La
Carta Abierta de Adalberto Rosas López a
Javier Gándara Magaña en víspera del segundo debate político entre candidatos
contendientes por la gubernatura del Estado, lleva la intención de motivar al
representante del PAN a fin de que se defina en
asuntos de interés social: Transparencia administrativa, garantías
constitucionales de la Tribu Yaqui, Estado de Derecho, Acueducto Independencia,
y otros.
Se
dirá que Rosas López se anticipa a circunstancias que pueden ocurrir o no. Es
decir, que su comunicación peca por exceso en cuanto a lo previsible. No
obstante, el autor de la misiva, sale al paso de la conjetura aduciendo que el
formato para el debate bien puede facilitar el que los candidatos eludan y aún
eviten cuestionamientos incómodos y lesivos a su “buena fama”.
Por
cierto, el abanderado panista llega al debate precedido no de dos o tres
señalamientos que lo comprometen seriamente, sino de un cúmulo de implicaciones
que, incluso, podrían hacer inviable su candidatura.
Adalberto
Rosas, por su parte, bien saben los cajemenses, fue su alcalde. Y se le
recuerda, hasta donde sabemos, como un funcionario con buenos oídos para escuchar a
los ciudadanos sin importar su condición social o económica. A la fecha es
reconocido como dirigente incólume del Movimiento por el Agua y líder prestigiado
por su bonhomía al defender, por igual, los derechos de yoremes y de yoris en
todo aquello que considera justo, con arreglo a las garantías de propiedad y
uso y usufructo de bienes particulares tuteladas en la Constitución.
No
necesita, así, de presentación alguna. Al paso del tiempo consolida su
personalidad con voz familiar ante la ciudadanía, la cual le reconoce
objetividad en el decir y congruencia en el actuar, refrendando de ese modo la congruencia y la certidumbre.
Su
Carta Abierta es, sobre todo, una convocatoria a los cajemenses con el
propósito de persuadirlos para que hagan pública su opinión y audible su
disidencia en todo caso. Invita al candidato del PAN con objeto de que precise
o deslinde sus nexos con quien es a la fecha gobernador y con quien ejerció, a
su lado, el cargo de alcalde en Hermosillo. Asimismo, es un llamado para
razonar detenidamente el voto que, por cierto, habrá de emitirse dentro de un
par de semanas.
El
“Yo Acuso” es mucho más que una
argumentación “ad hominem”. En otras palabras, no es un alegato contra la
persona en cuanto tal, con el objeto de exhibirlo en forma individual y menos
con saña destructiva. Dicho de otro modo: Rosas López no pretende con su misiva
convertir a Gándara Magaña en una especie de móvil para que todo mundo tire, como
si fuese al blanco. Su finalidad, entendemos, es otra: poner sobre el tapete de
la competencia electoral los pros y los contras respecto de la gestión desplegada
por el representante del PAN en sus funciones de presidente municipal. Al
propio tiempo, determinar sus vínculos, en dicha investidura, con el actual titular
del Ejecutivo estatal.
En este
respecto, hay suficiente tela de donde cortar.
La
Carta Abierta de Rosas López a Gándara Magaña es reveladora de lo crucial en
esta competencia ciudadana en donde lo verdaderamente importante, más que los
partidos y las personas, son las propuestas y las conductas públicas de los
aspirantes: su proceder frente a frente de las demandas populares y el
procedimiento para resolverlas.
¿Se
manejará el presupuesto público como en el actual sexenio que encabeza Padrés
Elías? ¿Del mismo modo como lo condujo el representante panista en la alcaldía
de Hermosillo? ¿Cuál es el futuro del Acueducto Independencia y cómo afrontar
sus efectos en la economía agrícola del Sur de Sonora y en el entorno
ambiental? ¿Puede haber confianza y credibilidad en la actuación de políticos
con ambiciones personales que antepusieron sus negocios a los legítimos
intereses de los ciudadanos?