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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







jueves, 17 de septiembre de 2015

EN CAJEME: LA DEMOCRACIA TIENE LA PALABRA

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Son de suyo desaconsejables las comparaciones. Pocas veces dan en el blanco. Después de Plutarco, autor de “Vidas Paralelas” rara vez el método de las analogías rinde los frutos apetecidos. No obstante, la tendencia a equiparar con el fin de obtener enseñanzas o conclusiones valederas, sigue en pie. Motiva, a pesar de todo.
Lo anterior viene al comentario, con motivo de la transferencia de poderes en la cúpula de política en Sonora y en los municipios. En Hermosillo, la transmisión del mando ha dejado y dejará mucho qué decir. El Estado que ha recibido la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano da la impresión de que era un navío próximo a naufragar. Velámenes y máquinas funcionan a pesar de todo, en la medida que se trata de una estructura que depende de otras, la incólume representada por el pacto federal.
En plena bancarrota recibe la economía estatal, la flamante mandataria. En evidente postración, el Estado de Derecho. En vísperas a la desunión política y jurídica uno de más prósperos y diligentes miembros de la Federación.
A contrapelo, el cambio de estafeta en Cajeme se lleva a cabo sin sobresaltos ni zozobras. Después de tres años, la nave municipal llega a puerto seguro sin que haya quebrantos que lamentar. Tripulación y mando entregan una bitácora de viaje digna de emular y exhibir como ejemplo a seguir. El municipio que entrega Rogelio Díaz Brown está en condiciones de reanudar a travesía. Máquinas, compartimentos y equipo de navegación dan la impresión, prueba en contrario,  de encontrarse en excelentes condiciones. La tripulación que ha colaborado eficazmente al lado del capitán, pasa idóneamente las pruebas de la disciplina, la lealtad, la honestidad y la destreza profesional.
La contabilidad está a la orden del día. Los haberes  han pasado el crisol de la transparencia y la comprobación. No hay pendientes que requieran indagación pericial o judicial.
Por parte del nuevo conductor de la nave municipal, el alcalde sucesor, el ex diputado federal Faustino Félix Chávez, asume el mando junto con una tripulación que ha sido previamente evaluada con el objeto de reemprender el viaje cuyo término, al igual que el anterior, será de un trienio. No hay previsión, ciertamente, de tormentas y ciclones. Todo indica que la inmediata travesía será la mejor de que se tenga memoria, a juzgar por las condiciones de la nave institucional, de los inmediatos asistentes,  experimentados tripulantes.
Una rápida ojeada a los programas que ha delineado el nuevo munícipe cuentan con precedente: los avances son de carácter asistencial, de apoyo y de carácter sustantivo. Hombre forjado en tareas de carácter legislativo, llega con la disposición de construir desde los cimientos una estrategia basada en disposiciones legales y administrativas, propicias para el crecimiento progresivo y el desarrollo eficaz de la comunidad.
Félix Chávez proviene de una generación promotora de reformas al más alto nivel. Formó parte de la idea de que la ciudadanía es fuerza que hace llevar a buen éxito el proyecto modernizador del Primer Mandatario. Domina el secreto de negociar y superar las contradicciones ideológicas y la guerra de los opuestos.
Según todos los indicios, el nuevo alcalde cajemense se ha entrenado en forma suficiente para desempeñar la encomienda que le han delegado sus coterráneos. Es hombre con visión de Estado, no dinasta que reciba dones extraordinarios para cumplir las metas que ha concertado, en paz y concordia, con sus gobernados. Refrenda su determinación de realizar un gobierno translúcido, de puertas abiertas a la confrontación de ideas con la disidencia y con la oposición organizada.

Sabe bien que el ser administrador de la voluntad ciudadana significa hacer de cada acto de gobierno un ejemplo de responsabilidad y honestidad. Hombre de leyes es, asimismo, un funcionario de palabra confiable y certera. Los cajemenses hacen de la continuidad un ejemplo viviente, asimismo, que garantiza el desarrollo con progreso y  crecimiento con justicia y equidad.