El
Segundo Informe del diputado Faustino Félix Chávez, miembro de la LXII
Legislatura Federal, ocurre en tiempos difíciles en el Estado. Al conflicto
derivado de la operación ilegal del Acueducto Independencia, se suma el derrame de sustancias tóxicas en el cauce del
río Sonora.
Es
tiempo de sumar, sentenció el representante ciudadano en San Lázaro durante la
ceremonia en la que rindió cuentas de su trabajo legislativo en la Cámara. Es tiempo
de rehacer el Estado de Derecho y de reconstruir el maltrecho federalismo
político, jurídico y social bajo los embates del divisionismo político y el
descrédito en la toma de decisiones al frente del Ejecutivo estatal.
La
lucha por el agua, la apología de la constitucionalidad y la legalidad; el
acato a las resoluciones del Supremo Tribunal del País, fueron entre otros los
rubros generales en el documento del legislador, cuyo contenido particular deja
constancia de una vital actividad en favor de sus coterráneos: gestión de recursos para fortalecer la infraestructura del
Municipio de Cajeme, así como intermediación para atender demandas en materia
de servicios de salud, educación y seguridad pública y jurídica, sin soslayar
el reclamo social de empleo y de justicia social.
Los
tiempos de sumar se refieren al tema de la transparencia, con arreglo a la cual
los titulares de los poderes públicos son ponderados y calificados por el
desempeño de sus deberes y atribuciones. Hacer con la mano derecha lo que
invalida la mano izquierda resta confianza y mina el espíritu de participación
cívica por parte de los ciudadanos.
El
diputado Félix Chávez ejemplificó en el Teatro del ITSON, con lenguaje claro y
asequible, el estilo de hacer política mediante hechos constatables y el modo
de cumplir los compromisos adquiridos con experiencias cuantificadas y
cualificadas. Si la política es el arte de lo posible y es la práctica de la persuasión fundamentada en acciones y
sucesos constatables, la rendición de cuentas en el mencionado Segundo Informe
es testimonio de una política democrática inspirada en la coordinación entre
los poderes públicos. En modo alguno se guía por la división o separación de poderes.
Y menos, mucho menos, se conduce por el destructivo enfrentamiento y por la devastadora
confrontación.
Comunicar,
no hay duda, va de la mano con el acto de informar. En la democracia, a
diferencia de lo que sucede en la organización autoritaria, la información se
hace a imagen y semejanza de la sociedad. No a contrapelo. La acción de
comunicar se compagina, en aquel caso, con el principio de la certeza
informativa y es condición de credibilidad. La persuasión le es, así,
complementaria; vale decir, resulta su consecuencia
lógica.
La
rendición de cuentas tiene el aval de la objetividad y la certeza. Comunica logros
y realizaciones. Reseña acuerdos y negociaciones en firme ante las instancias y
despachos federales para obtener apoyos diferidos, retenidos o escamoteados por
motivos ajenos a las abnegadas comunidades de la jurisdicción.
Los
cajemenses escucharon, así pues, un informe que comunica actos de voluntad
política, convenios y gestiones
investidas de eficacia y de palpable realidad, el cual ocurre en horas de
frustración y desesperanza, cuando la
sociedad sonorense padece hambre y sed de justicia. Sin embargo, rescata
credibilidad y certeza en el Pacto Federal, cuya efectividad radica en el
esquema de la Federación entendida como
cerebro organizativo y por el conjunto de sus miembros, Estados y Municipios,
conceptuados como el corazón que alienta vitalidad al organismo entero. El
rendimiento de cuentas, en suma, contribuye a fortalecer la idea federalista en
su dimensión propia: vínculo y eficaz intermediación a fin de resolver demandas
apremiantes en todos los órdenes del
bienestar.