Casa de cultura, de la educación y de la
libertad de expresión es por hoy, sin duda alguna, Ciudad Obregón. No pasa mes
del año en el que no se efectúe un foro, determinada conferencia, nacional o internacional; incluso,
algún coloquio o encuentro vinculado con el presente y el futuro de la urbe,
sobre temas relacionados con el bienestar social.
El pasado 12 del mes inauguró el
secretario del Ayuntamiento, doctor Antonio Alvidrez Labrado, la Semana del
Abogado 2014, la cual por cierto se clausura hoy. Ayer apenas, el médico
especialista en traumatología y licenciado de Derecho, antes mencionado, brazo
derecho en la acertada marcha del Municipio, dio apertura al foro regional
denominado “Análisis, diagnóstico y
propuestas para el ejercicio periodístico en Sonora”.
El mensaje inaugural de la Semana del
Abogado enaltece la importancia del foro realizado en la Universidad La Salle, prestigiada
casa de estudios que egresa calificados profesionales del Derecho desde 1995,
hará pronto tres quinquenios.
Esta Semana del Abogado tiene lugar en
tiempos propicios. Los medios electrónicos y en las páginas escritos, se hace
mención en forma reiterada, diríase cotidiana al término “Estado de Derecho” en
tono cada vez más próximo al reclamo y
no tanto como invocación de algo que estuviese al alcance de todos. Se exige
aplicación, cumplimiento y eficacia. Se implica la idea de que un derecho
válido, pero ineficaz; es documento vacuo
sin sentido y utilidad..
En efecto, dilucidar su significado:
precisando lo propio, su validez y eficacia, en gran medida es tarea del
abogado, el profesional del derecho, quien despliega labores de efectos perceptibles trascendentes al orden de la seguridad pública
y jurídica, a la vida económica y laboral de los ciudadanos y pobladores en general. En
suma, su actividad en los foros judiciales, en
despachos privados o públicos, en funciones de administrador de justicia
jurídica en los tribunales, genera consecuencias que influyen decisivamente en
el destino humano. Suele el abogado, el buen abogado, dar voz a quien no la
tiene y muestra y demuestra, en muchos casos, la eficiencia y el grado de
cumplimiento por parte de la autoridad gubernamental; asimismo, promueve la
participación cívica de los ciudadanos en pro de la paz comunitaria.
Todo Estado es, por encima de las
ideologías, Estado de Derecho. Pero en el Estado democrático de Derecho, el
abogado puede ser copartícipe de bienestar, coautor de progreso y paz social. También
contribuye a edificar un escenario idóneo en el que nuestro sistema normativo,
hecho a imagen y semejanza de la sociedad, deja florecer los ideales de
justicia, los anhelos de libertad de enseñanza y abre puertas a la educación
para todos; en fin, es agente para la apertura de empleos productivos y
debidamente retribuidos. Sobre todo, colabora a fin de dar garantía para la tranquilidad,
el entendimiento y la armonía entre la familia y el resto de la sociedad.
Genaro Góngora Pimentel y Margarita Luna
Ramos, de la SCJN, dan realce a la Semana del Abogado. Su presencia abre el
debate sobre la actuación del Supremo Tribunal en el tema palpitante que espera
urgente resolución: la controversia sobre el uso y usufructo del agua.
Incide y coincide su oportuna asistencia
en horas sombrías y de dramática espera. Bien se sabe que del máximo tribunal
depende que se restituya la paz social en la región y que sea factible el estado
de bienestar, a corto plazo, entre miles y miles de familias sonorenses.
Las palabras de la ley, con expresión de
Sebastián Soler, jurista argentino, tienen significado de mandato, llamado a la
conciliación y al acuerdo, vía para dar a cada quien lo suyo, con arreglo a
justicia normativa y contractual.