Por: Federico Osorio Altúzar
Todo indica que el siglo de Las Luces se extiende hasta nuestros días. La revolución informática es una de sus repercusiones más notables. Con palabras de Mario Bunge en “Crisis y reconstrucción de la filosofía”, esta revolución transforma “no sólo los modos en que la información se difunde a través de la sociedad, sino también las relaciones y actividades sociales, en particular el modo mismo de producción, circulación y utilización del conocimiento”.
La UNAM forma parte de esta avanzada revolucionaria. Su “Enciclopedia de conocimientos fundamentales”, coeditada con Siglo XXI, confirma lo anterior. Representa una hazaña en su género al culminar la primera década de esta centuria, en el sentido de que asume con una visión ecuménica y un acendrado humanismo, la noble tarea de compartir, extender y difundir el legado de la historia universal con una perspectiva laica, por encima de toda presunción ideológica.
El rector de nuestra máxima de estudios, José Narro Robles, valora la culminación de este esfuerzo señero como un capítulo con arreglo al cual la Universidad refrenda su “vocación de servicio a la sociedad”. A su vez, Jaime Labastida, director general de Siglo XXI, humanista y universitario muy distinguido, pondera la Enciclopedia como un novedoso complemento en la aventura del conocimiento: convoca a los lectores a que profundicen en temas, autores, creaciones, teorías, corrientes del pensamiento. Afirma: “la sabiduría actual es una herencia, una acumulación de los siglos anteriores. Antes que respuestas, tenemos dudas y preguntas”.
La Enciclopedia está configurada en cinco volúmenes que reúnen trece disciplinas: español, literatura, filosofía, ciencias sociales, arte, historia, geografía, química, biología, ciencias de la salud, matemáticas, y computación. Incluye antologías al final de cada materia. Tiene el carácter interdisciplinario; es útil para la actividad académica y profesional.
Su título hace recordar la Encyclopaedia Britannica de 1757 como también la Gran Enciclopedia del siglo XVIII: la primera, recuerda el maestro Labastida, la integran 29 volúmenes. La segunda, es la “summa” de sabiduría labrada por humanistas y hombres de ciencia (Voltaire, Diderot) de la Ilustración occidental.
Cabría invocar aquí el epígrafe con el que antecede Inmanuel Kant su “Crítica de la razón pura”, llamando a participar a todo aquel que se interese en la gran renovación, en la “Instauratio Magna” en donde convoca el príncipe de los filósofos de la Ilustración a cooperar en una tarea que entraña el bien general, tarea -dijo- que no implicaba algo infinito o suprahumano. Así, “mutatis mutandi”, la Enciclopedia UNAM-Siglo XXI es una invitación a enriquecer el conocimiento; es decir, a motivar el “eros” autodidacta a partir de la formulación de hipótesis novedosas, de propuestas y planteamientos inéditos que incidan en la formación del hombre de este siglo en el ámbito de la cultura universal
Cae en buena tierra esta magna coedición, pues la UNAM anuncia que ha puesto al servicio de sus bachilleres (ENP y CCH) el novedoso sistema “Lecciones Interactivas”, las 24 horas del día, útil desde cualquier equipo con enlace a Internet para reforzar los conocimientos de álgebra, geometría, cálculo, estadística y español. Concurre esto con buenas nuevas en la ENP como el relacionado con el experimento de jóvenes bachilleres (experimento diseñado por el profesor Alfonso Castillo Ábrego, maestro del plantel 5 “José Vasconcelos”), quienes captaron, con un telescopio de su invención, ondas de radio que han permitido registrar el ciclo solar 24.
El rector Narro Robles afirma, en la Presentación a la Enciclopedia, que esta obra resulta esencial en la formación de los alumnos de educación media superior. Felices coincidencias.