Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







jueves, 22 de enero de 2015

LOS DERECHOS HUMANOS EN MUESTRA FOTOGRÁFICA



Desde los remotos tiempos, en la Grecia, el arte ha coadyuvado a la formación moral y a la convivencia política. Vale decir, ha influido en la vida comunitaria de la “polis” o ciudad. En la “República” de Platón el buen arte, para serlo, ha de ser expresión verdadera y servir, de ese modo, a la educación del ciudadano. Sobra decir que para el filósofo de Atenas, la expresión artística debe ceñirse al criterio de la perfección absoluta y, por lo mismo, no ha de incurrir en deformaciones ni alteraciones de la realidad absoluta, tal y como el pensador la concebía: como sustento inconmovible de las ideas.
Hoy en día el arte está a las resultas de lo propiamente humano, de lo perfectible en consecuencia, no de lo absoluto. Y sirve a intereses, preocupaciones y afanes finitos propiciados por el hombre, aquí y ahora.
La exposición “Derechos Humanos: una Perspectiva Politécnica”, auspiciada por el Municipio de Cajeme bajo el cuidado de la dirección de la Biblioteca a cargo de Rossana Robinson Bours, refrenda compromisos del alcalde Díaz Brown en cuanto a estimular la educación en todas sus vertientes. En el caso de referencia, pone énfasis sobre la tesis de que el arte contribuye a la convivencia armónica, fortalece el régimen de las garantías de libertad y de interacción, fija bien los términos de la convergencia para el disfrute, goce y para el respeto irrestricto de los derechos de las personas.    
Expone el Instituto Politécnico Nacional (IPN) en forma itinerante, por todo el territorio nacional, guiado con el fin de motivar a los asistentes hacia el cultivo, ejercicio y la práctica de principios de tolerancia, solidaridad, asistencia mutua, y sana y constructiva convivencia, respaldando políticas humanitarias amparadas por el régimen municipal.
Entre paréntesis, se advierte  hasta qué punto la expresión artística y desinteresada  deriva del concepto de arte por el arte mismo. Sin embargo, el arte adquiere su esencia y valor al margen de la manipulación ideológica. Y comparte su influjo y eficacia en la medida que  se le abran cauces para manifestarse públicamente y en igual medida al otorgársele apoyos suficientes para despertar y mantener el buen entendimiento y la mejor comprensión entre los ciudadanos: pobres, acomodados y ricos. En suma, entre todos los sectores de la comunidad.
En la Exposición Fotográfica, la educación técnica se imbrica en las humanidades, probando que el arte no es pertenencia privada para algunas instituciones. Lo mismo atañe a entidades cuya naturaleza radica en la enseñanza de conocimientos aplicados, como las que imparte el IPN, al igual que se origina en recintos culturales: bibliotecas públicas y auditorios en donde se dictan conferencias y hay conciertos y recitales. 
Viene al caso, aquí, citar la exhibición dancística en planteles de la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM (ENP), con el título “Yo no voy a la guerra”, promovida con la finalidad de estimular la convivencia social no violenta. Así, por medio del arte (la expresión dancística) se logra el objetivo de propiciar la paz social, pues ésta se alcanza igualmente por medio de normas morales y jurídicas, como también a través de expresiones artísticas emanadas del sentimiento estético.
Vaya, pues, desde aquí un voto de reconocimiento a la autoridad municipal de Cajeme por su disposición expresa de dar seguridad, certeza y condiciones educativas propicias a quienes más requieren de tutela oficial y protección en todos los órdenes del bienestar social.

A la transparencia en el manejo de los recursos presupuestales se suma la claridad en la tarea de informar y comunicar, con objetividad y oportunidad, de estos beneficios destinados a la convivencia en sana paz y armonía.