Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







viernes, 14 de noviembre de 2014

EL IDEAL DE JUSTICIA Y LAS PALABRAS DE LA LEY. SEMANA DEL ABOGADO

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Casa de cultura, de la educación y de la libertad de expresión es por hoy, sin duda alguna, Ciudad Obregón. No pasa mes del año en el que no se efectúe un foro, determinada  conferencia, nacional o internacional; incluso, algún coloquio o encuentro vinculado con el presente y el futuro de la urbe, sobre temas relacionados con el bienestar social.
El pasado 12 del mes inauguró el secretario del Ayuntamiento, doctor Antonio Alvidrez Labrado, la Semana del Abogado 2014, la cual por cierto se clausura hoy. Ayer apenas, el médico especialista en traumatología y licenciado de Derecho, antes mencionado, brazo derecho en la acertada marcha del Municipio, dio apertura al foro regional denominado “Análisis, diagnóstico y  propuestas para el ejercicio periodístico en Sonora”.
El mensaje inaugural de la Semana del Abogado enaltece la importancia del foro realizado en la Universidad La Salle, prestigiada casa de estudios que egresa calificados profesionales del Derecho desde 1995, hará pronto tres quinquenios.
Esta Semana del Abogado tiene lugar en tiempos propicios. Los medios electrónicos y en las páginas escritos, se hace mención en forma reiterada, diríase cotidiana al término “Estado de Derecho” en tono cada vez  más próximo al reclamo y no tanto como invocación de algo que estuviese al alcance de todos. Se exige aplicación, cumplimiento y eficacia. Se implica la idea de que un derecho válido, pero ineficaz;  es documento vacuo sin sentido y utilidad..
En efecto, dilucidar su significado: precisando lo propio, su validez y eficacia, en gran medida es tarea del abogado, el profesional del derecho, quien despliega labores  de efectos perceptibles  trascendentes al orden de la seguridad pública y jurídica, a la vida económica y laboral  de los ciudadanos y pobladores en general. En suma, su actividad en los foros judiciales, en  despachos privados o públicos, en funciones de administrador de justicia jurídica en los tribunales, genera consecuencias que influyen decisivamente en el destino humano. Suele el abogado, el buen abogado, dar voz a quien no la tiene y muestra y demuestra, en muchos casos, la eficiencia y el grado de cumplimiento por parte de la autoridad gubernamental; asimismo, promueve la participación cívica de los ciudadanos en pro de la paz comunitaria.  
Todo Estado es, por encima de las ideologías, Estado de Derecho. Pero en el Estado democrático de Derecho, el abogado puede ser copartícipe de bienestar, coautor de progreso y paz social. También contribuye a edificar un escenario idóneo en el que nuestro sistema normativo, hecho a imagen y semejanza de la sociedad, deja florecer los ideales de justicia, los anhelos de libertad de enseñanza y abre puertas a la educación para todos; en fin, es agente para la apertura de empleos productivos y debidamente retribuidos. Sobre todo, colabora a fin de dar garantía para la tranquilidad, el entendimiento y la armonía entre la familia y el resto de la sociedad. 
Genaro Góngora Pimentel y Margarita Luna Ramos, de la SCJN, dan realce a la Semana del Abogado. Su presencia abre el debate sobre la actuación del Supremo Tribunal en el tema palpitante que espera urgente resolución: la controversia  sobre el uso y usufructo del agua.
Incide y coincide su oportuna asistencia en horas sombrías y de dramática espera. Bien se sabe que del máximo tribunal depende que se restituya la paz social en la región y que sea factible el estado de bienestar, a corto plazo, entre miles y miles de familias  sonorenses.

Las palabras de la ley, con expresión de Sebastián Soler, jurista argentino, tienen significado de mandato, llamado a la conciliación y al acuerdo, vía para dar a cada quien lo suyo, con arreglo a justicia normativa y contractual.