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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







miércoles, 19 de noviembre de 2014

PROVOCACIÓN Y ANARQUISMO: EL PROYECTO DE REFORMAS EN LA MIRA





El huracán de la violencia, por lo visto, tiene paternidad. Aunque se formó en la clandestinidad, el sentido de sus efectos no deja duda de su árbol genealógico. Dio principio en la periferia y sólo en los últimos días se asienta en la capital, haciendo extremos de violencia, pero teniendo consigo la benevolencia  de la  autoridad local.
Por enésima ocasión, la UNAM ha sido objeto de la agresividad por parte de los “profesionales” de la provocación,  quienes echaron mano de la  táctica de parapetarse en el manto de la autonomía, principio supremo que da solvencia para ejercer a plenitud la libre y responsable investigación, la docencia, la difusión y la extensión de la cultura.
¡Fuera partidos políticos!, diría el Rector José Narro lo ocurrido el sábado anterior.
En Guerrero, la complicidad del mandatario depuesto con el defenestrado alcalde de Iguala, dejó ver el origen del complot y preparó a su modo el escenario para el derrumbe  del proyecto modernizador avalado en el H. Congreso de la Unión.
Lo que no lograron los anarquistas en el susodicho  Foro,  los aprendices de la manipulación pretendieron conseguirlo con remedos de una intifada que va del secuestro a la ejecución de prisioneros, y del incendio de oficinas al hurto en expendios comerciales. Hasta ahora, amparados en la tolerancia y el exceso de impunidad.
Inciertos indefinidos y equívocos daban la impresión de ser los choques propiciados por  la turba organizada con el objetivo de cometer actos vandálicos, provocaciones a cualquier costo. Es, ciertamente, obra de enfermos y mentes desquiciadas. En fin, de grupos manipulados, al servicio de torvos intereses.
Por  fortuna, lo que nos parecía claro se ha vuelto transparente. Y lo verosímil es, por hoy, verdad inobjetable. Y no por lo que acaba de expresar de viva voz el Presidente en la ceremonia inaugural de la Ciudad de la Salud, sino porque hay coherencia en la hipótesis que nos sigue siendo lógicamente válida. El objetivo era, es y se perfila hacia el futuro como un banal propósito y su efecto, es el feroz embate contra las principales instituciones del país.
Una a una, las reformas aprobadas tienen un destino común: la transformación de México, la renovación nacional  y la limpia de escombros abandonados por los pasados regímenes en manos de la reacción. Tras del ataque al plan para desmantelar la educación laica, siguió el embate al sistema de seguridad a fin de poner en malos términos a la Nación como lugar incierto para el turismo y para las inversiones extranjeras. Y así también con la reforma energética y con la electoral en víspera ésta de los próximos comicios.
El proyecto de Nación, dice el Presidente, va en firme. Seguirá  su itinerario, aunque los cielos se desplomen.
Da la cara el Jefe del Ejecutivo frente a la provocación personal, de sesgo ofensivo. Sobre la posesión de la casa familiar, objeto del infundio, hace notar que la Primera Dama de México, quien la adquirió con su trabajo profesional,  será quien demuestre el origen legítimo  de la propiedad ante las instancias que correspondan. Y pondrá, así, punto final a las maledicencias.
Lo mismo, o algo similar, se puede comentar con motivo de la acusación en contra del Gobernador de Chihuahua, César Duarte, a quien derechistas e izquierdistas lo cuestionan por lo que llaman enriquecimiento inexplicable. A las pruebas se remite.
Cabe acotar que las provocaciones suelen volverse “boomerang” sobre las cabezas de sus manipuladores. A medio año de las elecciones, los anarquistas pueden hacer sus apuestas. Pero en política, como en todo suceso que rodea nuestra vida personal, lo que se siembra es lo que habrá de cosecharse.

El “Origen de las Especies”, con Darwin, se confirma en la experiencia humana. La práctica de los injertos no contradice la hipótesis originaria, la convalida.