Desde los remotos
tiempos, en la Grecia, el arte ha coadyuvado a la formación moral y a la
convivencia política. Vale decir, ha influido en la vida comunitaria de la
“polis” o ciudad. En la “República” de Platón el buen arte, para serlo, ha de ser
expresión verdadera y servir, de ese modo, a la educación del ciudadano. Sobra
decir que para el filósofo de Atenas, la expresión artística debe ceñirse al
criterio de la perfección absoluta y, por lo mismo, no ha de incurrir en
deformaciones ni alteraciones de la realidad absoluta, tal y como el pensador la
concebía: como sustento inconmovible de las ideas.
Hoy en día el arte
está a las resultas de lo propiamente humano, de lo perfectible en
consecuencia, no de lo absoluto. Y sirve a intereses, preocupaciones y afanes
finitos propiciados por el hombre, aquí y ahora.
La exposición
“Derechos Humanos: una Perspectiva Politécnica”, auspiciada por el Municipio de
Cajeme bajo el cuidado de la dirección de la Biblioteca a cargo de Rossana
Robinson Bours, refrenda compromisos del alcalde Díaz Brown en cuanto a
estimular la educación en todas sus vertientes. En el caso de referencia, pone
énfasis sobre la tesis de que el arte contribuye a la convivencia armónica,
fortalece el régimen de las garantías de libertad y de interacción, fija bien
los términos de la convergencia para el disfrute, goce y para el respeto
irrestricto de los derechos de las personas.
Expone el Instituto
Politécnico Nacional (IPN) en forma itinerante, por todo el territorio nacional,
guiado con el fin de motivar a los asistentes hacia el cultivo, ejercicio y la
práctica de principios de tolerancia, solidaridad, asistencia mutua, y sana y
constructiva convivencia, respaldando políticas humanitarias amparadas por el
régimen municipal.
Entre paréntesis,
se advierte hasta qué punto la expresión
artística y desinteresada deriva del
concepto de arte por el arte mismo. Sin embargo, el arte adquiere su esencia y
valor al margen de la manipulación ideológica. Y comparte su influjo y eficacia
en la medida que se le abran cauces para
manifestarse públicamente y en igual medida al otorgársele apoyos suficientes para
despertar y mantener el buen entendimiento y la mejor comprensión entre los ciudadanos:
pobres, acomodados y ricos. En suma, entre todos los sectores de la comunidad.
En la Exposición
Fotográfica, la educación técnica se imbrica en las humanidades, probando que el
arte no es pertenencia privada para algunas instituciones. Lo mismo atañe a
entidades cuya naturaleza radica en la enseñanza de conocimientos aplicados,
como las que imparte el IPN, al igual que se origina en recintos culturales:
bibliotecas públicas y auditorios en donde se dictan conferencias y hay
conciertos y recitales.
Viene al caso,
aquí, citar la exhibición dancística en planteles de la Escuela Nacional
Preparatoria de la UNAM (ENP), con el título “Yo no voy a la guerra”, promovida
con la finalidad de estimular la convivencia social no violenta. Así, por medio
del arte (la expresión dancística) se logra el objetivo de propiciar la paz
social, pues ésta se alcanza igualmente por medio de normas morales y jurídicas,
como también a través de expresiones artísticas emanadas del sentimiento
estético.
Vaya, pues, desde
aquí un voto de reconocimiento a la autoridad municipal de Cajeme por su
disposición expresa de dar seguridad, certeza y condiciones educativas
propicias a quienes más requieren de tutela oficial y protección en todos los
órdenes del bienestar social.
A la transparencia
en el manejo de los recursos presupuestales se suma la claridad en la tarea de
informar y comunicar, con objetividad y oportunidad, de estos beneficios destinados
a la convivencia en sana paz y armonía.