Prototipo en el sentido de modelo ideal
ha sido, y es, en el umbral de sus 60 años, el Instituto Tecnológico de Sonora
ITSON). Ostenta, sin presunción alguna, el segundo lugar en el concierto de tecnológicos y universidades estatales,
así como en la nómina de institutos de enseñanza superior. Está en la
vanguardia de la educación incluyente y de calidad, según parámetros del
CONACYT y de la Secretaría de Educación Pública (SEP) entre otras entidades
calificadoras.
Su cuerpo magisterial es de excelencia,
con el mayor número de académicos que han cursado estudios, maestrías y
doctorados. Goza de autonomía, y la hace valer responsablemente, con apego a
las disposiciones constitucionales de 1980 y con arreglo a su régimen orgánico de los años 70. Nació con carácter de
institución al servicio de las demandas más urgentes en el orden empresarial y
de servicios. Y es, por hoy, prototipo en la jerarquía institucional de
enseñanza superio: educa en lo técnico y científico con la misma pasión o
“eros” pedagógico que en lo cultural y humanístico.
El viernes anterior, el doctor Isidro
Cruz Medina, su actual Rector, informó por tercera ocasión a la comunidad
académica y a la sociedad, sin descontar por supuesto a legisladores, autoridades municipales y enviados
especiales, acerca de lo efectuado en el periodo 2013-1014. Hay cifras
elocuentes que aluden a ostensibles progresos en el rubro de la investigación
aplicada, como es el caso de las plantas desaladoras y los estudios
especializados sobre el medio ambiente y sus efectos en el futuro inminente de
la región.
El contenido del documento rectoral es,
en sentido estricto, una reseña objetiva, esquemática y ejemplar que pone de
relieve, sin afanes mediáticos por supuesto, realizados constatables en los
rubros académicos, editoriales, de extensión académica y cultural, así como
tocante a la transparencia administrativa del presupuesto ejercido. El estilo es
conciso, pertinente y optimista por parte del jefe nato de la institución.
Refrenda los destinos de una casa de estudios a la luz del embate contra la
educación integral en todos sus niveles. Y frente a la escalada de violencia
organizada.
El mensaje del rector Cruz Medina es inequívoco,
sin ambages. Da primacía a lo académico sobre las anécdotas, lo sustancial por
encima de las intrigas palaciegasd a . En suma, da prioridad a lo permanente y
a lo que da continuidad sobre lo circunstancial y lo intrascendente.
Esto hace recordar el último informe del
rector José Sarukhán, el testamento de uno de los más grandes jefes natos de la
UNAM, tenaz y pundonoroso, testimonio del doble cuatrienio (1989.1997) de su
desempeño, tras la hazaña encabezada por el doctor Guillermo Soberón a fin de inscribir
la autonomía en letras imborrables de la Constitución.
El Tecnológico de Sonora, con su
diligente y previsor Rector, lidera una
política de puertas abiertas a la educación superior, al acrecentar el ingreso
de alumnos en condición de pobreza y aún de penuria. Nos consta como egresado
de la segunda generación de bachilleres en el entonces naciente Instituto Tecnológico
del Noroeste (ITNO) A través de créditos y becas, el ITNO es vanguardia por el
número de inscritos con dificultades pecuniarias y es modelo a seguir por lo
que se refiere a egresados con vocación de servicio social.
Educación de calidad es el emblema que pone
en alto la institución que en el periodo que va de 1955 a la fecha ha pasado de
Instituto de Estudios Superiores “Justo Sierra” a Instituto Tecnológico del
Noroeste (ITNO), cuyos Padres Fundadores son lámpara votiva: Julio Ibarra Urrea
y Alberto Delgado Pastor. No olvidamos aquí a don Moisés Vázquez Gudiño, su
infatigable impulsor al igual que a sus mecenas visionarios del Club de Leones.