Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







miércoles, 25 de junio de 2014

CRÓNICA DE UNA AFRENTA: LA TRIBU YAQUI NO ESTÁ SOLA





Los ocho pueblos que integran la nación yaqui, no están abandonados a su suerte. En modo alguno. Frente a la crucial controversia, están amparados por el Derecho positivo mexicano, las leyes reglamentarias y por un Poder Judicial de la Federación que, tarde pero incólume en  sus funciones, acude finalmente en su tutela. Están blindados en contra de agresiones y protegidos por sus líderes: funcionarios y ex funcionarios dispuestos a presentar un solo frente a los que osen prender la mecha para amedrentarlos, someterlos  y aun exterminarlos.
Abanderan una causa que, por demás, está decirlo: es justa y legítima, con todo y que la justicia jurídica ha procedido, en el caso, como la tortuga de Zenón: jamás alcanza aquélla al presuroso y raudo Aquiles.
Para la Tribu, no hay cansancio que valga. Pero tampoco están solos. De ningún modo. A su lado, está todo un cuerpo de hacedores de leyes, líderes valiosos y valerosos; ex dirigentes políticos y representes de opinión a nivel nacional, quienes han expresado que las armas contra las cuales se las tendrían que ver los facinerosos, aprendices en el arte de mandar, son endebles e inofensivas resorteras.
Aquí están algunos de los personajes en pie de lucha, al lado de los descendientes de Cajeme, el legendario yoreme, héroe de cien mil batallas: Adalberto Rosas y Rogelio Díaz Brown ex alcalde, respetado dirigente del Movimiento Ciudadano el  primero; actual munícipe, laureado, el segundo, reconocido educador, activo renovador del municipio, activista desde el pódium municipal, mandatario con arrestos para enfrentar  la creciente ilegalidad y arbitrariedad.
Ameritan mención los personajes de la talla de Faustino Félix Chávez, legislador federal,  por sus diligente actividad en el Foro de la actual Legislatura con el fin de concertar inversiones y promover recursos económicos para la comunidad, así como para dar la crucial batalla, ganada en principio, fin de que las sentencias de la SCJN relacionadas con las violaciones y la desbordada ilegalidad por el Acueducto, se cumplan al pie de la letra y con arreglo a justicia y equidad.
En el plano estatal, son dignas de respaldo popular pronunciamientos como los de Abel Murrieta, diputado local, valiente defensor de la Etnia en apremio por represores de oficio contra Tomás Rojo y Mario Luna. Por último, no habría que olvidar la puntual exigencia del Cabildo cajemense en el sentido de que CONAGUA repare los daños perjuicios ocasionados por su inepcia, contubernio e irresponsabilidad.
Es de citar las muestras de indignación y de repudio por parte del alcalde Díaz Brown, quien lo mismo califica de “medidas desesperadas” las utilizadas para amedrentar a los líderes yaquis que descalifica, asimismo, las  acciones impunes y arbitrarias en contra de la municipalidad.
En Sonora se dice que hay ostensibles vacíos  anticonstitucionales y que andan sueltos como si nada los victimarios del Estado de Derecho y quienes desafían la legalidad: francotiradores desde el Poder.

Mientras tanto crece la nómina de acusaciones y hay pruebas concluyentes, aparte de las acumuladas. Son por concepto de negocios nefandos, previos a la construcción y puesta en servicio del acueducto de la discordia. En pocas palabras, relacionadas con la compra de vastas extensiones de tierras por gente inescrupulosa, en las cercanías a los ductos que travasan el vital líquido. A esto se suma la denuncia (“Tribuna”, 23.06.14) de que hay salitre en las aguas de consumo doméstico y uso agrícola en pozos de la Tribu,  por donde va el agua de la presa “El Novillo” a su destino. A los crímenes conocidos se añaden nuevas ofensas y peores daños. Los delitos de “cuello blanco” no ocurren en las sombras de la criminalidad. Pero urge denunciarlos y darles el merecido castigo ejemplar.