Septiembre es mes
de festejos patrios. En el calendario de los festejos nacionales ocupa un sitio
excepcional. Invocamos, nada menos, que la gesta de la Independencia entendida
como testimonio redivivo, permanente, de la hazaña con la cual los héroes del
siglo XVIII nos legaron un patrimonio que debemos preservar y enriquecer.
Septiembre, asimismo, es mes de
la educación. El 22 de septiembre (1910) el maestro Justo Sierra, al inaugurar cursos
lectivos anunció la refundación de la Universidad, y con ello el renacimiento de
la enseñanza laica, promotora de las ciencias y las humanidades.
Este mes, asimismo, la
Preparatoria se viste de galas académicas con motivo del octagésimo aniversario
de la fundación, el 14 de ese mes, de Iniciación Universitaria, nivel que a
partir de entonces ha impartido la UNAM equivalentes a los de Secundaria. El
Director del plante 2, licenciado Antonio Meza, preside el feliz
acontecimiento.
Decisión histórica
el referido acto encabezado por el rector Fernando Ocaranza y secundado por la
comunidad universitaria, fue en su momento un gesto de confirmación de la
autonomía alcanzado por la reforma de 1929, anticipo de la tesonera lucha que
ha pasado por la de 1945 y la trascendental de 1980.
Fue en 1935 una
ocasión espléndida a fin de mostrar y demostrar que la Universidad Nacional
dejaría de serlo si rehuía el reto de enfrentar la amenaza de la educación
socialista planteado por la reforma del artículo 3º, constitucional. Muy por el
contrario, la Universidad respondió, y con su rector la comunidad universitaria,
el claustro de maestros y las autoridades académicas, implantando el programa
de extensión universitaria que hoy es motivo de júbilo y de festejos.
Baluarte de la
autonomía ha sido y es la Preparatoria de la UNAM. En 1929 sobresalieron en la
lucha por el régimen de libertades docentes, de investigación y de difusión
cultural, líderes de la talla de Antonio Caso, Jiménez Rueda, Mauricio
Magdaleno, Portes Gil, Mendieta y Núñez; asimismo, descollaron jóvenes íntegros
como Baltasar Dromundo y José María de los Reyes, después notables catedráticos
de la insigne institución.
Por cierto, “Chema”
De los Reyes, familiarmente así conocido en los anales de la Escuela Nacional
Preparatoria (ENP) fue diligente, audaz y brillante promotor educativo en la
historia de la enseñanza media y media superior. Creó la Preparatoria nocturna
de la UNAM, la número 3, en donde estudiaron personalidades como Antonio
Armendáriz, Virgilio Domínguez y Jacobo Zabludovsky, entre otros. Fundó
secundarias y preparatorias para alumnos de origen humilde, es decir, de muy
humilde origen. Introdujo el principio de igualdad de género promoviendo la
creación de escuelas para señoritas; contribuyó a la fundación de de
instituciones de nivel preparatoriano en Hidalgo, Guanajuato, Nuevo León y
Sonora.
A propósito, su
hija, Sarita Ma. De los Reyes estará presente junto con su esposo, en un
programa especial con el que el Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON)
conmemora los 60 años de su fundación en Ciudad Obregón, municipio de Cajeme.
Su aportación allá es memorable. Siendo catedrático de la UNAM, diputado
federal por su Entidad, el Estado de Hidalgo, De los Reyes, fue el primer
director del entonces Instituto “Justo Sierra”, precedente del Tecnológico del
Noroeste, hoy Instituto Tecnológico de Sonora.
Sus actuales
directivos, al frente el rector Isidro Cruz Medina, honrarán su memoria en
estos días, próximos por cierto a los festejos que se organizan por los 150
años de la Preparatoria creada por el Presidente Juárez y el Dr. Barreda, en
1867.
Septiembre, mes de la Patria,
también lo es, por estos motivos, mes de la educación nacional.
Enhorabuena, la Preparatoria de
la UNAM cumple el deber de evocar a sus fundadores con publicaciones
documentales y biográficas que dan continuidad a su misión benemérita.