Vidas similares
resultan ser las de Guillermo Soberón Acevedo y José Narro Robles. Médicos
ambos, académicos muy distinguidos los dos: rectores de la máxima casa de
estudios durante dos periodos 1973 a 1981 el primero, 2008 a 2016 el último.
Asimismo, titular de la antigua Secretaría de Salubridad y Asistencia Pública
(SSA) Soberón Acevedo, de 1982 a 1988; ahora recién nombrado titular de Salud,
José Narro Robles.
Vidas paralelas
en el sentido de su desempeño académico y profesional.
Al doctor
Soberón le correspondió asumir la Rectoría de la UNAM en una tesitura
particularmente anómala. Los vientos borrascosos del 68 golpeaban en todo el “campus”
de la institución.
Desde dentro y
del exterior, la UNAM era objeto de una embestida inusual: el sindicalismo
pretendía imponer condiciones en los derroteros académicos; grupos políticos querían
hacerla botín ideológico y de poder.
Hoy
la Universidad en manos del doctor Enrique Graue es heredera de la obra
efectuada por líderes académicos citados, junto con los de Carpizo, Sarukhán y
De la Fuente.
El
paralelismo consiste en el tránsito desde la jefatura académica de la
Universidad Nacional al enclave de salud. Es decir, de la sede en donde
predomina la enseñanza, la investigación y la extensión del saber y la
experiencia, al campo en el que impera, o debe imperar, el derecho a la salud.
En
“El Médico, el Rector”, editado por la UNAM, el FCE y el Colegio Nacional, el
titular de Salud, José Narro Robles señala en el Prólogo, con la investidura de
rector universitario: “Es una de las figuras más representativas de la vida
universitaria contemporánea” Enseguida: “Él destaca por su inteligencia,
honestidad, preparación, convicciones profundas, experiencia, rigor y don de
gentes”. Y “El doctor Soberón ha sido siempre un conductor, un verdadero líder”.
Viene
luego un relato de sus vínculos, de alumno a
maestro, de colega en cargos académicos dentro de la UNAM. Asimismo, se
encuentra en el escrito toda una esclarecedora descripción de los retos,
desafíos y señeras aportaciones del doctor Soberón en el área de la enseñanza y
la investigación, no sólo dentro del claustro académico sino en la misma trinchera
sanitaria. Así, a título de ejemplo, cabe mencionar la denodada batalla contra
epidemias como el sida, el uso del condón, a fin de evitar contagios.
Hay
ahí un cúmulo de referencias a los esfuerzos y logros en el área de la
enseñanza médica, la repatriación de médicos mexicanos asentados en el extranjero
y su ubicación profesional en el campo de la Secretaría.
Hasta
aquí la alusión a la vida y obra del ex rector y extitular de Salud, Guillermo
Soberón.
Comienza
ahora lo que México espera del flamante titular de Salud, del doctor José Narro
Robles; en suma, el nuevo capítulo que espera al ex rector quien acaba de
entregar la estafeta universitaria al doctor en Medicina, Enrique Graue.
Al
darle posesión, el Presidente le instruyó en las tareas de su inmediata incumbencia:
iniciar una etapa nueva en el sector, a escala nacional; ampliar la cobertura
médica; mejorar la calidad de los servicios y cumplir los objetivos comprometidos en la ONU.
Además,
modernizar la infraestructura y el equipamiento, acelerar la simplificación de
trámites. En fin, hacer eficaz el derecho a la salud ordenados por la
Constitución.
Las
epidemias, convertidas en pandemias, están a la orden del día. Las campañas de
vacunación demandan eficiencia y eficacia médicas. Y todo, en forma similar a
los tiempos en que el Presidente Miguel De la Madrid nombró al ex rector
Soberón Acevedo en ese complejo enclave.