Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







sábado, 12 de julio de 2014

EN LA SOCIEDAD ABIERTA: ESCUELA PARA TODOS


Maestra de Grecia llamó Pericles a la ciudad de Atenas en su discurso en honor de los caídos durante la guerra. En ciudad abierta la convirtieron sofistas de la talla de  Protágoras y Gorgias, por su estilo de educar sin distinción de clase, origen étnico o posición económica.
Fueron estos últimos, educadores itinerantes, oriundos de Abdera y Sicilia, quienes impartieron su saber en sitios públicos, por medio de preguntas y respuestas, y a través de la polémica.  
A ellos se da el mérito de haber colocado la primera piedra de la escuela popular, de la Escuela para Todos. Tienen la honra de haber fundado el plantel educativo que no limita el ingreso por cuestiones de salud física, como tampoco lo restringe por causa mental o psicológica.
En la escuela libre de cerraduras, sin ataduras, la escuela laica es sitio idóneo en el que se procrean raíces de la sociedad abierta y en cuyo seno prosperan todas las teorías científicas sobre la naturaleza, la sociedad y el arte. En esos espacios caben, sin cortapisas, niños, adolescentes, jóvenes y aun adultos de la tercera edad.
La Escuela para Todos es corolario de un movimiento con sentido social que implica que no hay condiciones limitativas de ninguna especie, a no ser las conocidas por renuencia propia o impuesta, o por la aviesa voluntad que excluye, obstrucciona o discrimina.
En sentido opuesto, la escuela dentro de la sociedad cerrada tiende a ser exclusivista; por tanto elitista. Promueve condiciones y requisitos que van desde el origen clasista hasta el nivel socioeconómico, sin descontar el grado de discapacidad o los impedimentos físicos y mentales que hacen merma en el aprendizaje y en el dominio de habilidades.
Sede del congreso educativo mundial en el próximo otoño, con reconocimiento  universal a Cajeme en su calidad de municipio incluyente, la educación adquiere ahí el valor de palanca que remueve ancestrales usos y costumbres. Educadores, directivos y docentes, con apoyos del Ayuntamiento y por decisión autónoma de las autoridades locales, hacen valer y llevan a los hechos la propuesta pedagógica inspirada en la idea de que la Escuela para Todos es centro irradiador de cultura popular al alcance de grupos sociales marginados y con desventajas o discapacidades de diversa índole.
A título de ejemplo, el plantel CBTIS, número 37, fue declarado “pionero”, motivo de orgullo dentro del esquema de educar sin exclusividades, impartir conocimientos y habilidades sin preferencias o hacerlo según presunciones del saber excepcional.
Rogelio Díaz Brown, alcalde municipal, promueve y respalda con hechos, la propuesta incluyente en todos los órdenes de la convivencia. Califica de pionero al plantel mencionado y como “orgullo de Cajeme”, basado en la calidad educativa, excelencia en el desempeño docente y por los encomiables resultados de los  educandos, así como por la acertada conducción administrativa.
Y al llamar “Pionero”, “Orgullo  de Cajeme” al CBTIS 37,  alude a que el plantel es un espacio educativo de vanguardia, incluyente, el cual atiende a personas con “necesidades especiales”, sin discriminación ni soslayos. Asimismo, confirma que hay   francas perspectivas de ingreso y egreso, facilidades de participación productiva en  tareas formativas e informativas. Todo ello en beneficio del sector demográfico hasta ahora en franca discriminación y desamparo.

CBTIS 37 pasará a la historia no sólo en Sonora como plantel  piloto de enseñanza pública con puertas abiertas, espacios y medios para personas necesitadas de educación especial. Califica como pionero ante todo por garantizar respeto a la dignidad de las personas y como modelo con capacidad de dar posibilidades para el goce de bienes y oportunidades propios de la sociedad abierta. 

REBELIÓN Y RESISTENCIA CIVIL: ÚLTIMOS RECURSOS


En los límites de la organización democrática, el derecho a la rebelión y la denominada resistencia civil adquieren el sentido de principio el primero y de ejecución el segundo. Representan mucho más que emblemas ideológicos o formas para amedrentar a dictadores y tiranos, a déspotas y/aprendices en el arte de mandar.  
Derecho ciudadano lo considera John Locke y como tal lo lleva a la experiencia en Norteamérica, Thomas Hamilton. H. J. Laski lo enriquece, elevándolo a defensa o con carácter de autodefensa de las mayorías; no sólo con exclusividad para las minorías. Al margen de que éstas se vuelvan, en un momento dado, minorías, lo cierto es que la rebelión así propuesta y las movilizaciones de resistencia, son armas defensivas frente a la violencia de los émulos, meros imitadores, del Rey Sol.
Para Adalberto Rosas López, ex Presidente Municipal de Cajeme, en el sur de Sonora, los brotes de resistencia civil se justifican por lo siguiente: el llamado Acueducto Independencia, en el Valle del Yaqui, es producto de una acción o serie de acciones impremeditadas que dan pábulo a la inconformidad; es decir, el Acueducto surgió sin proyecto previo, en todo caso hecho a a imagen y semejanza del voluntarismo corruptor. Su parto, doloroso aún, fue sin importar perjuicios y daños posibles en el bienestar y la seguridad social.
Creció sin certificado alguno, sin documentación oficial: paria que oculta su identidad, en el orfanato del olvido, jamás consensuado y portador de un gafete con sello político y por tanto provisional.
El líder del movimiento ciudadano pro defensa de los derechos legítimos del agua argumenta, con base en principios lógicos, que después de cinco años de arbitrariedad, abusos y complicidades, llega el momento de restablecer, de una vez por todas, el derruido Estado de Derecho, dejando a un lado la artimaña del avestruz, táctica dilatoria de tergiversarlo todo con “acuerdos” y “convenios” para ocultar el fraude a ojos de la población y encubrir así el desacato a las resoluciones de la SCJN.
Ningún pretexto hay, afirma, después del fallo reciente formulado por el supremo tribunal de justicia y tras la orden del Juez Octavo de Distrito, a fin de continuar la farsa que hace de la justicia diferida un recurso para incumplir los mandatos judiciales. Y no hay subterfugio que valga con el propósito de que prevalezca la impunidad sobre el principio de la imputación según el cual si es el delito o el desacato debe aplicarse la consecuencia penal correspondiente, sin  distinción o excusa.
De gran trascendencia es la apología de Adalberto Rosas. Las razones que da son precisas y esclarecen, por si hubiese falta, el proceder del movimiento ciudadano, de los productores agrícolas del sur de la Entidad; en fin, la posición de la denostada Tribu Yaqui, los apoyos y garantías por parte del Municipio incluyente, defensor y auriga del bienestar comunitario. Difícil, no imposible, es el retorno al Estado de Derecho. El triunfo de la legalidad será, lo es, un triunfo de la democracia. 
En medio de la estorbosa bruma, hay opciones inteligentes y viables en este callejón sin aparente salida: las plantas desaladoras, la administración técnica del vital líquido y la vuelta a proyectos como el que hizo despertar en Sonora grandes esperanzas: el PLHINO (Plan Hidráulico del Noroeste) Por cierto, los sonorenses tienen un magnífico aliado en el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez.

CONAGUA y SEMARNAT están en el ojo de la tempestad. Sin embargo, mucho bien harían al acatar las resoluciones judiciales, a fin de evitar que estalle el derecho a la rebelión en Sonora y prospere la resistencia civil, con todo y sus efectos. De mano ejecutora de la Ley podrían, en caso contrario, ser colocadas en la silla de los sentenciados para vergüenza nacional.

sábado, 5 de julio de 2014

EL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA EN SUS 80 AÑOS



Cumple el FCE venturosos ochenta años. Ostenta juventud de la buena, la edad maravillosa de la madurez. Sus archivos y catálogos rebosan de saberes y conocimientos universales, lo cual hace pensar y decir: el nombre es lo de menos.
Nos referimos, claro, al término que alude a sus años primigenios cuando la producción editorial del FCE se identificaba por sus contenidos temáticos relativos a teorías económicas, a preocupaciones doctrinarias y corrientes ideológicas en el primer tercio del siglo anterior derivadas, en lo interno del recién concluso movimiento revolucionario, y en lo externo de los conflictos previos a la Segunda Guerra Mundial.
A la fecha, el FCE es prolífico venero bibliográfico en el que se pueden encontrar sorpresas que van de lo clásico a lo moderno, pasando por las diferentes etapas culturales de la Humanidad, sin discriminación de ideologías: corrientes artísticas, científicas y filosóficas. El valor intrínseco de las obras y el talento de sus autores sobresalen por encima de cualquier otro interés.
La prolongada edad del Fondo, las vicisitudes propias de una editorial inserta en  despachos administrativos, da a entender que las instituciones no son producto del azar, incluso escapan por su misma índole a las influencias del momento político, remontando lo efímero y circunstancial hasta alcanzar su medio idóneo, el de la objetividad y el rigor metódico.
Hoy en día preside al FCE un maestro en el arte del decir y el escribir, experto a lo largo de mil batallas en el andar dentro de la administración pública y en los amplios caminos de la academia; bibliófilo de corazón hasta donde nos consta, festivo de espíritu y alegre en el trato cordial hacia los demás.
José Carreño Carlón, norteño de buena cepa, sonorense para decirlo de una vez, ha llegado al FCE en un momento crucial de la trayectoria octogenaria de la precitada casa editorial. Sus inmediatos antecesores prepararon, con tierra propicia, la siembra y resiembra de autores y obras cuya actualidad se fortalece con títulos que anticipan el inmediato porvenir, entrelazada con textos de tiempos arcaicos, de la primera Ilustración en la Atenas de Pericles hasta llegar a los del Siglo de las Luces en Europa: con  Rousseau y Voltaire; Herder, Goethe y Kant.
Por estos días, se da la noticia acerca de la impresión de la “Antropología en sentido Pragmático” de Emmanuel Kant, de la que Cassirer, Goldman y Foucault de han dedicado, lúcidos comentarios, Ernst Cassirer, ilustre neokantiano, tomó de ella inspiración a juzgar por  el título de su libro; “Antropología Filosófica”.
La reciente traducción de la “Antropología…” en el FCE por los doctores Dulce María Granja y Gustavo Leyva, sin duda revivorá la vieja polémica en torno a si el idealismo crítico es o no un verdadero realismo. O, si por el contrario, el kantismo no es sino continuación del idealismo de George Berkeley. En suma, si las tres Críticas son, por caso, un precedente de “La Doctrina de la Ciencia” de J. G. Fichte. Marx y Freud; Hegel, Nietzsche y Foucault no son ajenos a la teoría antropológica del pensador prusiano.

Volviendo al tema, cabe mencionar el carácter jovial, optimista y emprendedor con arreglo al cual se festejan los 80 años de la pluralista, pujante y productiva casa editora. Sobre el particular, es plausible su plan de reimprimir obras de próceres de las letras mexicanas: Paz. Huerta, Revueltas; Pacheco, Reyes, y muchos más, sin dejar de lado a los clásicos de la antigüedad y la posmodernidad. Anuncia el maestro Carreño Carlón la apertura de librerías, así como el lanzamiento de ediciones digitales. Se avizora, así, un capítulo novedoso del FCE con objeto de impulsar la difusión masiva de sus obras a través de revistas y diarios para beneficio educativo y cultural de sus ávidos lectores.

miércoles, 2 de julio de 2014

DERECHO A LA CONSULTA: FRENO AL ABUSO Y A LA ILEGALIDAD


Un derecho más que privilegio otorgado por el poderoso, es la consulta popular. Es forma de control ciudadano con la finalidad de evitar, y aun de impedir, que impere los impulsos del autócrata y las tendencias del aprendiz en política, cuyos abusos van del  atropello hasta la temeridad y la plena ilegalidad.
El ejercicio de la consulta es, en este sentido, parte esencial, constitutiva, de la democracia en el Estado de Derecho.
Ocurre el comentario con motivo del acuerdo concertado para efectuar la consulta a la Tribu Yaqui acerca de la construcción del gasoducto Sonora-Sinaloa. Pero las malas lenguas hablan de “tapar el pozo después del niño ahogado”, aludiendo al Acueducto Independencia: a los abusos, la corrupción y los delitos de “cuello blanco” cometidos durante su arbitraria ejecución y puesta en servicio.
Sin embargo, se trata de dos proyectos diferentes. Para empezar, el gasoducto Sonora-Sinaloa es un proyecto del Gobierno Federal, con previsibles efectos que garantizan el desarrollo integral de ambas Entidades: impacto en el empleo regional, fomento en la actividad agroindustrial y las manufactureras, así como en la producción de energía a precios accesibles.
El Acueducto Independencia fue un proyecto organizado  en la penumbra que da la semioscuridad del silencio y favorece  la complicidad en lo que se refiere a inversiones y a su nominal utilidad en cuanto a beneficios en favor  de la sociedad en su conjunto. 
En cambio, el gasoducto Sonora-Sinaloa es, en principio, un proyecto con sentido social, Se trata de una obra con miras al futuro progreso regional.
Por su parte, el Acueducto se ha vuelto un verdadero “dolor de cabeza”, dice con toda razón el alcalde de Cajeme, Rogelio Díaz Brown. Representa, ciertamente, un atropello a los derechos de la Tribu Yaqui y es una fuerte embestida contra los productores del sur del Estado. En suma, es un perjuicio evidente a las finanzas públicas, a la Ecología del Valle del Yaqui ahora y  en el muy corto plazo.    
Por otro lado, mientras el gasoducto se perfila como un modelo a seguir en todo aquello que tiene que ver con el ambiente, con la productividad y el empleo, el uso y el usufructo de los recursos naturales en términos de beneficio social, el Acueducto y lo que de él quede, se avizora como ejemplo a no seguir, referente de lo que no deberá nunca repetirse. Es decir, el primero favorece al Estado democrático de Derecho; el segundo, al contrario, reinstaura usos y costumbres del Estado autocrático de Derecho. Uno justifica la participación ciudadana; el otro la desvirtúa, la mancilla y la corrompe. 
El municipio de Cajeme considera un “honor”, con palabras del alcalde Díaz Brown, el haber sido elegido escenario para formular el acuerdo según el cual la Tribu Yaqui  reasume sus derechos a ser oída y consultada. Y esto abona el ejercicio democrático por parte del Ayuntamiento, de su edil y de los ciudadanos, para quienes el poder del sufragio es factor básico en la recuperación de la democracia en Sonora, próximamente.
El paralelismo no termina aquí. Tendrá repercusiones a tomar en cuenta para futuras propuestas antes de decidir, en lo oscuro y el silencio, su eventual  realización. Por lo pronto habrá que examinar la intencionalidad que hay detrás de ambos proyectos: su perspectiva social, los costos en lo económico y en lo político. En suma, lo redituable en orden al bienestar, desarrollo y progreso de la comunidad.

Los tiempos de austeridad, cautela en las inversiones públicas y atención a la demanda de transparencia en el manejo de los bienes públicos, reclaman que el ascenso al poder se acredite según la experiencia de los aspirantes, su honestidad y respeto a los derechos de las minorías. La vuelta a la democracia tiene, por lo visto, altas exigencias.