Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 16 de diciembre de 2013

REFORMA ENERGÉTICA: EL DOBLE DISCURSO

Perfil: Ernesto Gándara Camou


“Dissoi lógoi” llamó el filósofo Protágoras a los razonamientos, a todo razonamiento, que implican oposición o sentido contrario el uno respecto del otro. Doble discurso en los procesos de conocimiento con apariencia de oposición o contradicción absoluta.Viene a colación lo anterior, con motivo de la aprobada reforma en el Congreso de la Unión.
Lo que para la mayoría  de los senadores y diputados es reforma innovadora en el México de los últimos 70 años, llave para ingresar a la modernidad, para la minoría opositora es signo de retroceso histórico, síntoma de bancarrota y de naufragio económico y social; flagrante violación a la Carta Magna y entreguismo a las transnacionales que, en su momento, fueron expulsadas del territorio nacional.
Derechas e izquierdas invocan los privilegios de la Nación sobre los energéticos, con argumentos que van desde el recurso “ad hominem” (con etiqueta personalizada) hasta los vaticinios que hacen avizorar un futuro con beneficios para todos: empleo, bienestar;  seguros en salud, educación, vivienda, incluso oportunidades recreativas. Mientras tanto, los de la discrepancia organizada arguyen que, a muy corto plazo, los recursos en disputa estarán en la mesa de los potentados nacionales y extranjeros, así como en las cuentas bancarias de los afortunados de siempre; rapiña, en fin, de los bienes nacionales. Un horizonte sombrío de pobreza, de miseria y marginación, se extendería a lo largo y ancho del país.
No se advierte, por lo pronto, término medio, el denominado “mesotés”aristotélico, el criterio mediador entre los dos extremos confrontados. No hay, al parecer, la posibilidad de conciliar en la teoría ambos discursos, con todo y que la resolución constitucional, la aprobación mayoritaria se impone con la fuerza de la Ley, como decisiva con el consenso de los restantes representantes populares en los Estados.
Entre los senadores y diputados por parte de la mayoría destaca la campaña  de persuasión  implementada para convencer a la población acerca de los beneficios que a raudales caerán, como maná en el desierto, a partir de la puesta en vigor de la controvertida reforma.
Así en Sonora, para citar un ejemplo, el senador Ernesto Gándara Camou, por cierto adalid de la precandidatura priista al Gobierno de la Entidad en el cercano 2015, vaticinó un futuro brillante para las venideras generaciones de mexicanos. Esgrimió premisas similares a las del Presidente Peña Nieto para asegurar que habrá nuevos empleos directos y numerosas empresas proveedoras de bienes y servicios, lo que haría emerger un México con perfiles idóneos en el mundo global, competitivo, de nuestro Siglo XXI.
Por el flanco opositor, en cambio, se alzan voces estentóreas, exclamaciones convertidas en fulminante “Yo Acuso”.  Así la frontal pregunta: ¿Cómo podrá estar quebrado PEMEX si le cuesta 7 dólares extraer un barril de petróleo y lo vende en el mercado a 90 dólares? Y si importamos gasolina y productos petroleros es por la sencilla razón de que las “inversiones” no alcanzan para construir refinerías. ¿Proseguirá, se pregunta, si continuará el entreguismo de exportar crudo y continuar  gravándose con productos derivados el bolsillo de los consumidores?
Se puede ver que el doble discurso, el SÍ absoluto y el NO absoluto,nos hunden en la confusión, a los  no enterados. Por lo demás, la anunciada consulta convertida a la fecha en catapulta sólo podrá despejar la oscuridad, si se toma en cuenta a los expertos,  a los técnicos y a los obreros calificados, incluyendo a jubilados del gremio, con el propósito de que, en el 2015, los mexicanos estemos en condiciones de poder decidir, con objetividad, sobre éste nuestro próximo y hasta ahora incierto futuro.
“Obras son amores”. La experiencia dirá su  última palabra.