Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







viernes, 12 de julio de 2013

LUZ AL FINAL DEL ACUEDUCTO; LA MEJOR OPCIÓN





Rogelio Díaz Brown, presidente municipal de Cajeme enuncia la propuesta mejor, a nuestro entender viable, de posible  ejecución, frente a frente de la postura inconducente, inflexible  y pertinaz de Guillermo Padrés Elías convertido en líder de los poderosos  barones del capital agroindustria. El gobernador del Estado, abanderado de la intransigencia, hace ondear a toda asta su enseña anarco-política, con ademán  imperturbable, desde la sede oficial del Palacio de Gobierno.
Su propuesta consiste en construir, con la finalidad de sustituir al polémico acueducto  una planta desaladora equipada  con los más recientes avances técnicos para  abastecer  del preciado  insumo a los pobladores de la capital sonorense, sin afectar a los productores del sur. Una opción salomónica podría muy bien llamarse a la propuesta del munícipe Díaz Brown, comprometido con la legalidad y la constitucionalidad, lo que equivale a respetar  las resoluciones del Poder Judicial.
Recordamos la anécdota del Rey Salomón,  el sabio hebreo colocado ante lo que para algunos sería un enigma arcaico de la administración de justicia: ¿A cuál de las  presuntas madres pertenece  el pequeño  de brazos? ¿A la angustiada madre que lo reclama transida de dolor o bien a quien con gesto indiferente, aún desdeñoso, acepta la regia propuesta de bisectar  al vástago, dando así justicia al  par de madres en disputa?
El desenlace es conocido de todos, por decirlo así. Pero, a más  de tres milenios, la enseñanza  atesorada da la impresión de olvidarse fácilmente.
Dar a cada quien lo suyo conforme a Derecho, no es tarea, ciertamente, de lógica expedición. Lo suyo de cada quien implica determinarlo, dirimirlo y conciliarlo en términos  de compatibilidad de intereses. Conlleva impactos disímbolos, incluso contrarios y contradictorios. Así sucede con los favorecidos y entre aquellos a quienes se  desestiman sus demandas.
De modo similar a la resolución salomónica, la propuesta del munícipe encaminada a una resolución objetiva y realista, perdurable y de corte moderno, se inviste y reviste como la opción mejor, como  el proyecto capaz de corregir devaneos, imprevisiones y síndromes de corrupción y burdas complicidades.
La propuesta proviene del joven funcionario, cuya precocidad política, dignidad en el desempeño de su elevado cargo, respetuoso de la legalidad y la interpretación del orden normativo vigente, lo sitúa como ejemplo de coherencia y verticalidad  de frente a esta etapa de la transición y de torbellino ideológico que permite lo casi imposible: que el agua se mezcle con el aceite. Léase así: que prospere el cínico aliancismo de la extrema derecha con la utópica y delirante izquierda.
Lo del Acueducto Independencia va mucho más allá de lo ocasional y fortuito. En los precedentes, comienzos, licitaciones, contubernios y compromisos políticos del más oscuro origen y en el desarrollo y futura resolución, hay mucho que espigar y no dejar que todo termine en un capítulo, al modo de triviales telenovelas. Las generaciones futuras, esperarán contar con una memoria pertinente y objetiva, con materiales de análisis y síntesis para la consulta y la reflexión por parte de políticos y de administradores públicos. El momento es propicio para ello. Consagraría, así, el político con arrestos de hombre de Estado, su participación y legado conciliador, bajo el método de la normatividad jurídica y de la técnica o arte de mandar. Es decir, de conducir hombres bajo un liderazgo responsable.

Al término del acueducto se avizora la luz de la negociación a través del diálogo con argumentos y propuestas de factible resolución. Está a la vista la propuesta del alcalde cajemense en espera de felices resultados, bajo el primado de la voluntad política entre gobernantes y ciudadanos.

lunes, 8 de julio de 2013

CUENTOS Y RECUENTOS: DESPUÉS DEL 7 DE JULIO




Han sido estos comicios de los más polémicos en lo poco que va de nuestro siglo. Se recordarán como aquellos en cuya antesala se cometieron graves ilícitos: robo de boletas, secuestros y crímenes de aspirantes y candidatos. Concurrieron, además, circunstancias motivadoras de optimismo y, al propio tiempo, de franca desilusión, precedidas por la  crisis laboral, la carestía y la inseguridad.
Doce años de mal gobierno no se olvidan fácilmente. Los dos últimos sexenios son testimonio de inepcia, anarquía y deterioro  del Estado de Derecho. Esto no se repara en tiempo perentorio. De una presidencia lúdica a otra marcada por la inexperiencia para resolver los problemas que más apremian, era de esperar resultados deplorables en las políticas de bienestar, en el ámbito educativo y en la convivencia social. 
La resaca moral con efectos adversos en salud pública, convivencia social y en el área de las relaciones internacionales, ha hecho y hará difícil,por lo complejo,la recuperación en el corto plazo.
Bajo estas consideraciones, las elecciones del pasado 7 de este mes son indicativas de un pasado lastrado por la ineptitud y el enriquecimiento ilícito; sin embargo,reveladoras de anhelos de rectificación por medio de la elección de los mejores.
El ensayo y corrección de los errores tiene alcance y sentido diverso en la experiencia social comparado con lo que ocurre en el orden de los fenómenos naturales. Aquí la necesidad y la predicción estadística; allá el libre albedrío, la libertad y la legalidad; el compromiso a la luz de la planeación. En política, el ejercicio democrático implica participación mayoritaria, derecho a la inconformidad, a la protesta e inclusive a la rebelión, mientras que en el orden natural enseñorea la férrea causalidad, el imperio del acaecer ajeno al querer individual, popular y colectivo.
A juzgar por los síntomas positivos, podemos referirnos a una posible recuperación cívica mediante la participación popular, la credibilidad en las instituciones que tienen que ver con los comicios: la eficiencia y eficacia de los órganos tutelares responsables de aplicar la normatividad en la organización, el desarrollo y auscultación del proceso electivo hasta la validación y certificación de los sufragios.
Atrás quedan, para empezar, las campañas inhibitorias propiciadas por tendencias ideológicas de la derecha reaccionaria, acuciada por la publicidad alucinante y utópica de las  izquierdas en pie de lucha. 
El método del ensayo y el error en este 7 de julio ha consistido en la apertura hacia un horizonte en donde se procura el ascenso de los mejores, de los que califican óptimamente por su comprensión de los asuntos públicos; es decir,busca promover a  profesionales de la política con visión de Estado, aquellos que se disponen a servir generosamente a la Nación, con terminología liberal del generalísimo Morelos y Pavón; paradigmas en el arte de gobernar con dignidad republicana; gestores en suma del poder con temperancia y capaces de vivir con medianía y honradez, según la admonición de Benito Juárez, el presidente reformador.

Quedan atrás, así confiadamente lo esperamos, la fabricación de castillos en el aire, la difusión de cuentos de hadas y la publicidad con promesas vacías de esperanza. El recuento, voto por voto, es el del regreso a las instituciones, el del camino hacia la modernización, sin engaños, transacciones y concesiones por encima de la ley y la Constitución. Es reinicio, por vía de lo constatable, de la transición a la democracia. No el retorno a la inmovilidad de la alternancia sin rumbo ni sentido.

lunes, 1 de julio de 2013

GUERRA Y PAZ EN EL USO Y LA TENENCIA DEL AGUA




En Sonora, el titular del Poder Ejecutivo, Guillermo Padrés Elías, ha logrado lo que ningún Mandatario en la historia de aquella Entidad: dividir al Estado en dos. Al norte, desde cuya capital despacha ufanamente; al sur, en donde se la arreglan como pueden los pobladores, pobres y ricos,  víctimas de la atroz anarquía.
No satisfecho con lo anterior, el “Rey Sol” norteño da el paso final para escindir, separar y dividir, a como haya lugar, a los yaquis, productores del campo cuando no jornaleros en condición de pobreza extrema.
Los indios yaquis, puntales en la Gran Revolución, primero con Lázaro Cárdenas y luego con Luis Echeverría, fueron habilitados con tierras y avíos, aunque más tarde privados de dichos beneficios por aquel gesto comprensivo y reparador, comenzando la feroz campaña que aún se deja sentir.  Según la malintencionada publicidad, los yaquis serían una etnia marcada por la pereza, la indolencia y el vicio. Serían algo así como parásitos improductivos, servidores de hacendados, empleados de los barones dela tierra, del agua y de todo lo concerniente a la riqueza agropecuaria de la región en aquella demarcación en la que fueron amos y señores.
Y Salinas de Gortari habría de darles la puntilla, decretando la desaparición del ejido en beneficio de terratenientes criollos y de las ávidas trasnacionales.
Para el Ejecutivo estatal, los indios yaquis, sus  demandas, así sean fundadas en Derecho, no cuentan. Y si no existen unos, por lo mismo tampoco sus reclamos. Hace días volvió a incumplir el compromiso que enunció cuando tomó posesión del cargo, el de “cumplir y hacer cumplir las leyes”. Y con tal desplante, no asistió a la anunciada entrevista, argumentando que no lo haría, pues no se daban las condiciones propicias con ese efecto.
Los enterados afirman que era de esperar el gesto desdeñoso del “Rey Sol”,  convencidos de que Padrés Elías tiene ojos, pero no ve; oídos, pero no escucha; manos aunque no actúa; mente, pero no reflexiona. Es político al modo de los jefes primigenios de la edad de piedra. Insiste y persiste en que el agua es de todos, para todos y a pesar de todo.En suma, no hay poder alguno que lo limite, no hay normatividad que le finque sus atribuciones, no hay inconformidad popular que lo lleve a poner los pies sobre el suelo donde pisa.
En Sonora, la  guerra por el uso y la tenencia del agua ha encendido una chispa que podría volverse llamarada y después gigantesco incendio. No se olvida que la sequía ronda en  zonas igualmente azotadas por la imprevisión, la frivolidad, la mezquindad y los vacíos de vocación de servicio: de todo aquello que hace del político un hombre de Estado, gestor auténtico de los apremios populares.
Por fortuna hay lecciones, de las cuales se pueden sacar provechosas y oportunas enseñanzas.
A unos cuantos kilómetros del Valle del Yaqui, la región en donde seda la disputa por el uso y usufructo del vital insumo, en el apartado municipio de Moris (Estado de Chihuahua),su presidente municipal saliente, Martín Pérez Campo, entrega a los lugareños de la comunidad serrana de Bermúdez una presa con dimensiones modestas, pero de inusitada importancia en la región, cuyos habitantes han vivido, y viven, de la agricultura y la ganadería. Carecieron resignadamente, hasta hace poco, de beneficios similares en sus predios temporaleros; también de energía eléctrica en sus escuelas y  viviendas.

Patricio Martínez García, ahora Senador, durante su gobierno (1998-2004), dio certeras instrucciones que ahora dan cosecha para que los chihuahuenses, todos sin excepción, tuviesen los beneficios de agua, asistencia técnica y financiera, haciendo honor con ello al acato de leyes y reglamentos previsores. Como se ve, esto y mucho más es posible en el Estado de Derecho. Es decir, en sana paz.