciosa de lo que aún puede hacerse antes de ser víctimas indefensas de la catástrofe.
Nadie podríamos, objetivamente hablando, considerarnos ajenos a lo que sucede y podría suceder en el inmediato futuro. El enemigo principal, al lado de los amagos del totalitarismo político es, hoy en día, la contaminación ambiental.
Este fenómeno lo invade todo. La salud humana para empezar, pero se extiende ominosamente a las esferas laboral, económica y a la convivencia social.
Más todavía: a la cultura en todas sus expresiones y a las relaciones internacionales.
Las buenas conciencias” aluden a la Revolución Industrial como la causa y el origen de los males que por ella nos aquejan. Hay en todo esto la secuela ideológica de la afamada “lucha de clases”.
Pero volviendo al libro del maestro Bojórquez Castro y colaboradores, habría que reconocer en su finalidad una legítima toma de conciencia para explorar científicamente las causas de esta degradación ambiental y proponer la forma de soslayar  la tendencia al “dejar hacer, dejar pasar”.
Por cierto, este año se cumplen cuatro de haber visto la luz pública la obra del profesor Bojórquez Castro “Peces de Xochimilco: Su ambiente y  situación actual”.
Desde nuestra actual perspectiva diríamos que el contenido de aquella aportación bibliográfica era el preludio o anticipo, mejor, de la presente investigación colectiva.
Allá la descripción incluía información histórica acerca de las especies existentes, de las introducidas posteriormente, no sin dejar de puntualizar lo relativo al ambiente fisicoquímico de los peces.
Aquí, en este libro, los estudiosos y lectores no especializados encontrarán muy valiosas observaciones sobre enfermedades endémicas, provocadas por la contaminación biológica, los microorganismos patógenos en el aire y el polvo. Etcétera.
El capítulo 6 del libro expone las perspectivas de la contaminación que padecen los pobladores de Xochimilco. La investigación  se refiere, asimismo, a los factores materiales, biológicos y ambientales que intervienen en la contaminación de la zona.
Obra de consulta, en ella se resume el talento de los autores, la destreza intelectual del coordinador y la oportunidad de la UAM-Xochimilco en estos momentos en que el tema ecológico ocupa los primeros lugares de la
información cotidiana,  con todo y la carga de improvisación y ligereza.


martes, 23 de enero de 2018

MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS: LA PENOSA VECINDAD

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Incómoda, cuesta arriba y escabrosa, por decir lo menos ha sido y sigue siendo la vecindad con los Estados Unidos. Tenía razón el poeta cuando aludía a la cercanía de México con la vecina Nación. Y agregaba: pero tan lejos de Dios.
Al cabo de un año de presencia en la Casa Blanca, Donald Trump confirma aquel aserto.
Estados Unidos es, actualmente,  el imperio número 1 sobre las faz de la Tierra.
Y vivir, sobreviviendo, a la vera del poderoso Imperio no ha sido nada fácil para nosotros, que nos consideramos una comunidad con historia y con tradiciones de respeto a la dignidad humana y a los principios, entendidos como fines últimos, de acato, predominantemente, a la tolerancia, a la igualdad y a la convivencia en paz y armonía.  
2017 y lo que va del 2018 han sido de verdadera pesadilla no sólo para los “dreamers”, sino para todos nuestros connacionales que laboran y viven en aquel país.
Ser tratados como indeseables es lo que reciben como respuesta allá nuestros paisanos que, por necesidad o por aspirar “al sueño americano”,
toman el suelo ajeno como si fuese propio.
Buen número hacen aquellos que han ido al frente de batalla y han sufrido en carne propia los efectos mortales de las contiendas.
No obstante, el Mandatario sucesor del Presidente Obama ha llamado a México el origen y causa de la drogadicción, del flagelo del narcotráfico y por tanto del crimen organizado.
Los denuestos han estado a la orden del día en estos difíciles 12 meses de la convivencia.
Todo lo contrario a las óptimas relaciones entre las presidencias de  Benito Juárez y Abraham Lincoln, hace más de siglo y medio, las presentes dejan mucho que desear.
Hoy en día se nos compara a los vecinos cuya peligrosidad rebasa lo inimaginable: según los calificativos del Presidente Trump, el armamentismo doméstico y la criminalidad que va de su mano, van desde México; el consumo de estupefacientes sería motivado por la oferta apetecible que va de aquí hacia allá; la migración hacia el interior del Imperio sobrepasa lo tolerable.
En fin, la vecindad entre nuestro país y el suyo, es penosa y hasta afrentosa.
Desde nuestro punto de vista, con el actual Mandatario, la negociación ha sido sustituida por la amenaza; la convivencia jurídica por el acoso y el libre mercado por la mano férrea del totalitarismo.
Las bases del Imperio están siendo socavadas. Y si hay de imperios a imperios, el que priva ahora en la frontera norte se enfila hacia la franca dictadura, a los dogmas de la autocracia más feroz que se haya encumbrado al poder en aquel vasto territorio.
El francés Montaigne tenía razón  al admitir en sus “Ensayos” que “la mayor parte de los disturbios en el mundo son cuestión de gramática”.

De lenguaje o de expresiones ofensivas y denigrantes, diríamos.