Las
instituciones educativas resultan ser lo que son sus alumnos, maestros,
directivos y empleados administrativos.
Nacen, crecen,
dan frutos y permanecen, como savia vivificante, en la sociedad de la que
forman parte.
El
Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) es plantel de vanguardia por su
vocación de servicio, rendimientos académicos, calidad educativa en todas las
áreas de enseñanza a su cargo, y acreditación por parte de los órganos
encargados de supervisar los planes y
programas de estudios.
Acaba
de cumplir el ITSON 60 años de formar e informar a miles y miles de alumnos en ciencias
y humanidades; egresar profesionales prestigiados en las modernas ramas de la
tecnología.
El
Cuarto Informe General de Actividades (2014-2015), rendido por su rector, el
doctor Isidro Roberto Cruz Medina, no deja duda alguna acerca de la eficacia de
la casa de estudios a fin de cumplir con sus compromisos, proseguir punto por
punto, con ejemplar denuedo, el proceso de mejora continua a la luz de la
planeación y el seguimiento de la misma,
Hoy
por hoy, el Tecnológico de Sonora es líder de la educación superior en el sur
del Estado. Sus egresados participan, contribuyendo al progreso y el desarrollo
social de la región en donde se asienta: Ciudad Obregón, Navojoa y Guaymas.
Cuenta
con un generoso programa de becas mediante el cual ha logrado abatir los
índices de la deserción escolar, enemigo principal en los centros de educación
pública en el país.
Luce
en plenitud de vida académica el ITSON, a juzgar no sólo por las estadísticas
que ha puesto a la consideración de su comunidad la Rectoría de la institución,
sino por el consenso aprobatorio en la región donde hace sentir su influencia
transformadora en beneficio de la industria, la agricultura, de las actividades
empresariales y en la cultura.
Su
participación en la actual revolución tecnológica que tiene lugar en la Entidad,
lo sitúa en una elevada cima del reconocimiento por parte de productores en el
tema del uso y usufructo del agua.
Ahí
están en archivos de la administración gubernamental propuestas de sus
investigadores y especialistas en asuntos de ecosistemas, tocante a la
administración del vital insumo. Ahí se puede encontrar la aportación del ITSON
en tiempos cuando aún hubiese sido oportuno llevar a cabo el proyecto de
plantas desaladoras, hoy en vía de penosa realización ante la crisis financiera
de nuestros días.
Pero
hay un mar de posibilidades que aguardan a los centros de enseñanza, en el
plano de la educación superior en Sonora. Los recortes presupuestales no han de
ser vistos como limitación fatal, sino como reto para llevar a término las
buenas y hasta excelentes propuestas, en forma de planes y programas visionarios.
En
estos días que se ventila la sucesión o continuidad en la Rectoría del ITSON,
es oportuno traer a recuento o valoración la trayectoria institucional
desplegada en el cuatrienio que termina.
Por
ejemplo, ponderar los programas con reconocimiento especial del Consejo de
Acreditación de la Enseñanza de la
Ingeniería; las acreditaciones que garantizan la calidad académica por quince
años consecutivos.
Valorar,
igualmente, el incremento en el porcentaje de egresados titulados: un 3.69 por
ciento; además, en el renglón de actualización docente considerar que dos
académicos del Tecnológico alcanzaron el nivel III en el prestigiado sistema
nacional..
Además, poner en
la balanza el aumento de investigadores, del 8 al 13 por ciento en el Sistema
Nacional de Investigación; aparte, el porcentaje de cuerpos académicos en
consolidación y ya consolidados, que va del 21 al 30 por ciento.
Así,
en el seno de la comunidad tecnológica, la pregunta entre maestros, alumnos,
directivos y empleados administrativos es: ¿Convendrá la elección de un nuevo
rector, a fin de sustituir al doctor Cruz Medina? O bien, ante los resultados
incontrovertibles, ¿Es aconsejable la reelección, en procura de continuidad en
la excelencia educativa para formar e informar profesionales que egresan y
trascienden en la vida económica, social y cultural de Sonora?