Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







miércoles, 27 de abril de 2016

LAS DÉCADAS PERDIDAS: CARLOS SALINAS DE GORTARI

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Aunque no son comunes las obras autobiográficas por parte de quienes han tenido consigo el poder político, las memorias que han salido de su puño y letra –o efectuada por amanuenses- revisten importancia. No todas, es verdad. Sin embargo, son recurso para cotejar, probar, valorar y deducir la validez y el alcance de la actuación de sus autores.
Es improcedente, por cierto, tomar como legado documental, fehaciente cien por ciento, las memorias de referencia.
Sabemos que historiadores clásicos son objeto de rectificación conceptual o ideológica. Es el caso de autores cuya obra no deja de ser iluminadora del pasado que escudriñaron o de un presente inmediato que les fue contemporáneo.
Así, puede invocarse nombres ilustres como los de Heródoto o Tucídides, Polibio o Cicerón, Teodoro Mommsen o Winston Churchill.
El ex Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), ha dado a luz  obras relativas a su gestión como titular del Ejecutivo, al par que libros de crítica a sus inmediatos sucesores: Ernesto Zedillo Ponce de León y Felipe Calderón Hinojosa.
En 2010 se editó “Democracia republicana”, libro de casi mil páginas, reeditado por cierto al inicio de 2011, cuyo tema es de actualidad a juzgar por las crisis recurrentes que se ciernen sobre la Nación en estos días.
Se trata de una vibrante convocatoria a los ciudadanos con el propósito de reclamar la reconstrucción de la democracia en el país. Propone alternativas y presenta, además, opciones comprometedoras de todos los sectores de la sociedad.
Plantea el ex Mandatario la reinstauración de una democracia  con adjetivos.
Es decir, Salinas de Gortari expone la premura de rehacer desde las bases sociales a un orden corresponsable en donde ciudadanos y líderes gubernamentales   
de todos los niveles llamen a los sucesos cotidianos y a los trascendentales por su nombre: sin ambages, circunloquios y protocolos innecesarios.
En el fondo, hay implícito un respaldo a la tarea reformadora del actual régimen en lo que tiene de impulso hacia la modernidad, al golpe de timón en todo aquello que está sembrado de escollos en el oleaje profundo de la estructura jurídica del México actual.
Durante su mandato, la administración salinista propugnó por cambios institucionales tendentes a poner al día, modernizando, los marcos normativos constitucionales en materia de educación, relaciones laborales, políticas, justicia, federalismo. ¿Hasta dónde llegó?
El proyecto en cuestión, ambicioso, trascendía a los tratados y convenios internacionales a la fecha en tirantez con motivo de la publicitada inseguridad y violencia en espacios turísticos, como Acapulco, en Guerrero, y los reiterados acosos a nuestros indocumentados en el vecino país.
La quiebra en paraestatales, sucede en PEMEX, los asomos de violencia sindical en las universidades públicas, la amenaza vedada y abierta en torno al sistema de pensiones y jubilaciones; en fin, la tentación de autoritarismo que ronda aquí y allá sumado al horrendo espectáculo del deterioro en el rubro de la salud pública, no dejan de ser un síndrome alarmante de los riesgos políticos, sociales y económicos que acechan en el horizonte de la Nación.
Las décadas perdidas a que se refiere el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari se perfilan, a partir del emblemático 1994 cuya rémora tomó auge desde aquel diciembre negro y llega embozado del terror conservador hasta finales del sexenio anterior. A partir de entonces, se dio rienda suelta a la depredación y al botín. Ahí se ubican, sin duda, las más recientes conformaciones del crimen organizado y sus nefastas consecuencias.    

“México, un paso difícil a la modernidad” (2000, con casi millar y medio de páginas) es otra de las obras testimoniales del ex Presidente.

lunes, 25 de abril de 2016

ANTE EL TOTALITARISMO, ESTADO BENEFACTOR

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Hay un sinfín de razones en las afirmaciones de Fernando del Paso, escritor laureado y sin duda baluarte del Estado de Derecho en donde la imputación se imponga sobre la ilegalidad y la democracia resplandezca en medio de la oscuridad que irradia del autoritarismo.
Hay barruntos de totalitarismo en la medida que prevalece el cinismo como método de gobierno. Existe cuando el feminicidio gana la delantera al igualitarismo y cuando la corrupción triunfa a costas del bienestar de los ciudadanos. Y aún, cuando la denuncia resulta ineficaz y hasta punible.
En Sonora, de los escombros de la política depredadora abanderada por el régimen panista anterior, emergen destellos de esperanza en pro de una progresiva y pronta recuperación institucional que permita el retorno al bienestar, a los principios de un federalismo tolerante, participativo; en lo interno, la vuelta a la diferida política de puertas abiertas, de oídos prestos a escuchar y de voluntad cívica dispuesta a la acción responsable. En suma, de manos limpias a fin de administrar los bienes y el patrimonio propiedad de los contribuyentes y de la población en su conjunto.
Muestra y signo positivo de esto último es el ejercicio con el cual ha inaugurado sus acciones el actual gobierno del Estado. Al margen de partidarismos habría que empezar por reconocer el derribo de barreras levantadas por el encono divisionista, la prevalencia de poderosos hacia los marginados étnica y socialmente; el triunfalismo por parte de quienes todo lo tienen a su alcance y todo lo acaparan en provecho personal y de grupo.
La Oficina de Enlace y Gestión de diputados recientemente inaugurada en la bullente cabecera municipal de Cajeme, prosigue el ejemplo de la titular del Poder Ejecutivo estatal en sentido aludido.
El flamante despacho, se espera,  dará presteza y prestancia a la gestión legislativa en Sonora, por medio de la asistencia y la cercanía a las demandas ciudadanas. Pondrá oídos atentos, sin duda, a las urgencias que apremian y será el vínculo que restablezca el flujo entre la población y sus representantes.
Es decir promoverá la instauración del Estado democrático, del régimen ciudadano y su enlace con los poderes locales y federales, convirtiendo la  extensión de la sede legislativa, federal y estatal, en red dinámica por la cual circulen propuestas y reclamos, iniciativas y resoluciones con destino social .
La diputada sonorense huésped en San Lázaro, Sylvana Beltrones Sánchez, se compromete a ser el hilo de Ariadna en el todavía amenazador Laberinto a fin de  conducir a una experiencia exitosa con el propósito laudable de atender y resolver, superándolos, respaldada por colegas de la localidad, los mil y uno asuntos postergados.
La oficina en cuestión no tiene por qué ser, siguiendo la denuncia de los iconoclastas de siempre, un escaparate propicio para los derroches demagógicos y publicitarios. No hay razón a fin de que sea balcón exhibitorio con el objeto de que se conozcan y reconozcan a quienes, por deber público, deben ser enlaces y gestores para el planteamiento y resolución de los problemas que aquejan a la población.
A título de ejemplo, ahí veremos al diputado local Rafael Buelna, ex alcalde de Tesopaco, diligente en el cumplimiento de sus funciones, proseguir la afanosa actividad de su actual incumbencia al servicio de sus representados en asuntos apremiantes como el de la carretera interestatal Sonora-Chihuahua.

Buelna Clark es reconocido por su labor política-administrativa en aquella jurisdicción en la cual prepondera la inseguridad y el acoso a causa de la criminalidad organizada que sigue haciendo de las suyas en las estribaciones y el corazón mismo de la prolífica y señorial región montañosa que colinda con el Estado Grande.

lunes, 18 de abril de 2016

EL DRAMA DE CINTHYA EN LA ESCUELA“JOSÉ RAFAEL CAMPOY”

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Conmemora la escuela secundaria “José Rafael Campoy” ochenta años de servir a la sociedad cajemense. El feliz acontecimiento es suceso de gran significación en la  historia del municipio sonorense.
Sus egresados lo ponderan como un hecho excepcional en sus vidas, el haber pisado aquél umbral que, a su vez, marca el principio de la adolescencia de todos aquellos que iniciaron entonces la heroica hazaña hacia su formación profesional.
Nombres de docentes y ex alumnos distinguidos vienen de inmediato a la memoria. Entre los primeros, Marco Antonio Quiñones (biólogo muy notable, continuador en África de la “Revolución Verde” emprendida, desde el CIANO, por el Dr. Bourlag); Luis Bojórquez Castro (asimismo biólogo connotado, investigador en la UAM sobre temas ecológicos de vibrante actualidad, autor de libros sobre su especialidad); Manuel Salmón (ex director del Instituto de Química de la UNAM; Francisco Ruiz Rubio (docente de la Universidad Autónoma de Baja California); Gilberto Guevara Niebla (Subsecretario de la SEP durante la administración de Carlos Salinas de Gortari), Álvaro Cepeda Neri, destacado periodista de fama nacional, Eduardo Domínguez Barraza (Subdelegado del IMSS en el Estado de Nayarit). Y así sucesivamente: Médicos valiosos por sus servicios profesionales: los doctores Noriega, Miranda. Y tantos otros: Federico Cota, Antonio Álvarez, Y en sitio relevante el tenor Alfonso Navarrete.
Maestros de imborrable memoria: José L Guerra, Bartolomé Delgado León, Carlos Moncada Ochoa…
El LXXX aniversario de la conocida como Secundaria “Campoy” tiene un trasfondo digno de mencionar que alude a los comienzos de una institución que marca huellas luminosas en la historia de la educación, la cultura y la vida profesional de Cajeme.
Se trata de la publicación de un libro llamado a integrar la semblanza del plantel, en la medida que muestra la faceta de su rostro humano, el carácter propio de su comunidad en cuanto a convivencia y compañerismo comprensivo, así como en lo que se refiere al valor superior que la directiva, en este caso, el que manifiesta el maestro Miguel Ángel Saavedra Montaño, su actual director.
La obra en cuestión es:  “Vitrales: la Historia de Cinthya”. Su autora, Cristina Clark Caraveo, egresada de la Normal Superior del Estado de Sonora, maestra de Español, con 22 años de servicio; oriunda de la población de Tesopaco, vecina con Ciudad Obregón, cabecera municipal.
La maestra contribuye generosamente con un libro documental en el que cada página es trasunto de “eros” pedagógico, expresión de verdadera pasión magisterial en donde la comprensión, la hondura de legítima identificación maestro-alumno alcanzan la suprema conjunción entre el saber que dignifica y el cuidado integral (cuerpo y mente, inteligencia y vida orgánica), revisten similar trascendencia en el trato hacia todos y a cada miembro de la comunidad.
La historia de Cinthya es, en este sentido, un ejemplo inaudito en su doble expresión: por una parte alude a una experiencia personal, la de la adolescente víctima de un mal en principio incurable, el tesón de ella para arrostrar el proceso médico para su eventual cura; por otra, la disposición de la maestra Clark Caraveo a fin de prodigar una atención diríase maternal durante el que damos por llamar drama muy doloroso. Y al fin, la participación de los alumnos y compañeros de Cinthya en la ejemplar tarea de recabar sus testimonios casi cotidianos y su férrea determinación para resistir y superar el embate de la fatal enfermedad.

Cinthya, hoy lo sabemos, desdichadamente murió a finales de marzo pasado. Su corta vida es paradigma de valor, entereza y  ansia de vivir y sobrevivir. La maestra Clark es inédito ejemplo de “eros” pedagógico. Su libro, luminoso testimonio.

viernes, 8 de abril de 2016

DÍA MUNDIAL DE LA SALUD: DIABETES, FLAGELO A VENCER

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Azotes contra la salud humana han sido y son el cáncer, la tuberculosis, la influenza, la malaria. Y así, sucesivamente. Pestes como la peste bubónica, han diezmado una y otra vez la población mundial dejando huellas indelebles en la memoria como un suceso ineluctable.
Hoy es la diabetes el flagelo que emerge en todo el orbe, poniendo de relieve la advertencia fatal en cada puerta de ricos y pobres, de fuertes y débiles, de niños, jóvenes y ancianos.
Las cifras son expresivas de un mal que avanza año tras año. Para empezar, el dato de que en término de dos años la cantidad de enfermos por la diabetes aumentó en 1.5 millones resulta escalofriante.
Lo mismo pasa cuando se entera uno acerca de los millones que mueren en condiciones por demás lacerantes. El 8.5 de las víctimas del total (cerca de 500 millones), es de adultos.
Ahí se engloban modestos trabajadores, hombres de ciencia, mujeres que dejan en la orfandad a pequeños, jóvenes y adolescentes, varones y niñas.
Una tercera parte, reporta el IMSS en Sonora, es atendida en las clínicas de la institución.
La diabetes infantil no se incluye todavía en el programa.
Allá mismo, en la Jurisdicción Sanitaria 4, a cargo del doctor Antonio Alvídrez Labrado, se anuncia un programa previsor ante el azote de referencia, de cuya eficacia dependerá, sin duda, contener el avance silencioso aunque asolador al final de cuentas de la perniciosa enfermedad.
Alvidrez Labrado es un profesional ampliamente conocido en Cajeme. Su incursión en las filas de la administración pública se relaciona con formación jurídica como egresado, asimismo, de la carrera de Derecho. Pero sus afanes médicos, de vuelta, lo sitúan como un eficiente atalaya para avizorar, con anticipación, los posibles males que podría arrostrar, indefensa, la sociedad.
Propone opciones al alcance de todos a través de los recursos de la prevención, implicando con ello el viejo lema de que es preferible anticipar antes que remediar. Sobre todo cuando las acciones remediales, como en este caso, son derrotadas con facilidad por los embates del flagelo: ceguera, invalidez, trastornos orgánicos de diversa índole.
El  Dr. Alvídrez Labrado plantea dos objetivos principales: uno, reducir hasta en una tercera parte la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, hacia el año de 2030; dos, suscitar la conciencia, un darse cuenta por sí mismos, de que la diabetes es un flagelo que va en aumento, así como alertar acerca de sus abrumadoras consecuencias.
No se olvida, da a entender el galeno, que el modo de vida determina, principalmente, el retraso de la temible enfermedad.
“Vence a la diabetes” es el emblema en el Día de la Salud.
Y el lema, en efecto, no es como si se tratara de una advertencia para una fecha onomástica.
Es un imperativo que, en cierto modo, incumbe a todos los seres humanos. De nuevo, ricos y pobres, sabios y no estudiados, niños y ancianos.
Vencer la diabetes no es tarea de una etapa de la existencia. Es una exigencia de toda la vida; para toda la vida. Así de importante, así de sencillo, así de grave. Con la sencillez propia de convertir en hábito, en costumbre cotidiana el evitar excesos en el comer, hacer ejercicio físicos en forma sistemática, mantener una estricta vigilancia constancia en relación con el peso y atender molestias, por ejemplo, de la vista durante la lectura.

Así, la disminución del mal y su respectivo control estará en manos de los mismos pacientes, en la medida que haya de por medio una información fluida y comprensible al alcance de todos.

lunes, 4 de abril de 2016

CRUEL ALTERNATIVA: SOCIEDAD ABIERTA O TERRORISMO

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Por enésima ocasión la sociedad internacional se debate ante la dramática opción de ser víctima del totalitarismo o vivir en un mundo de puertas abiertas al universalismo y a la relativa igualdad entre todos.
La amenaza real y latente inducida y provocada por agentes no identificados del mal llamado Estado Islámico tiende su estela de dolor, luto y orfandad por diversos rincones del planeta, persuadiendo a sus falanges de que ocasionando muertes obtendrían la gloria a cambio del susodicho genocidio.
Apenas este lunes el aeropuerto de Bruselas volverá a la normalidad tras el cobarde atentado, mientras el gobierno de Grecia, por su parte, anuncia la “devolución” de refugiados a sus originales países de origen.
Promotor hace dos milenios y medio de la igualdad entre los ciudadanos de la polis ateniense, el régimen griego es obligado, por circunstancias de orden financiero internacional, a cumplir con la inhumana tarea de someter a miles y miles de seres inocentes, sobrevivientes de la forzada emigración, a ser remitidos como presas indefensas al alcance de las fauces de sus victimarios.
Son ya millares de personas que han salvado la vida, niños, mujeres y ancianos, huyendo de las garras del terror desencadenado en sus países, Turquía y Siria entre otros; ahora vuelven contra su voluntad en calidad de fugitivos al alcance  del atroz terrorismo organizado y llevado a la práctica por la “yihad” de nuestros días.
Volteando la página, sin embargo, hace unas semanas, en La Habana, se produjo el encuentro largamente esperado entre los gobiernos de Estados Unidos y el de Cuba, con el objetivo de enmendar viejas y lacerantes huellas del totalitarismo invasor conducido por el imperialismo, de efímera existencia, el de la URSS, con la complacencia del entonces subsidiario régimen castrista, de inefable memoria.
Es un lampo de esperanza, anublado por las insolentes expresiones del candidato del Partido Republicano, Donald Trump quien, sin ninguna reticencia, lanza la infeliz bravuconada de  levantar, si el voto de los estadunidenses lo hacen jefe de la Casa Blanca, una muralla entre su país y el nuestro, valladar a pagarse, además, con recursos del pueblo mexicano. Con finalidad oscura.
El Presidente Obama y su partido, el Demócrata, representa mal que bien aquel destello esperanzador que alude a una progresiva, por ahora incipiente, democratización de la convivencia internacional: el imperio del pacifismo, rumbo hacia el ideal cosmopolita con fronteras abiertas a la educación, al conocimiento, a la igualdad económica relativa y a la indiscriminación entre razas y por causas de condición social.
No se olvida, ciertamente, que el imperialismo implica ejercicio del fuerte ante el débil.
Pero habría que invocar el hecho histórico de que hay de imperialismos a imperialismo, con todas sus lacras y supuestas virtudes emblemáticas.
Habría que admitir, entonces, que hubo regímenes imperialistas provenientes de la Edad Media, con Inquisición y todos los males habidos y por haber, enseñoreados en diversas regiones de la Tierra.
Hubo también imperios que, sin desdeñar sus tangibles arbitrariedades, trajeron a este Nuevo Mundo enseñanzas perdurables tendentes a la universalización y a la tolerancia religiosa.
Pero el terrorismo islámico en su versión contemporánea nos remite a tiempos del Helenismo en que un Conquistador de renombre, Alejandro Magno, héroe de Macedonia, hizo fulgurar los ideales de la Grecia clásica, los de Protágoras y Sócrates; de Pericles y Aspasia; de Eurípides y la generación en donde militó Isócrates y su persuasiva retórica. A la inversa de las actuales fulminantes amenazas de los islámicos.

Viven y perviven los anhelos de una sociedad abierta en la cual la tolerancia sea patrimonio ecuménico y en donde prevalezca el régimen de libertades y la relativa igualdad.