Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 29 de marzo de 2011

LA ENCICLOPEDIA UNAM-SIGLO XXI


Por: Federico Osorio Altúzar 
Todo indica que el siglo de Las Luces se extiende hasta nuestros días. La revolución informática es una de sus repercusiones más notables. Con palabras de Mario Bunge en “Crisis y  reconstrucción de la filosofía”, esta revolución  transforma “no sólo los modos en que la información se difunde a través de la sociedad, sino también las relaciones y actividades sociales, en particular el modo mismo de producción, circulación y utilización del conocimiento”.
La UNAM forma parte de esta avanzada revolucionaria. Su “Enciclopedia de conocimientos fundamentales”, coeditada con Siglo XXI, confirma  lo anterior. Representa una hazaña en su género al culminar la primera década de esta centuria, en el sentido de que asume con una visión ecuménica y un acendrado humanismo, la noble tarea  de compartir, extender y difundir el legado de la historia universal con una perspectiva laica, por encima de toda presunción ideológica.
El rector de nuestra máxima de estudios, José Narro Robles, valora la culminación de este esfuerzo señero como un capítulo con arreglo al cual la Universidad refrenda su  “vocación de servicio a la sociedad”. A su vez, Jaime Labastida, director general de Siglo XXI, humanista y universitario muy distinguido, pondera la Enciclopedia como un novedoso complemento en la aventura del conocimiento: convoca a los lectores a que profundicen en temas, autores, creaciones, teorías, corrientes del pensamiento. Afirma: “la sabiduría actual es una herencia, una acumulación de los siglos anteriores. Antes que respuestas, tenemos dudas y preguntas”.
La Enciclopedia está configurada en cinco volúmenes que reúnen trece disciplinas: español, literatura, filosofía, ciencias sociales, arte, historia, geografía, química, biología, ciencias de la salud, matemáticas, y computación. Incluye antologías al final de cada materia. Tiene el carácter interdisciplinario; es útil para la actividad académica y profesional.
Su título hace recordar la  Encyclopaedia Britannica de 1757 como también la Gran Enciclopedia del siglo XVIII: la primera, recuerda el maestro Labastida, la integran 29 volúmenes. La segunda, es la “summa” de sabiduría labrada por humanistas y hombres de ciencia (Voltaire, Diderot) de la Ilustración occidental.
Cabría invocar aquí el epígrafe con el que antecede Inmanuel Kant su “Crítica de la razón pura”, llamando a participar a todo aquel que se interese en la gran renovación, en la “Instauratio Magna” en donde convoca el príncipe  de los filósofos de la Ilustración a cooperar en una tarea que entraña el bien general,  tarea -dijo- que no implicaba algo infinito o suprahumano. Así, “mutatis mutandi”, la Enciclopedia UNAM-Siglo XXI es una invitación a enriquecer el conocimiento; es decir, a motivar el “eros”  autodidacta a partir de la formulación de hipótesis novedosas, de propuestas y planteamientos inéditos que incidan en la formación del hombre de este siglo en el ámbito de la cultura universal
Cae en buena tierra esta magna coedición, pues la UNAM anuncia que ha puesto al servicio de sus bachilleres (ENP y CCH) el novedoso sistema “Lecciones Interactivas”, las 24 horas del día, útil  desde cualquier equipo con enlace a Internet para reforzar los conocimientos de álgebra, geometría, cálculo, estadística  y español. Concurre esto con buenas nuevas en la ENP como el relacionado con el experimento de jóvenes bachilleres (experimento diseñado por el profesor Alfonso Castillo Ábrego, maestro del plantel 5 “José Vasconcelos”), quienes captaron, con un telescopio de su invención, ondas de radio que han permitido registrar el ciclo solar 24.
El rector Narro Robles afirma, en la Presentación a la Enciclopedia, que esta obra resulta esencial en la formación de los alumnos de educación media superior. Felices coincidencias.



jueves, 17 de marzo de 2011

EL ACENTO DEL CAMBIO. UNA IZQUIERDA MODERNA



                                                    Por Federico Osorio Altùzar
Con el sello editorial de Porrúa, a partir del pasado 16 de este mes, circula el libro documental, especie de testamento político, de Zeferino Torreblanca Galindo, actual gobernador de Guerrero. El título y su aleccionador contenido aluden a su importancia,  por anticipado: “El Acento del Cambio. Una Izquierda Moderna” 
Es la mirada retrospectiva de un político de ideas y de acciones, inspirada desde una ortodoxia que tiende a desaparecer; la visión apegada a principios en vez de proceder conforme a máximas, leal a los compromisos partidistas entendidos como reglas innegociables para la acción. En suma, destaca al activista social en su juventud, promotor de un liderazgo con entereza señera en su entorno local, regional y nacional: presidente municipal, diputado federal, gobernador de su Estado.
Zeferino Torreblanca es lo que podría llamarse un político de carrera, de tiempo completo y con merecimientos alcanzados en el ágora, en el parlamento y en el mando ejecutivo. Por lo tanto, fogueado en los tres órdenes de gobierno, para quien gobernar es hacerlo acompasadamente con los sentimientos de los ciudadanos. Nada a espaldas de la voluntad popular; nada tras bambalinas, nada de alianzas sin el parecer de la sociedad.
Siguiendo el consejo de José Francisco Ruiz Massieu, el político ilustrado de los guerrerenses, más que un dirigente, el hombre de Estado debe ser un líder: debe ejercer un liderazgo capaz de superar la admonición implicada en la ley de la oligarquía enunciada por Robert Michels. Le ha sido necesario pasar airoso por el Scilas y el Caribdis.
La lectura del libro, 200 páginas, deja ver a un hombre público sin dobleces: franco, coloquial, con la experiencia suficiente para sortear las trampas que suelen saltar aquí y allá en el ejercicio o mayordomía del poder.
La carrera política de Torreblanca ha ido al ritmo de la izquierda emergente de los ochenta, que sale a duras penas de la clandestinidad y llega a su despliegue bajo el amparo constitucional, en una arena política sembrada de  tumbos ante la cerrazón y la insidia de la década finisecular presidida por un salinismo dispuesto a todo, incluyendo el acoso a copartícipes de aquel régimen, el del sexenio del terror.
A dos semanas de terminar su mandato, a unos días del lanzamiento de la propuesta del ala fundadora del PRD para configurar y, de ser posible, consolidar un programa alternativo de nación, “El Acento del Cambio”  será, no hay duda, una consulta bibliográfica iluminadora para todos aquellos que siguen con atención y seriedad el proceso de la izquierda que lucha, a brazo partido, a fin de no caer en la ridiculez y el ludibrio de las alianzas políticas que actúan, se mueven y promueven por el incentivo del poder por el poder.
La utilidad y no el compromiso, el beneficio inmediato y no el afán de servir, la búsqueda de los reflectores y no el profesionalismo son aquí denunciados como el mal peor de la izquierda banal, incolora, ayuna de valores y de principios, que trata de imbricarse por donde pueda para obtener el mendrugo político que sus fuerzas, por sí mima, no podrían darle.
¿Qué puede esperar Zeferino Torreblanca al término de su gestión política al frente de un Estado que se debate entre la pobreza, la guerra entre cárteles políticos y del crimen organizado? ¿Qué incentivos tiene o qué fuerzas lo alentarían a proseguir una carrera que, a no pocos, parecería que ha llegado al punto final? La lectura de “Acento del Cambio” encierra la respuesta implícita o explícita que muchos esperan en el fragor del derrumbe o de la reconstrucción del vapuleado PRD.


martes, 8 de marzo de 2011

DISCAPACIDAD INTELECTUAL: UN RETO MUNDIAL SIN RESOLVER


Por Federico Osorio Altúzar

La mercadotecnia política se apodera de todos los espacios publicitarios llevando como temas principales, cuando no únicos, los de la violencia, el crimen organizado y el conflicto bélico.  Atrás quedan temas sobre la vida,  la sobrevivencia y el desarrollo educativo y cultural en toda su heterogénea diversidad y consecuencias para el logro de fines últimos de la Humanidad.
El 14 Congreso de Investigación de Salud Pública realizado la semana anterior, motiva el comentario acerca de cuán rezagadas se encuentran  las estrategias integrales, las medidas preventivas en materia de discapacidad intelectual a la luz de los avances sanitarios y asistenciales en otras áreas, en donde las acciones previsoras acreditan avances para bien del género humano.
Especialistas con reconocido prestigio como Eduardo Lazcano Ponce (INSP), Gregorio Katz (UNAM), Luis Salvador-Carulla  (Asociación Mundial de Psiquiatría), Armando J. Vásquez  Barrios (OPS/OMS),  describen el drama de los discapacitados basados en la investigación médica con arreglo a la cual formulan diagnósticos  acerca del estado somático y mental que padecen las víctimas del mal, el desdén con que se les mira y el vacío legal que prevalece en la mayoría de los países, sobre todo del orbe en desarrollo.
No es suficiente la voluntad política, subraya el doctor Lazcano. Urge el desarrollo de programas que faciliten la rehabilitación de las personas con discapacidad intelectual (ID), sustentados en valores éticos y con apoyo de la sociedad. Cabe matizar: considerando los recursos financieros aportados por los ciudadanos. Por su parte, el doctor Katz precisa: en nuestro país no se ha logrado un avance substancial en materia de derechos de la población con discapacidad intelectual. Hay desconocimiento, advierte, de que en este sector poblacional hay de 3 a 4 veces más patología psiquiátrica (problemas conductuales, depresión, ansiedad) asociados a la falta de preparación para su manejo, por parte de padres y maestros.
El doctor Salvador-Carulla denuncia: ningún sector quiere asumir la responsabilidad para encarar los desafíos de este grave problema. Por caso, hay reticencias en el sector educativo y en el laboral. Propone medidas perentorias: nutrición adecuada, medidas de higiene, control de natalidad y prevención perinatal. Hay datos preocupantes, pues en 1990 los trastornos mentales y neurológicos representaban el 8.8 por ciento en la carga de enfermedades. En el 2002, esa carga se había elevado al 22 por ciento. Un dato conmovedor más expuesto por el doctor Vázquez Barrios: del 7 al 10 por ciento de la población es portadora de algún tipo de discapacidad.   
No se echan al olvido las medidas preventivas, en donde la higiene, la capacitación en habilidades desempeñan un papel principal. Asimismo, los cuidados nutricionales son, en este particular, indispensables para evitar e incluso resolver problemas de salud.
Por cierto, con el ícono de Greenpeace se anuncia el lanzamiento, el próximo 13 de marzo, de la Guía de Transgénicos y Consumo Responsable, precedido de la acuciante pregunta  “¿Sabes lo que comes?” El Centro de Capacitación en Sustentabilidad “Huitzitzillin”, por su parte, da a conocer el programa anual de enseñanzas en cuestiones de cultivo y elaboración de orgánicos para dietas adecuadas a una salud idónea: germinados, productos de horticultura de buena calidad, colores verdes, y orientación práctica a fin de preparar alimentos nutritivos en los hogares.
El tema de la salud física y mental, su investigación sistemática coadyuvada por los recursos de la planeación, la prevención y el diagnóstico van de la mano con el tema de la salud social, retomando el enunciado de Lawrence K. Frank: la sociedad considerada como paciente.

jueves, 3 de marzo de 2011

MINEROS Y ELECTRICISTAS: LA OTRA ALIANZA




                                                      Por Federico Osorio Altúzar
Alzan la voz obreros del subsuelo y trabajadores defenestrados de Luz y Fuerza para anunciar la firma de un pacto histórico, enarbolando banderas en defensa de la ley y los derechos laborales conculcados, promover justicia jurídica por agresiones y afrentas del gobierno en turno, hacer valer resoluciones de la CNDH relativas a garantías relativas a la dignidad de las personas y las familias.
En medio de horas inciertas en que la dignidad entre miembros de la cúpula gubernamental anda por los suelos; cuando reclamar justicia entraña represión y máximos riesgos personales y cuando el sentido de alianza política se ha perdido y la idea de pacto es cínico contubernio, el anuncio para integrar un frente nacional bajo el emblema de recuperar valores suplantados merece una reflexión serena y ponderada. En el caso, el grito de batalla es inequívoco: ¡contra la explotación y la violación del artículo 123 constitucional.
Como en 1906, con motivo de la huelga de Cananea, se convoca a una defensa en activo del derecho al trabajo en condiciones equitativas y dignas y a poner un alto a la intimidación oficial y empresarial, al acoso de las dirigencias sindicales y a la corrupción desde la alta burocracia gubernamental. La intromisión desde el exterior sigue siendo amenaza pendiente. Se llama a la clase obrera del país con el fin de integrar lo que denominan Frente Nacional de Sindicatos Independientes y Democráticos. Y, como su primera acción, mencionan la apertura de juicio político contra el titular de Trabajo Javier Lozano, presidenciable para infortunio de panistas y aliancistas al acecho. Tutelarán el bienestar, aseguran,  la integridad laboral, física y salarial de los trabajadores y sus familias. Se comprometen a evitar, con base en la ley, la depredación solapada a costa de los pobladores. 
Después del asalto laboral en Cananea, auspiciado en contubernio con las administraciones políticas, local y federal, consumado por empresarios desnacionalizados y defensores de oficio a la disposición de testaferros y empleados al servicio de transnacionales; tras el doliente y crudo drama de Pasta de Conchos, oculto por la impunidad y la corrupción, el grito de mineros y electricistas tiene eco entre amplios núcleos de trabajadores mexicanos, dejados a su suerte en nombre de una reforma laboral ultraconservadora al parecer incontenible.
A diferencia de la alianza partidista de izquierdas y derechas (léase PRD y PAN), todo indica que los líderes obreros tienen un denominador común, coherente y justificable, que da sentido y viabilidad a la causa que enarbolan. A cien años del embate criminal, Cananea es una advertencia frente a la insurgencia de corte neocolonial. Habría que cuidar las manos, advierten mineros y electricistas, de sus voraces aliados  con apariencia de generosidad y buena fe.
Por lo pronto habrá que señalar que los representes del susodicho Frente dan a entender que si bien quieren los fines, también deben querer los medios, a diferencia de los aliancistas del PAN y el PRD, para quienes, sin más, quieren sólo los fines. Es decir, para el buen éxito de su causa, el fin justifica los medios.
El reto es inaplazable: toca la hora para reivindicar los fines gremiales del obrerismo en México. Temas como la salud ambiental, la seguridad física de los obreros, la promoción de empleo digno y bien remunerado, el cuidado del entorno social y cultural, la equidad en el pago y las compensaciones que otorga la ley, el respeto a la propiedad al margen de abusos y atropellos, son condiciones elementales, en conjunto, de paz productiva y estabilidad en las empresas privadas y en las paraestatales que aún sobreviven. Mineros y electricistas hacen recordar que los artículos 123 y 127 tienen validez, a pesar de su cuestionada y malentendida eficacia.