El profesor Federico Osorio Altúzar con el ex rector de la UNAM, Guillermo Soberón, en la ceremonia celebrada en Ciudad Universitaria, con motivo del Centenario del Ing. Javier Barros Sierra.
La
Autonomía Universitaria es un hecho y a la vez un proceso.. La UNAM, su
progenitora, funda su razón de ser en la medida que la ejerce y realiza sus
funciones en términos de independencia y libertad.
Clausuró
el rector José Narro la ceremonia del natalicio del ingeniero Javier Barros
Sierra, el pasado martes, en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural
Universitario. Fue un gran privilegio el haber visto en el lugar principal del
estrado al doctor Guillermo Soberón Acevedo, Rector Magnífico de la UNAM, junto
con colegas suyos, ilustres académicos. Más aún, por haberle dado, Emma mi
esposa y yo, un afectuoso apretón de manos al término de la reunión. El ex
rector fue coautor de la Autonomía elevada a rango constitucional, en 1980.
En
cuanto al centenario del nacimiento de Javier Barros Sierra, éste fue motivo para
la entrega de reconocimientos a destacados personajes e instituciones en favor
de la constitución, fortaleza y/o desarrollo de la Autonomía Universitaria.
Entre
las distinciones otorgadas a los ilustres forjadores de la Autonomía, así como
a tres instituciones, figuraron: Justo Sierra, José María de los Reyes, Ignacio
García Téllez, Manuel Gómez Morín, Ignacio Chávez, Javier Barros Sierra.
Descendientes suyos recibieron la presea.
El
único universitario emérito, con vida, fue el Rector Ideal, Guillermo Soberón, así llamado por Gastón
García Cantú en su libro “Historia en voz alta: la Universidad” Y destinatarias
del reconocimiento, las universidades de Michoacán, Sinaloa y San Luis Potosí.
Por la casa de estudios sinaloense, su actual rector, Juan Eulogio Guerra, fue
recipendiario del aludido reconocimiento.
No
ha sido, no es, don gratuito, caído buenamente de las alturas, el sin par
beneficio de la Autonomía Universitaria.
Por su logro y permanencia han luchado con valor, lágrimas y sufrido agresiones
a sus personas, aquellos que la han defendido, salvaguardado y convertido en
escudo frente a cruentos ataques de agresores: dogmáticos, voceros del
conservadurismo, detractores de las Ciencias y las Humanidades.
En
la histórica lucha por la Autonomía, fueron alumnos denodados quienes
enfrentaron a los poderes oficiales y grupos opuestos a la enseñanza laica;
contribuyeron con su palabra y con viriles acciones en la defensa de valores supremos de la
cultura y del conocimiento. Abrieron puertas a las clases marginadas y
pauperizadas, ávidas de ilustración.
Alejandro
Gómez Arias, presidente del Consejo de Huelga en 1929, de palabra encendida y
convincente, sería apólogo del movimiento en la etapa de afianzamiento del
régimen de garantías, dentro y fuera de la Universidad.
Por
su parte, José María (“Chema”) de los Reyes, así conocido en los medios
universitarios de aquellos tiempos, fue evocado ahora y enaltecido como uno de
los representantes legítimos de los ideales de la juventud; asimismo,
distinguido con el reconocimiento por su pundonor y lealtad a los principios
que otorgaron dignidad y dieron fortaleza a la casa de estudios en pleno
proceso de refundación a partir de 1910. Fue él, el abogado De los Reyes,
primer director del plantel 3 nocturno en la Preparatoria de la UNAM.
Sarita
María de los Reyes Tinoco, su distinguida hija, recibió la presea con la que se
distinguió a quienes ofrendan su bonhomía a la honorable causa. Nos
congratulamos por haberle refrendado nuestra admiración, con nuestra hija, la
maestra Roselia Edith, directora de GacetaENP.
La
UNAM conmemora 70 años de su Ley Orgánica, promulgada bajo los auspicios de don
Alfonso Caso, arqueólogo y universitario ilustre al lado del filósofo de la
cultura, su hermano, don Antonio Caso.