Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







miércoles, 15 de abril de 2015

CIUDAD INCLUYENTE: EL FESTIVAL DE MÚSICA EN CAJEME

Resultado de imagen para musica


Música y deporte fueron, en los tiempos arcaicos, obsequio exclusivo para quienes gozaban de poder económico o eran poseedores de una aureola cuyo resplandor dependía de la clase social o del prestigio que deviene del estamento.
La época heroica en la antigüedad fue escenario de competencias y  combates en donde los premios eran la confirmación de la dignidad y el mérito. Hasta llegada la Revolución Francesa y antes con la incursión de la escuela pública, una y otro, música y deporte pasaron a ser introducción y propedéutica para todos aquellos que demostraran vocación para realizar estudios superiores.
Hoy en día, el lema de mente sana y cuerpo sano dejan su lugar de santo y seña para reconocer a los más aptos en el sentido aristocrático del término. Son tan sólo formas para demostrar la capacidad y la destreza por medio de los conocimientos,  la habilidad y el talento.
El Festival Operístico anunciado en Ciudad Obregón refrenda el carácter laico de las disciplinas aludidas entendidas como una extensión social por parte del Ayuntamiento, pero asimismo es confirmación de la participación de sectores con recursos pecuniarios dispuestos en aras del beneficio colectivo y popular.
Ciudad  incluyente había sido así calificada la cabecera del Municipio de Cajeme. Ciudad incluyente por su apertura educativa, justo en el enclave en donde mejor se prueba la fortaleza y el vigor de las decisiones. Ciudad incluyente, también, por la visión social, la entereza cívica y por las  tendencias positivas hacia el igualitarismo; es decir, por la equidad de oportunidades ofertadas y apoyadas por autoridades y representantes públicos.
Huésped será la ciudad por la presencia de docentes prestigiados provenientes del Viejo Continente. Y esto no es logro modesto en modo alguno. Particularmente, si se toma en cuenta que las sedes en las que se incluye la de Ciudad Obregón son las de la Ciudad de México, de Guadalajara y de Monterrey.
Se inscribe, así, nuestra urbe a la vanguardia poniendo generoso ejemplo de cómo facilitar el ejercicio de extender los beneficios de la cultura pomposamente denominada cultura superior. Hace tangible, por medio de los programas académicos y con las audiciones populares, que el cultivo del espíritu, la educación estética y el goce las audiciones operísticas no son fruto exclusivo y oportunidad para unos cuantos.
Las ciudades inclusivas son enclaves en donde la libertad se desempeña a través de la convivencia en paz y armonía, y por medio de condiciones idóneas para gozar el fruto del trabajo honrado y la ocupación productiva,
Escuchar óperas como  “Las Bodas de Fígaro”, no es ya algo fuera  de lo ordinario. Ya no es platillo a gustar únicamente entre personas pudientes, como tampoco es privilegio el poder asistir, en procura de estudios, a centros de cultura musical allende la frontera del país. Hay becas disponibles para quienes disponen de talento y experiencia en la creatividad artística por medio de la música y el canto.
El festival pone de relieve que por encima de las vicisitudes partidistas o los conflictos sociales, el arte al igual que el deporte, son disciplinas al alcance de minorías lo mismo que de las mayorías. El juego entre unas y otras trasciende de la arena política y llega hasta los escenarios en los que tiene su lugar propicio el espíritu y la educación. Ahí hace su labor constructiva la enseñanza concebida como actividad idónea  para crear en todas las modalidades de la expresión humana.

Confirma, refrenda, acredita, por la vía de la comunicación educativa, con dimensión democrática, los valores sobre los que se asienta una nueva sociedad en donde las diferencias no estriban en el tener sino en el disponer de lo más valioso de los seres humanos: la creatividad, la libertad y la responsabilidad.