Se
dice de manera fácil, pero seis décadas de servir educativamente en la región
sur del Estado de Sonora, es toda una hazaña sociocultural que en mucho
enaltece a la institución pionera de Cajeme, el Tecnológico de Sonora, conocido
mejor por sus siglas: ITSON. Su nombre está inscrito en la historia de la educación
como un hito o testimonio que da permanencia y honor a sus fundadores.
Su
prestancia va al parejo con el legado de los creadores de la grandeza económica
y de la prosperidad del Valle, otrora en plenitud productiva; hoy en declive por obra y gracia
de la depredación ambiental y la injerencia humana.
En
seis décadas el ITSON ha visto transmutar su nombre y ha redefinido sus
funciones académicas con el objetivo de extender sus beneficios profesionales a
los sectores que requieren de ellos. Si bien es cierto que predomina la
vocación originaria de preparar técnicos al servicio del agro, de la industria
y de las actividades empresariales, el proceso evolutivo la ha convertido en
casa estudios en donde las humanidades representan, asimismo, el otro pilar,
formidable, que le proporciona sostén y fortaleza.
Nació
con la denominación de Instituto “Justo Sierra”, implicando en el nombre el
carácter de fundación al servicio de ideales tendentes a innovar la enseñanza
poniéndola en el contexto de la nueva sociedad durante los inicios de su
modernización y en la fase de su
crecimiento y desarrollo. Cambio de nombre al de Instituto Tecnológico del
Noroeste para denotar la intencionalidad de dar cobertura educativa a una vasta
geografía en la que si bien había mucho de generosa ambición también implicaba
en ello la puesta en marcha de un proyecto desmedido para el cual los recursos
disponibles eran de suyo insuficientes.
Acotado
el nombre, quedaría su enunciado como es en la actualidad, con la gran
diferencia que no se agota en lo semántico, pues no pocas veces se le menciona
como lo que es: Universidad en el sentido de universalidad de los conocimientos
que imparte y con la connotación que alude a la educación científica,
humanística y formación en las más revolucionarias tecnologías.
En
la inauguración de cursos 2015-2016, el
rector Isidro Cruz Medina mencionó lo relativo a los festejos del aniversario
número 60. Refrendó la idea de que el ITSON es una comunidad de puertas
abiertas; es decir, una instancia democrática por la que entran quienes están
motivados por vocación de servicio y egresan meritoriamente los que han sido
capaces de abrevar, en términos de libertad y responsabilidad, en las fuentes
del saber y el conocimiento sin ataduras ideológicas, despojadas de prejuicios
de toda índole.
Se
entiende, así, que en la noción de comunidad se incluya la presencia y
participación de los padres de los alumnos, contribuyendo de ese modo al
concepto de educación integral, a cuyo efecto entre el hogar y la escuela hay
una prolongación no sólo cronológica, sino de continuidad en el cultivo de
valores tendentes a la consolidación de la personalidad, el carácter y los derroteros que permean y definen,
finalmente, la vocación y la capacitación profesional.
La
idea de una escuela de padres de familia, adjunta al aula, el taller, el
auditorio y los campos deportivos complementa el perfil de toda institución
educativa que, como el ITNO, cumple sus 60 años no sin hacer de su pasado una
memoria viva, palpitante en la persona de quienes fueron sus creadores, sus
egresados, sus directivos y del presente de su comunidad en donde los padres de
los alumnos tienen presencia actual con su energía, moralidad y savia
vivificante.