Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







viernes, 23 de octubre de 2015

GUILLERMO SOBERÓN: MÉDICO, RECTOR Y ADMINISTRADOR




Resultado de imagen para guillermo soberon


 (Primera parte)                                         



Tres lustros hubo de esperar la publicación del libro “El Médico, el Rector” escrito por Guillermo Soberón Acevedo.  Consiste en una especie de testamento de la vida y obra del Rector Magnífico (así, con mayúsculas), a cuyo libro no estaría mal agregarle, además de Médico y Rector, la denominación  de Administrador,  función que ejerció invariablemente con dignidad, aplomo y honestidad.
El título de referencia vio la luz este año, para beneplácito y beneficio de universitarios y lectores en general.
Editado por el Fondo de Cultura Económica-UNAM,  se encuentra en las principales librerías de la Capital y del interior. Por otra parte, ha salido de las prensas en horas de transición dentro de la Universidad, con motivo de la elección de rector.
Este proceso trascendental ocurre en términos de calma y normalidad. Termina el rectorado del doctor José Narro con saldo a su favor en cuanto a que, durante los ocho años de su gestión, salvo una que otra alteración del orden interno, ocasional, todo ocurrió sin efectos mayores que lamentar.
La H. Junta de Gobierno de la UNAM  ha dado a conocer, tras  riguroso escrutinio y ponderado análisis, los nombres de diez aspirantes al relevante cargo, mismos que serán convocados, uno después de otro, con el fin de exponer ante el órgano elector  las propuestas y el proyecto, los cuales coordinarían a fin de impulsar los destinos académicos de la institución.
La comunidad preparatoriana, la de mayor población dentro del campus universitario, cifra sus esperanzas en el ascenso de un rector poseedor de honda sensibilidad; es decir, congruente y capaz de enarbolar, con talento y pertinencia, el legado que representa el sesquicentenario de la Preparatoria.
No falta quienes opinen,  entre los docentes preparatorianos, que un contendiente así, con dichas cualidades, es Francisco Gonzalo Bolívar Zapata. Dan sus razones, con ese efecto.
Se trataría, así, de un rector que demuestre, en este sentido, comprensión del legado histórico en la lucha por la autonomía en que ha participado la Preparatoria desde su fundación y a través de las principales mutaciones que ha experimentado la UNAM.
Un líder académico imbuido de pasión por los valores que entraña la educación media superior y superior, en docencia, investigación, difusión y extensión cultural. Diligente y participativo en la tesitura que implica la reforma educativa nacional. Abanderado  de la continuidad de la casa de estudios y del proyecto de país en marcha.
Se quiere y se requiere un rector con visión de futuro, para quien el pasado no sea lastre ni obstáculo, sino gozne vigoroso en la cadena de vida educativa que representa la Universidad.
Es decir, desde la Real  y Pontificia a la Universidad Nacional Autónoma, con todo y sus reformas: desde los proyectos de  autonomía de Palavicini, las leyes del 29 y del 45, hasta la reforma constitucional de 1980 encabezada  por el doctor Soberón Acevedo, cuya obra da motivo a este comentario.
Médico, docente e investigador, dejó a su paso en la cátedra y en el Instituto de  Investigaciones Biomédicas, la impronta  de su talento y saber. Egresado de la Facultad de Medicina lo fue, asimismo, de la Universidad de Wisconsin. Reconocidos son los servicios suyos consagrados como secretario de Salud en el gobierno federal, su participación en la Fundación Mexicana para la Salud. Igualmente es su aportación durante el proceso innovador, reconstructivo, de la autonomía universitaria convertida en norma constitucional durante su rectorado.
Nonagenario, el doctor Soberón, autor,  es motivo de presentaciones en el Colegio Nacional  y en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, con disertaciones de Jaime Martucelli y Julio Frenk. A final del mes, las conferencias dedicadas a la presentación de la citada obra estarán a cargo de Diego Valadés y Octavio Novaro Peñalosa.

El libro es de palpitante actualidad.  Son destinatarios  de la valiosa obra universitarios y lectores interesados en los destinos de la educación, particularmente de la formación integral de profesionales y ciudadanos libres y responsables, con vocación innovadora y creativa.
Es memoria documental, la de uno de los personajes ilustres de México, cuya obra cubre la mitad del siglo XX y trasciende a nuestra centuria, permeando valores educativos en estas dos primeras décadas del siglo XXI.    
Como profesional de la Medicina, Guillermo Soberón es recordado por su desempeño en la docencia y la investigación en la UNAM, el Instituto de Nutrición, la Secretaría de Salud y  la Fundación Mexicana para la Salud.
Su labor como académico, refundador de la UNAM (su casa de estudios), es objeto de reflexión y análisis, de ponderada valoración a la luz de sucesos de trascendencia nacional  y sucesos al interior de la institución.
El precitado libro, a juicio de los editores, es evocación y testamento. En sus páginas palpitan recuerdos afectivos: familiares, amistosos y de índole social.
El acento es eminentemente autobiográfico en el sentido del pensador inglés, R.G.Collingwood,  para quien el género autobiográfico consiste en relatar, describir o reseñar aquello que es el leiv motiv de alguien: lo que ha hecho y hace, su actividad más relevante y distintiva.
El Proemio a su ejercicio de rector de la UNAM, es de Diego Valadés, abogado general  de la institución en aquellos arduos momentos. Se trata de un instructivo y brillante recuento de hechos, cuyo sentido podría iluminar el presente en más de una vertiente.
Para citar algunas ahí está la elección de rector que, como a inicios de la ya lejana década de  los años sesenta se plantea decisiva no sólo para la máxima casa de estudios sino para los centros de enseñanza superior en el país.
Asimismo, en los actuales preámbulos de la reforma electoral en ciernes, del deslinde entre lo laboral y lo docente en los centros educativos adscritos a la SEP, lo ocurrido entonces tiene el alcance de ejemplo a proseguir en cuanto  precedente digno de tomar en cuenta a fin de plantear y resolver la candente problemática de nuestros días.
Aquí cabe transcribir las ideas sobre el tema por parte de quien fue considerado por el popio ex rector,  en varias ocasiones, el  abogado e investigador, como candidato idóneo, una de las más distinguidas cartas para asumir la rectoría de la Universidad.
“El periodo rectoral de Guillermo Soberón, escribe, tuvo repercusiones en el sistema universitario nacional porque se produjo en un momento en el que la crisis  de la educación superior afectaba a la juventud de todo el país. Las circunstancias imperantes también  tenían efectos nocivos para la investigación y para las actividades culturales”.
Los años que van de 1973 a 1981 fueron de verdadera transición hacia la consolidación de la autonomía universitaria, proceso y lucha que culminó desde el punto de vista normativo con la promulgación de la reforma l artículo tercero constitucional. Guillermo Soberón estuvo al frente, en su inconmovible función de capitán del barco, ejerciendo incólume defensa de la institución.
La reforma de 1980 no fue, ciertamente, la panacea, el fin final de la controversia originada medio siglo antes con el movimiento universitario de 1929. No obstante ha sido y es el dique para contener toda suerte de embates y combates: ideológicos, partidistas, clasista y aún de orden económico, entendiendo esto último como la tendencia a convertir el presupuesto universitario en botín de enriquecimiento ilícito.
“El Médico, el Rector”, autobiografía del ex Rector Magnífico (denominación que los españoles dan a sus ilustres líderes académicos con ese honroso cargo), es piedra de toque y posiblemente punto de partida en un inmediato futuro.