Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 17 de junio de 2014

EDUCACIÓN MUNICIPAL: LA NUEVA PROPUESTA



La  educación integral es patrimonio de la sociedad: tiende a ser popular, por tratarse de un bien público en el que todos participan y del que todos son beneficiarios. Su rectoría corre a cargo del Estado, pero su cultivo y promoción tienen carácter comunitario. Ahí donde hay personas con aptitudes y anhelos de saber, la enseñanza pública tiene tareas que desarrollar, compromisos que cumplir y metas y objetivos que alcanzar.
Educar es enseñar a crear. La nueva propuesta consiste en salir extramuros, incursionar fuera de los  planteles. Va en busca de grupos que carecen de oportunidades a fin de cultivar su mente y su cuerpo. La lectura y el deporte, prohibitivos en razón de la falta de espacios para ejercitarse y libros al alcance, a la luz de la nueva teoría pedagógica son bienes accesibles. La doctrina se inspira en el principio de que la educación es patrimonio de todos y para todos.
Lo novedoso está en que se hace de la enseñanza ya no una transmisión de saberes: del maestro-comunicador al alumno receptor, especie de mesa-banco que escucha pero no replica y menos es capaz de dialogar. En la práctica, se ejercitan habilidades en común, se pone en juego el procedimiento de la concurrencia por parte de padres, maestros, autoridades  y educandos.
A partir de la nueva  propuesta, se  fomentan usos y costumbres, hábitos y formas de acceso a los conocimientos y a las experiencias. En vez de alumnos pasivos y discípulos   fieles al “magister dixit”, se contribuye a formar educandos en libertad y en responsabilidad, convencidos del método de: “ver para creer”. La propuesta supone como principio de acción, la participación colectiva; su desarrollo, por medio la inclusión en cuanto a edades, capacidades, condiciones socioeconómicas y conceptos ideológicos, religiosos y culturales.
En el municipio de Cajeme, la propuesta educativa es de carácter incluyente, por su forma como por su contenido. Incluye los recursos humanos sin distinciones o preferencias. Y es incluyente por el aporte de incentivos económicos, becas y estímulos para el desarrollo técnico, profesional y, en términos generales, para la ocupación laboral. Los apoyos se relacionan con becas a fin de respaldar la continuidad en los estudios, evitar la deserción escolar y devolver al sistema de enseñanza su perfil de fecunda reserva de recursos humanos para el crecimiento industrial y para el florecimiento de valores socioculturales, así como de utilidad en los órdenes del progreso material.
En la nueva propuesta pedagógica, las bibliotecas públicas adquieren una importancia sin precedente, sin olvidar la hazaña del maestro José Vasconcelos, filósofo y educador, que puso la primera piedra de la enseñanza abierta, laica, popular y comunitaria, con su biblioteca de los clásicos. Por ese medio, fue posible que lectores de la ciudad, del valle y de la montaña pudiesen tener a la mano a un Platón, a un Cicerón, lo mismo que a un Cervantes o, posiblemente, a un Amado Nervo o Rubén Darío. Pronto la Biblioteca Rodante de Cajeme será modelo a seguir en aquellos ásperos y lóbregos parajes de la sierra sonorense y chihuahuense en el Noroeste mexicano, si hay por ahí émulos del alcalde Díaz Brown, el imaginativo y audaz munícipe cajemense que no deja de sorprender, una y otra vez a sus gobernados, con iniciativas novedosas.

Creció Cajeme a paso lento, pero seguro. Deja ahora de ser un municipio de pantalones cortos que ingresa a la escena nacional e internacional. La siembra educativa de hoy será feliz cosecha del mañana, configurada por una ciudadanía libre a fin de elegir, responsablemente, proyectos comunes, precedidos de la participación cívica con el aval de autoridades y ciudadanos.