Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 19 de octubre de 2015

POBREZA: EN LA DEMOCRACIA Y EN LA PLUTOCRACIA

Resultado de imagen para pavlovich

Afrenta no es ser pobre. En cambio lo es cuando no se quiere o no se  busca salir de ella.
Demócrito de Abdera, miembro de la primera Ilustración que registra la historia universal, sostuvo que la pobreza en la democracia es preferible a la riqueza en la esclavitud. No dijo que en sí misma, por sí misma, la pobreza fuese un valor apetecible, digno y meritorio.
Uno de los objetivos, acaso prioritario de las políticas para el desarrollo social, es el del progreso con prosperidad al amparo del libre albedrío, con responsabilidad jurídica y moral.
En el extremo opuesto estaría la pobreza con el corolario de la marginación y la postración extrema. Si las carencias materiales son preferibles en el régimen de garantías democráticas a la riqueza en condiciones de esclavitud, dentro de la plutocracia (gobierno de los poderosos) el goce de riqueza, mal habida por cierto, resultaría inadmisible e intolerable por las condiciones de humillante esclavitud. México fue en un tiempo cuerno de la abundancia.
Era la época del saqueo impune de nuestras riquezas, del que por cierta subsisten estigmas que son rémora en los enclaves mineros que pululan aquí, allá y acullá. Se trataba de magnificar el potencial en nuestros litorales, valles y montañas, mientras se publicitaba nuestra nación con utopías que ocultaban las deplorables condiciones de vida entre jornaleros y recolectores del campo, así como en expendios para la subsistencia: las ominosas tiendas de raya.
La marginación en la opulencia, con lastres de esclavitud, vedada o no,  tiene lugar cuando el imperio de los pocos prevalece sobre la geografía de los muchos,  utilizando la depredación organizada y el hurto como instrumentos de saqueo.
Se encienden focos rojos de emergencia en municipios del sur de Sonora a causa del fenómeno de empobrecimiento gradual en zonas hasta hace poco productivas, generadoras de condiciones favorables al bienestar y al progreso con desarrollo social. Proporciona cifras impresionantes Coneval, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política  y Desarrollo Social, datos que aluden a condiciones de pobreza que van desde la clasificada como convencional hasta la extrema sin descontar la denominada pobreza moderada.
Hay, así pues, llamada de alerta en Sonora, Entidad conocida por sus estadísticas de progreso gradual, desarrollo con bienestar y relativa igualdad, también como por sus avances y logros en rubros de salud, empleo y educación. Todo ello, avalado por un despertar en el área de las enseñanzas de modernas tecnologías y en impulso hacia el estudio de las humanidades y el cultivo de la cultura superior.
Cabe repetir: la pobreza en sus diversas modalidades no es desdoro en sí misma y por sí misma. Lo es cuando no se hace nada para evitarla y a fin de acabar con ella. Y además cuando la nula planeación oficial se sustituye por la política antidemocrática, la imposición de la fuerza y la arbitrariedad, el abuso, la deshonestidad y la dilapidación de los recursos públicos.
En este sentido habría que demandar acciones eficaces, planeación consensuada y consulta ciudadana, con el objeto de abatir endemias y pandemias de ignorancia, enfrentar de cara los vacíos y baches de la marginación con técnicas idóneas y plausibles.. Así, las endemias y las epidemias en materia sanitaria se abatirían oportunamente, al margen de secuelas deplorables. El derecho a la salud sería, en consecuencia, válido y eficaz  

En todo esto, es oportuno el anuncio de Claudia Pavlovich Arellano, titular del Ejecutivo estatal, acerca  del programa de rehabilitación de carreteras por las cuales, en vez de pobreza convencional, moderada o extrema, podrán movilizarse cosechas, enseres y personas en situación de un mejor despertar a la vida con optimismo, seguridad y alentada por condiciones de desarrollo social, progreso y libertad.