Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 30 de mayo de 2016

LOS DERECHOS DEL AGUA: ¿SOBRA EL RECURSO EN CAJEME?

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Desde tiempos inmemoriales el agua ha sido, continúa siéndolo, un bien indispensable, útil, sumamente valioso para la humanidad.
Para el jónico Tales de Mileto el agua es origen del universo mismo, en toda su plenitud. Más tarde, al agua se sumaron los siguientes elementos del cosmos: la tierra, el aire y el  fuego.
Su producción, dice Oddone Longo en “El universo de los griegos. Actualidad y Distancia”, es un bien valioso porque su producción es resultado  de un complejo y grandioso trabajo de la naturaleza misma, en el que participan por igual la tierra, los mares y el cielo”.
Fácilmente se dice: “El agua es para todos”.
Pero resulta que su consumo está unívocamente regulado.
El derroche del insumo es considerado grave daño a la sociedad.
Además, hay la advertencia en el sentido de que puede convertirse en causa de la tercera conflagración mundial.
No obstante, a menudo se escucha decir que el agua es de todos, que es un bien común. Por tanto, pertenece a todo aquel que la requiere, al margen de control alguno.
Lo cierto, sin embargo, es que existe toda una legislación internacional que se refiere a la administración del insumo y hay tratados específicos para su eventual manejo. Lo mismo, en lo que tiene que ver con su uso doméstico, industrial y agrícola.
Los organismos públicos, por otra parte, encargados del buen uso del  recurso tienen la responsabilidad de evitar, denunciando si hubiera contaminación letal de las aguas por el empleo de agroquímicos perjudiciales a la salud humana.
En  Cajeme, el tema del agua está a la orden del día.
César Lagarda Lagarda (CONAGUA) asegura que la cuenca del Río Yaqui tiene amplia y segura disponibilidad del vital líquido. Sobra el agua para la ciudad, afirma el funcionario con base en datos “cuantitativos” que le llevan a concluir que se trata de un mero “invento” lo de la supuesta anulación al municipio de Cajeme de los publicitados 50 Mm3 del referido insumo.
Las cosas no son así, declara el alcalde cajemense.
Su argumento es preciso y contundente: que el señor delegado de CONAGUA en el Estado revise pormenorizadamente el monto de la asignación de títulos de derechos de agua para el municipio del que es titular.
En otros términos, no se trata de especular o, como bien se dice, bordar en el vacío.
La respuesta va directamente a la fuente, a lo que está documentado con cifras en los acervos del organismo rector,
Ahí se podría verificar la validez de lo que se propala por parte de CONAGUA.
Se trata, en el fondo, de un asunto que atañe a productores, industriales y pobladores en general.
El progreso de los sonorenses en el sur del Estado tiene que ver con el abasto del agua en términos de suficiencia y equidad.
Las industrias y los campos de cultivo dependen, asimismo, de un administración planificada del recurso hídrico, en condiciones de suficiencia y oportunidad.
La salud de la población está en directa correspondencia con la atinencia y  responsabilidad en la aplicación de fumigantes y fertilizantes en el agro sonorense.
La técnica, la investigación científica y la honestidad a toda prueba, por encima de intereses de grupo y de manejos arbitrarios con oscuras finalidades.
La negra noche quedará atrás, en definitiva, cuando la objetividad y la verdad a toda prueba imperen por encima de la impunidad y la corrupción.

Hoy es el tema del agua, mañana la inseguridad y el desvío de recursos públicos. Todo es posible.