Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 8 de diciembre de 2014

CONAGUA EN SONORA: TRES AÑOS DESPUES



El próximo 15 de este mes, el Presidente Enrique Peña Nieto estará de visita oficial en Sonora. Ese día, los sonorenses estarán de manteles largos, particularmente los pobladores del Valle del Yaqui: ejidatarios, representantes de la vapuleada Tribu, productores rurales y ciudadanos organizados para defender el uso y usufructo del agua.
Al frente del comité de recepción estarán activistas destacados en la susodicha controversia, conocidos todos por la opinión pública nacional e internacional, entre otros legisladores de la Entidad liderándolos Faustino Félix Chávez, autoridades municipales al frente el alcalde cajemense, Rogelio Díaz Brown, sin faltar Adalberto Rosas López, el indoblegable líder del Movimiento Ciudadano. Se echará de menos, ciertamente, a varios miembros de la Tribu encarcelados por la autoridad estatal en clara violación de los derechos que asisten a la Etnia acosada. Perseguida en su mismo asentamiento por la  administración más represiva y arbitraria de la que haya memoria:  la que representa el Ejecutivo en el Estado, Guillermo Padrés Elías.
El Primer Mandatario verá con sus propios ojos la cruda realidad: Una región agroindustrial en el umbral de la desesperanza, un girón de la Patria segregada de la sede en donde radican los poderes públicos estatales, convertida en traspatio y zona baldía por determinación del Ejecutivo en la Entidad; presa de la discriminación por la inequitativa distribución del Presupuesto y, por añadidura, despojada del medio que da riqueza y recursos alimentarios provenientes de la tierra. La región sur de Sonora no es ya la demarcación que conoció Enrique Peña Nieto hace casi tres años, según la añoranza de Adalberto Rosas. 
En ese entonces, recuerda, los ciudadanos del Valle más rico y promisorio del país, le escucharon decir al ilustre visitante que el problema del agua sería resuelto con arreglo al Estado de Derecho. En la palabra del Presidente quedó sembrada, afirma, la semilla de la promesa, por cierto en vías de anhelada consecución.
La simiente aquélla, no fructificó. Cayó en tierra dejada a merced de la voracidad de los amantes de lo ajeno en donde la maleza y la plaga de la ilegalidad hizo su parte para impedir que hubiese buena cosecha. Es decir, la del entendimiento, la negociación y el mutuo beneficio. En su lugar, se dio pábulo a la confrontación, a la prepotencia que cierra los oídos para no discutir opciones y alternativas.
En términos de Juan Jacobo Rousseau (Ensayo sobre el “Origen de las Lenguas”, FCE, 1984) lo que la naturaleza brinda como oportrunidad a fin de unir intereses y acercar voluntades, ni más ni menos el agua, ha llevado aquí a una confrontación sin término y a una controversia cuya resolución es metáfora y no concepto, ficción y no dictamen y veredicto cumplidos.
Dice el pensador: “En los lugares áridos donde sólo se podía tener agua mediante pozos, fue necesario reunirse para cavarlos, o al menos  ponerse de acuerdo para su uso. Ese debió ser el origen, agrega, de las sociedades y de las lenguas en los países cálidos”
En el Valle convertido por artimañas en un valle de ruptura, de desunión y  enfrentamiento, son “abogados del diablo”, respectivamente,  CONAGUA, SEMARNAT y PROFEPA. Actúan contrariando la voluntad presidencial, desacatando las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia y desatendiendo olímpicamente la orden de los Tribunales.
En otros términos: se deja solo al Presidente en momentos difíciles y complejos. Se pone en entredicho a la SCJN en horas en los que se requiere convalidar su última palabra. En suma, se añade al daño la ofensa, sin rubor y sin pudor.        

Y todo para ludibrio y regocijo de la derecha delirante y asidero de la izquierda en su letal agonía.