No
hay plazo que no se cumpla. Después del 7 de junio viene el fatídico e
inaplazable septiembre, mes en el cual los ciudadanos habrán de tomar la
palabra para convalidar su voto ante quienes serán gobernadores, diputados y
presidentes municipales.
Por
ahora sigue la fiesta de los triunfadores, el largo festival con todo y sus
peripecias: en algunos, el jolgorio durará más tiempo del aconsejable; en
otros, será cuesta arriba con todo y la secuela de reclamaciones ante los
tribunales. Y en otros más, los que se han levantado con triunfos inobjetables,
viene el recuento de los compromisos de campaña a la luz de la realidad
cotidiana. Esta servirá de prueba una vez pasada la elección de los mejores. Y
la la elección por ser considerados la mejor opción.
Sonora
ocupa uno de los primeros lugares en cuanto a comicios en paz, legalidad y relativa armonía. Acaso sea la Entidad en
donde la anhelada alternancia ocurrió con el asentimiento de la oposición que,
si bien no se ha quedado cruzada de manos, tampoco incurre en vetar exasperadamente
lo que es cosa juzgada.
Ganó
el Partido Revolucionario Institucional en cargos clave de representación, , incluyendo la gubernatura; asimismo,
alcaldías y diputaciones consideradas estratégicas, lo que no debe inclinar a los
victoriosos a dormir la siesta y festinar los resultados como si fuesen, sin
más, premiaciones gratuitas.
Claudia
Pavlovich empeñó su palabra en pro del Estado de Derecho, lo cual no es
compromiso a cumplir de la noche a la mañana. Requerirá de un equipo
experimentado y diligente; aunque hay suficiente madera de donde cortar. Ofreció
llevar a cabo gestiones para dotar de más agua a los sonorenses y promover un
desarrollo que fortalezca las capacidades productivas de todos los municipios.
Se
preparan los productores agrícolas del
sur del Estado con el propósito de asistir a entrevistas con la mandataria
electa a fin de poner en práctica los compromisos agroindustriales acordados.
Los
ejidatarios, productores agrícolas y la Tribu Yaqui acudirán, asimismo, para
hacer patente su reconocimiento a la próxima ocupante de Palacio de Gobierno y
formalizar el programa de trabajo que dará pie a la reunificación de los
sonorenses mediante la actividad que hace que las personas y sus familias sean
símbolo de cohesión y dignidad: el trabajo honesto y redituable.
Están
en letra indeleble los Acuerdos de Vicam y la promesa en firme de respetar los
derechos agrarios, haciendo que se ampare la propiedad de los veneros acuíferos
que hacen posible la sobrevivencia de miles de familias.
Claudia
Pavlovich, se ha dicho, tiene consigo la sensibilidad idónea y cultivada
para que otorgue protección durante su
mandato, desde el inicio del mismo, a los más débiles y vulnerables.
De
ella se espera mucho. Por ejemplo, la restitución de la justicia jurídica, por
hoy en dramático suspenso, haciendo lo que se espera de los buenos gobernantes:
garantizar la libertad a quienes han sido privados arbitrariamente de su
libertad. Entre éstos a los líderes indígenas en calidad de presos políticos:
Mario Luna y Fernando Jiménez.
Para
el sur del Estado es compromiso pactado, por el cual dieron su voto a Pavlovich
Arellano, el finiquitar el afrentoso abuso causado por el Acueducto
Independencia en donde prosigue impune el atropello a los productores
regionales y se pone en riesgo el futuro agroindustrial del pujante granero de
México, la generosa fuente alimentaria del país.
Cajeme
prosigue su paso airoso y promisorio con el triunfo de Faustino Félix Chávez,
baluarte de la defensa de los derechos de los ciudadanos, sin distinción de
clase y origen étnico. Sus compromisos de campaña para la Alcaldía avalan un desempeño
apegado a la Ley. Refrenda la continuidad institucional en cuanto a un legado
de seguridad, tolerancia y oferta educativa para todos.