Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







miércoles, 25 de noviembre de 2015

AGUA PARA TODOS: UNA RESOLUCIÓN SALOMÓNICA

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No siempre los dichos populares son portadores infalibles de la verdad. Por caso, el que reza así “Árbol que nace torcido jamás sus tronco endereza” bien podría enunciarse diciendo: “Aunque naciera torcido, el árbol podría finalmente enderezarse”.
Todo depende, es cierto.
El Acueducto Independencia se gestó y creció en medio de graves defectos. Desde sus orígenes, se concibió entre anomalías. Creció, así, hasta alcanzar la madurez; es decir, hasta su puesta en operación.
De lo primero hay constancias que se refieren a la errática planeación de la ingente obra y sobre la consiguiente ausencia de consulta a los involucrados; a esto se añade lo anómalo de la licitación, rodeada de asegunes. Y a lo torcido de la naciente planta,  se suma lo dudoso de su procedencia y legitimidad.
Lo segundo, tiene que ver con la puesta en servicio de la susodicha obra. Hará tres años en que el entonces ocupante del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, le dio su bendición inaugurándolo sin que para entonces hubiese el vital líquido, el agua, del que deriva el sustantivo que lo identifica.
En fin, la suerte del árbol torcido del que no todos profetizarían que algún día habría de verse con el tronco restaurado, siguió cubriéndose del qué dirán (dimes y diretes), apostando unos por su cancelación definitiva; otros, anticipando su utilidad en el corto o mediano plazos, invocando con este último efecto la parábola bíblica del fallo salomónico. El pronóstico está a punto de verificarse.
Las sentencias del Poder Judicial forman parte de la secuela de ignominia tras ignominia que pesa sobre el multicitado Acueducto.
Pero no hay malentendido que dure cien años.
Los pronunciamientos de la jefa del Ejecutivo estatal y del director general de CONAGUA disipan un mar de conjeturas en torno al destino del Acueducto, de su transitoria operatividad, sino acerca del problema de fondo,: el abasto de agua en lo inmediato: para el servicio doméstico, uso agrícola y menesteres industriales. Y todo, en beneficio de los municipios del sur como para poblaciones intermedias y de Hermosillo, la ciudad capital.
Lo expresado por Claudia Pavlovich Arellano y Roberto Ramírez de la Parra puede sintetizarse así: a) el agua es para todos. Su distribución se hará con arreglo a criterios técnicos de equidad; b) el saneamiento de la problemática consistirá en instalar una planta desaladora, a fin de resolver la demanda en el mediano plazo; c) Federación y Estado acuerdan, en común, restaurar el deteriorado Estado de Derecho en la Entidad, promoviendo condiciones de posibilidad para dar a cada quien lo suyo conforme a la normatividad vigente.
Acerca de la planta desaladora, el presidente municipal de Cajeme, Faustino Félix Chávez, impulsor de este acuerdo, expresó: “Es la respuesta a la demanda de los productores agrícolas del sur de Sonora”. Y puntualizó: en la medida que  se solucione el problema de abasto de agua a Hermosillo, no será necesario el abasto del vital líquido desde el Novillo, a través del Acueducto Independencia.
No se avizoran pugnas, inconformidades o protestas por parte de grupos en controversia.
Todo indica, por encima de las primeras reacciones mediáticas, que hay excelentes disposiciones a fin de enderezar el árbol torcido por parte de ejidatarios, comunidades indígenas y productores. El Movimiento Ciudadano por el Agua ha contribuido ejemplarmente a fin de reimplantar la legalidad por encima de la política discriminatoria.
Hay unanimidad, logro plausible después de largos años de zozobra, incertidumbre y activismo frente a la arbitrariedad, el acoso, la injusticia contra líderes de la Tribu Yaqui y amenazas a los disidentes.

Alberto Vizcarra, líder de “No al Novillo” sostiene que este es un primer paso, en firme, para superar el paradigma que ha prevalecido durante años tocante al abasto del vital insumo. Es una redefinición en puerta a la controversia, la cual prepara el camino para restituir el Estado de Derecho. Y es una demostración, asimismo, de la actitud visionaria de la gobernadora de la Entidad.