Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







domingo, 22 de junio de 2014

SANJAYA RAJARAM: PREMIO MUNDIAL POR EL BIENESTAR



Las premiaciones estimulan a quienes las reciben y lo mismo a las comunidades de donde son originarios los recipiendarios. Estimulan al laureado para que continúe su obra y sus proyectos. Dan renombre a los centros educativos de los que son egresados y aportan prestigio a las instituciones en donde han laborado con anterioridad.
El Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT) comparte el honor por el Premio Mundial de Alimentos, 2014 otorgado al  doctor Rajaram, su ex director, nacido en la patria de Mahatma Gandhi y naturalizado en México.
En nuestro país, centros de investigaciones agrícolas como el establecido en el Valle del Yaqui (el CIANO), festejan la distinción en la persona de quien ha dedicado vida, saber científico y vocación altruista a la observación experimental, al estudio de las  gramíneas (maíz y trigo), con miras a tratar variedades a fin de obtener resultados óptimos para el consumo alimentario.
El otrora granero de México ha tenido la fortuna de haber contado con los trabajos de investigación de dos celebridades, hoy en la nómina de honor integrada con los nombres de Norman Borlaug y, ahora, con el ´Nobel´ de la Agricultura, así conocido en relación con los que discierne la Academia Sueca en ciencias naturales, sociales y en el arte.
En la región del Noroeste, la presencia de hombres como los mencionados son ejemplo a proseguir acerca de cómo el conocimiento organizado, los estudios relacionados con del bienestar humano y la vocación altruista contribuyen al desarrollo del entorno social inmediato, proyectándose, asimismo, hacia otras latitudes en beneficio de la Humanidad.
Borlaug en la pasada década de los 70 en el siglo anterior y Rajaram en los inicios de éste muestran, por la vía de la colaboración académica, técnica y científica, teniendo a su alcance suficientes apoyos financieros, por encima del egoísmo y la conveniencia inmediata, que es posible, viable y aún necesario, fomentar el  pacifismo y el sueño cosmopolita, sin necesidad de recurrir a las armas destructivas o a la supeditación con fines de colonización y predominio. En el pasado, dicho anhelo tuvo a un Isócrates como promotor y en tiempos recientes a los Rockefeller, a título de sembradores de  buenas esperanzas.
Entre paréntesis, la obsoleta creencia de que los poderosos sólo ven por sus heredades y sólo miran por sus intereses plutocráticos, va quedando atrás. Es decir, si se pone en la balanza de la crítica reflexiva, se descubre que a pesar de que son garbanzos de libra, quienes todo lo tienen en alimentos físicos y culturales pueden con holgura acudir en forma solícita a fin de aliviar el hambre, subsanar la ignorancia y la enfermedad en zonas y regiones subdesarrolladas.
El Premio Mundial de Alimentos otorgado al doctor hindú, Sanjaya Rajaram, abre  horizontes de solidaridad internacional, convoca al espíritu de cooperación y motiva al intercambios de experiencias, en una etapa reconstructiva en donde el poder deriva en saberes compartidos para beneficio de quienes poco o nada tienen.
Hay en el fondo un mensaje de optimismo y de fe humana, palanca para el entendimiento entre las naciones y para el respaldo oportuno por parte de quienes todo, o casi todo lo poseen.

En Sonora, asimismo el lauro, como todo lauro ganado en noble y limpia competencia, honra a su triunfador y a sus pobladores. Habla con voz audible de la premura a fin de proseguir los nobles y generosos aciertos en los rubros de la experimentación tecnológica destinada al bienestar social. Habla el idioma del entendimiento y la requerida solidaridad mundial. De seguir ese camino, se avanzaría, con mayor certidumbre, hacia el ideal de la paz universal por medio del bienestar y la cooperación de todos y entre todos.