Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







jueves, 30 de mayo de 2013

EN CAJEME: ULTIMÁTUM CIUDADANO




Lo que no ha logrado hacer el Poder Judicial a fin de poner término a la ilegalidad propiciada por el gobernador Guillermo Padrés Elías en lo que se refiere al Acueducto Independencia, ¿podría conseguirlo la movilización ciudadana la cual encendió ya la chispa de la indignación entre productores, indígenas yaquis, representantes de sectores y organizaciones civiles?
La protesta cívica convirtió la vía pública en amplio foro para emitir el ultimátum con el que se advierte y apercibe al titular del Ejecutivo para dar por concluida la ola de ilicitudes en que ha incurrido, con daños y perjuicios, a los habitantes del Sur de la Entidad.
¿Bajará de su sitial el “Rey Sol” o prefiere ser colocado a las resultas de la “justicia” popular, la cual dista de ser justicia por más que se pretenda justificarla por encima de las leyes y sus procedimientos? ¿Se persuadirá, con la ayuda de sus patrocinadores, de que es imposible saltar por encima de la propia sombra?
¿Escogerá el poderoso dejarse llevar por el mutismo y la indiferencia a sus gobernados, y escogerá, en todo caso, la pena que impone el desdén popular?
¿Es posible, que un Mandatario haga caso omiso, o bien olvide que su investidura  implica magnificencia y señorío, mismos que le delegan los ciudadanos, y que a ellos incumbe, en caso extremo, demandar y exigir se haga valer su vigencia y  validez?
Diputados federales, locales, munícipes y ex alcaldes, para quienes la ilegalidad no se compagina con el prurito de imparcialidad, y menos justifica la complicidad, lideraron a los más de treinta mil ciudadanos para quienes se ha llegado al límite de la ilicitud, al extremo de la ingobernabilidad y al derrumbe del Estado de Derecho por manos, paradójicamente, del Ejecutivo responsable de cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes secundarias.
Con voz firme, vigorosa y por tanto audible, el alcalde de Cajeme, Rogelio Díaz Brown, hizo recordar que el mandato político consiste en escuchar y proceder, siguiendo el latido del corazón de los ciudadanos; sin perder de vista el polo Norte  de la legalidad. Dijo que hará lo que le exijan los cajemenses en los términos de la ley. Refrendó, como si estuviese aún en campaña por la Alcaldía, su compromiso moral y sus obligaciones consuetudinarias. Refrendó, con sus palabras, lo expresado días antes por Faustino Félix Chávez y Ernesto Gándara Camou, diputado federal y senador, respectivamente.
No hay callejones sin salida. Pero aquí cabe recordar la admonición de Juan Jacobo Rousseau en su ensayo Sobre el origen de las Lenguas acerca de que las asociaciones de hombres, escribió, son en su mayor parte obra de accidentes de la naturaleza: así, los diluvios, los mares extravasados, las erupciones de los volcanes, los grandes temblores de tierra, los incendios prendidos por el relámpago que destruían bosques enteros, todo esto debió espantar y dispersar a los habitantes de una región y reunirlos enseguida para reparar en común las pérdidas.
Hoy, estamos viendo, el abasto del líquido vital divide a los pobladores del norte y el sur de Sonora. Los habitantes del Yaqui y del Mayo, respaldados por gobiernos previsores hicieron posible la victoria sobre el semidesierto y promovieron gran bonanza entre sus productores, ubicándolos a la vanguardia, en los años cincuenta en adelante, como  granero de la nación.
¿Es posible, aún, que a partir de la restauración del Estado de Derecho, el acato a la legalidad, se haga el “milagro” de restituirles su esplendor y prodigalidad a los valles  del Yaqui y del Mayo, otrora feraces y modelos de productividad, así como sustento y progreso seguro, en paz y armonía? ¿Será factible la justicia de dar a cada quién lo suyo, definiendo lo suyo de cada quién conforme a Derecho?