Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 13 de enero de 2015

AÑO CRUCIAL EN SONORA: ESTADO DE DERECHO O POLÍTICA SIN MÁS



Cargado de presagios, 2015 es un año promisorio para los sonorenses. De entrada, es año de elecciones, lo cual indica que será la mejor oportunidad con el fin de que la democracia, entendida como sistema político idóneo para el progreso y el desarrollo social, refrende sus méritos y vuelva una vez más por sus fueros. Vale decir, será la gran ocasión de principios de siglo, con el objeto de que recobre su esencia y valía a lo largo y ancho de la Entidad.
Lo anterior no es todo. En Sonora, está en vía de resolución la disyuntiva acerca de si la política es prioritaria respecto del Estado de Derecho. O bien si la normatividad, en sentido amplio, determina y define la licitud o ilicitud, la validez o invalidez de la  acción de gobernar. Está en el tapete de las decisiones, asimismo, el candente tema  de si, en definitiva, el defensor de la Carta Magna es el titular del Poder Ejecutivo, si lo es el Legislativo. O, más aún, ¿es el  Poder Judicial de la Federación su defensor legítimo en el sentido de intérprete y recreador eficaz de las normas supremas de la Constitución?
En el primer semestre del año se dilucidará el futuro político, social y económico del Estado. Está en juego más de lo que a primera vista parece, pues no es tan sólo el proceso de la alternancia, mismo que los ciudadanos resolverán con su voto. Determinarán, a su vez, si valió la pena la alternancia, si lo bueno por conocer fue preferible, al final de cuentas, a lo más o menos malo, o de plano malo por conocer.
En otras palabras, en cada ciudadano se agitan dudas que se volverán arduos enigmas a resolver. Así, frente a la suma de realizaciones, omisiones, aciertos y equivocaciones, ¿fue acertada la decisión de contribuir, con el sufragio, a mover el péndulo de las preferencias hacia la derecha y quitar con ello el triunfo al Partido Revolucionario Institucional?
¿Se obtuvieron ventajas en rubros de educación, de empleo, en materia de vivienda y de salud, con haber cambiado el voto en favor de las promesas de la derecha y en pro de los ofrecimientos del ala tradicional, conservadora? ¿Ganaron los pobladores de los municipios, de todos los municipios, en función de la alternancia, a la luz de hechos consumados en materia de productividad agraria, cuidado ambiental y en cuanto a protección y defensa de las etnias que carecen, en el sur y en el norte, en la sierra y en los valles, de créditos, avíos y abasto seguro de los recursos hídricos para el presente y con miras al porvenir?
Este día el alcalde Rogelio Díaz Brown se reuniría de nueva cuenta con la Etnia yaqui a fin de reiterarles la seguridad de su apoyo y solidaridad en la defensa del agua. Con  la investidura que le da la jefatura del gobierno municipal, el edil laureado refrenda el ejemplo a seguir en la crucial disyuntiva: la prevalencia del Estado de Derecho o el dominio de la política en la controversia que hace de Sonora una Entidad fragmentada, dividida por la inepcia gubernamental. Enfrentada, en suma, su población por obra y gracia de la reacción que, en otra costosa alternancia, puso en manos de la ineficacia administrativa las riendas políticas de la anarquía y la impunidad.
En Cócorit este día podría anticiparse algo de lo que sobrevendrá. Pasado mañana, día jueves, si los hados no se interponen, la SCJN dirá la resolución que los sonorenses del sur aguardan con olímpica ansiedad; a saber, lo del trasvase ilegal de agua por medio del viaducto de la discordia, del dispendio y la ilicitud.

Legisladores federales, por caso el diputado Faustino Félix Chávez, han dejado escuchar su voz en defensa del Estado de Derecho, de su predominio sobre todo interés político, personal o de cofradía. Simboliza, con su intervención, la defensa a ultranza de la legalidad.