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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 3 de noviembre de 2014

SALARIO MÍNIMO: JUSTICIA SOCIAL NIVELATORIA



En términos de John Kenneth Galbraith, autor de “La Sociedad Opulenta” la tarea primordial de investigadores, estudiosos y líderes gubernamentales, consiste en disipar creencias erróneas en torno al enriquecimiento económico producido por la ilusión o el espejismo que hace depender del consumo en masa la era de la holgura y el bienestar.
Algo similar ocurre con el binomio salarios-inflación, según el cual una modificación sensible en los primeros redundará, causalmente, en la segunda. De ahí la inferencia inmediata: si se quiere evitar el alza de la canasta básica, habría que frenar el alza de las percepciones de los trabajadores. Al paso del tiempo, de cumplirse la severa admonición, no quedarían ni obreros prestando sus servicios, ni consumidores contratándolos, como tampoco mercancías en los mercados.
En el Senado de la República, Patricio Martínez García, chihuahuense connotado, tribuno y político de ideas y realizaciones, en su propuesta a la iniciativa para reformar leyes que tienen que ver con  la figura del salario nivelatorio enunció argumentos que hacen de la antítesis un punto de partida para replantear y resolver lo que no tiene por qué ser enigma indescifrable en la teoría y menos, por lo tanto, óbice para generar conflictos. O bien, pretexto para anular acciones de equidad y de justicia social.
Los trabajadores, dijo en voz alta el senador norteño, merecen una “retribución justa por su aportación a la paz laboral en los momentos difíciles” que ha afrontado y afronta la Nación. En la actualidad, abundó el ex Mandatario, “no tenemos un problema social por sí mismo; pero tenemos un problema social en estos momentos que tiene base económica por una mala remuneración que se hace a las grandes masas”.
Los acuerdos, siguiendo la propuesta del legislador, que se han hecho en pro de la estabilidad de la economía, le han dado a la empresa, al empleador, posibilidades de hacer negocio y de crecer; pero no se ha cumplido con quienes hacen posible la producción y contribuyen a la productividad. Y hace constar lo siguiente: en el país hay más de nueve millones de trabajadores que perciben tres salarios mínimos o menos. Además, y es de suyo abrumador, el salario mínimo ha perdido en los últimos 25 años más del 75 por ciento de su poder adquisitivo.
Ante dicho escenario, el senador Martínez García propone que la figura del salario nivelatorio se conciba y ejercite como incentivo de apoyo a los trabajadores, según el área geográfica que se corresponda.
Textualmente sostuvo: Esta aportación patronal adicional sería establecida como resultado de la negociación individual entre el patrón y el trabajador bajo lineamientos que en su momento la reglamentación señale para esta negociación. El papel de los sindicatos, aquí, es factor condicionante.
En medio de la presente crisis política, económica e interpartidista que  enfrenta México como nación soberana, en tanto país de leyes, incluyendo la crisis de seguridad que amenaza con echar por tierra la modernización de la República, el destino de las reformas estructurales últimamente concertadas está entre paréntesis. Los comicios de julio próximo tienen qué ver, sin duda, en esta cruenta batalla por el poder.
Por lo anterior, el salario debiera dejar de ser un mero referente, por ejemplo, medida para determinar multas y castigos de carácter fiscal. Le incumben derechos esneicales que atañen al trabajador, cimiento y pilar de la familia. Dicho salario ha de ser palanca para remover la ignorancia a través de la escuela, la insalubridad con base en hospitales y oportunos medicamento. Con la seguridad, por medio de cuerpos policiales capacitados técnica y moralmente.

Así, la hora actual y los tiempos que vienen serán los de un México en paz, concordia y prosperidad. El salario nivelador es el mejor de los inicios.