Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







miércoles, 17 de septiembre de 2014

ACUEDUCTO INDEPENDENCIA: AHORA O NUNCA


Al grito de “¡Ahora o Nunca, Señor Presidente!”,  la Tribu Yaqui acuerda este día 16 septiembre reanudar el sitio que impedirá, acaso indefinidamente, el tránsito sobre la carretera internacional en las inmediaciones de Vicam. Convocan los organizadores yoremes a la sociedad, sin distinción de clase o ideología, con el fin de sumarse al movimiento pro defensa del agua que, al parecer, llega esta vez a su fase terminal.
“Ahora o Nunca” es la voz de combate que se multiplica hasta alcanzar los más escondidos estados de conciencia de una comunidad, la comunidad sonorense, al colmo de la tolerancia, por motivo de una justicia jurídica publicitada, pero que jamás llega. “Ahora o Nunca”, es clamor que va en aumento: de las congregaciones aborígenes a todos los centros poblacionales de la región, y de ahí hasta Los Pinos pasando por el Palacio de Gobierno en la ciudad-capital.
“Ahora o Nunca”, tras lo ocurrido en las riberas de los ríos Sonora y Bacanuchi, después de conocerse los efectos de la degradación ambiental provocada por el  criminal derrame de tóxicos. “Ahora o Nunca”,  frente a la cadena de impunidades que se remonta al año de 2010 y se continúa a manos de los dueños intocables del  Grupo México, coludido y encubierto por quienes detentan el poder. .
“¡Ahora o Nunca, señor Presidente!”.
Todo indica que ha llegado la hora de refundar la gobernabilidad y el Estado democrático de Derecho: la hora de la legalidad y la constitucionalidad.
La derrota del federalismo había sido, hasta el día de hoy, el triunfo de la reacción y la victoria del conservadurismo.
A partir de estas horas de prueba y de provocación, el destino de la modernización y del progreso queda a cargo de quienes tienen la atribución de ejercer el imperio de las leyes y hacer valer la soberanía y la autodeterminación política y económica de la Nación.
Está en juego la sobrevivencia de la Tribu Yaqui,  de una comunidad tenaz, ejemplar  en la defensa histórica de sus derechos, Y está en manos del liderazgo político nacional, el destino de las reformas recientemente aprobadas en el Congreso de la Unión. Está en la balanza de lo posible, el destino de México, es decir, de millones y millones de mexicanos que volvieron a confiar en la voluntad y el patriotismo de sus mandatarios.
Está en el tapete de lo previsible, el futuro del conjunto de reformas consagradas en letra de la Ley. Para empezar, está a las resultas de lo que haga la autoridad, las reformas en materias de seguridad jurídica, de participación cívica o electoral, de educación en términos de ejemplaridad por parte de los titulares de poder. Y antes que nada, está en el escaparate de la crítica, la reforma energética por lo que tiene que ver con la salud de la población, el respeto a la integridad y normalidad de los sistemas ambientales, el cuidado puntual de las cuencas hidrológicas.
En todo esto, está a la orden del día, sin posibilidad de diferirlo, posponerle y etiquetarlo como asunto de segundo interés o sin importancia, el destino del acueducto denominado Independencia, tal vez por motivo de haberse ideado, realizado y puesto en marcha, al margen y aun en contra de la voluntad de quienes fueron y son convidados de piedra, victimados sin voz ni voto para ejercer su legítima defensa.
El reclamo es, diríase, sin lugar a discusión alguna. Se reduce a un imperativo definitivo y definitorio:
“¡Ahora o Nunca, Señor Presidente”!
Después será, no hay duda, demasiado tarde. El llamado Acueducto Independencia termina sus días, convirtiéndose en el “acueducto de la discordia”.

Sin embargo, con todo, a pesar de todo, es la hora de las grandes y responsables determinaciones: ”Ahora o Nunca”.