Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







miércoles, 9 de diciembre de 2015

BLOQUEO CARRETERO Y ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO

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De Hans Kelsen, el príncipe de los juristas del siglo XX, es la tesis de que todo Estado, democrático o no, es un Estado de Derecho.
El derecho a la rebelión tendría, así, legitimidad dentro del Estado autocrático; es decir, adquiere sentido como expresión de inconformidad frente al sistema arbitrario que impone decisiones que van en perjuicio de los ciudadanos.
Se infiere, por  lo tanto, que  el Derecho al activismo beligerante, al disentimiento y a  la rebeldía carecen de validez y operatividad en el seno de un Estado en el que predominan políticas para el bienestar social y en el que es predominante la paz y la armonía entre gobernantes y gobernados.
Viene al caso lo anterior con motivo de la cancelación del  bloqueo carretero a la altura del pueblo de Vícam por parte de la Tribu Yaqui, la cual hizo el referido emplazamiento hace más de dos años, en protesta por daños y perjuicios reales y futuros derivados del Acueducto Independencia.
Concluye el bloqueo carretero, y no por obra y gracia de las promesas y los ofrecimientos.
Cabe repetir aquí el aforismo: “Obras son amores”.
Los hechos convertidos en acciones políticas que propician más que buena voluntad son bálsamo capaz de suturar heridas: antídoto eficaz para evitar que se perpetúe la injusticia y la ilegalidad.
En el caso, esto último equivale a las primeras acciones emprendidas por la nueva titular del Ejecutivo estatal, Claudia Pavlovich Arellano, política de la nueva generación que se perfila con clara visión innovadora, investida de pasión reformadora con alcances de igualdad relativa y oportunidad de progreso y desarrollo para todos.
Escuelas dignas de ese nombre, con maestros imbuidos de la vocación de servir educativamente con arreglo a la enseñanza-aprendizaje y a los principios de la formación integral desde el punto de la moderna pedagogía que no descuida lo mental por lo físico, ni este por la destreza de la creatividad y la inteligencia.
Además, sitios de trabajo para dignificar la actividad humana en todos los niveles laborales; vivienda decorosa y condiciones idóneas para la productividad en todas sus modalidades.
La Tribu Yaqui es, sin duda, el mejor y más confiable referente para evaluar los desempeños iniciales de Pavlovich Arellano. Sus comunidades son, asimismo, los primeros beneficiados a la luz de la reinstalación de políticas que aluden al nuevo Estado de Derecho, al reinstalado o en vías de reinstalación del Estado democrático de Derecho en Sonora.
El bloqueo deja, en consecuencia, de tener razón, dice el alcalde de Cajeme, Faustino Félix Chávez. Añade también que el trabajo desplegado por la Gobernadora del Estado avala su promesa de reunificar la Entidad, en donde no haya sitio para la confrontación, los malos entendidos y el divisionismo.       
A esta convicción se suma la del Movimiento Ciudadano por el Agua y el beneplácito de la agrupación “No al Novillo”, baluartes contra el autoritarismo, los abusos de poder y los desacatos a las sentencias judiciales, inclusive, por parte de entidades federales relacionadas con la ilegal operación del Acueducto. Íntegros en su apoyo a los yoremes.
Al término del bloqueo carretero, es oportuno subrayar que el Derecho a la Rebelión tiene luz propia en el seno de un Estado autocrático de Derecho. No así dentro de un Estado democrático de Derecho.
En el inmediato pasado está por demás afirmar lo que todo mundo sabe: El régimen anterior y sus funcionarios dejaron el más deplorable legado de ilegalidad, corrupción, acoso político, latrocinio en daño y perjuicio de los más lacerados por la pobreza y la miseria. Por ejemplo, los desvalidos pueblos indígenas del sur del Estado.

En vías de restituir el Estado democrático de Derecho, la suspensión del bloqueo carretero es un buen síntoma, un preanuncio  alentador de lo que puede sobrevenir.