Polémico, persuasivo y
contumaz, ha sido el documento dado a conocer por el gobernador Ángel Aguirre Rivero a los guerrerenses, el pasado
martes. Es persuasivo en estos tiempos políticos en los cuales imperan los
adjetivos en vez de la argumentación y contumaz cuando la cortesía política
ocupa el lugar que corresponde a la denuncia por encima de cualquier arreglo o
negociación.
En los medios políticos y de
opinión, dentro y fuera del Estado de Guerrero, el mensaje del Mandatario ha
caído como lluvia en tierra sedienta, justo ahora cuando la razón de la fuerza
se sobrepone a la fuera de la razón y cuando la pasión ideológica trata de
ocupar el imperio de las leyes.
El gobernador Aguirre llamó a
los golpistas escudados en las siglas del CETEG por su nombre propio. Los
calificó de “delincuentes” y de “vándalos”.
Eludió los términos de docentes y educadores para aquellos que se han
colocado a la resulta de la imputación penal, soslayando el eufemismo como
recurso para condescender y actuar en complicidad con los salteadores de la
legalidad.
En su investidura de
Ejecutivo de la entidad más castigada por la anarquía, la violencia y las
agresiones en la propia sede gubernamental, su mensaje es advertencia con el
fin de contener a través del principio
de si es A debe ser B, la avalancha provocadora en todo el país. Mientras la prudencia se malentiende, a propósito del
secuestro en la UNAM, en el Estado sureño se hace oír la voz en términos una
denuncia y acusación en firme, contundente, que no admite vacilación por temor a
lo que podrá suceder si se hace valer el mandato de la legalidad.
Se dirá que los árboles no
dejan ver el bosque, en el Informe del Gobernador. Pero hay datos y referencias
ahí, información constatable por parte de los ciudadanos quienes tienen la
última palabra con ese efecto: en la costa y la Montaña, en las poblaciones de
valles y en las urbes intermedias..
El mandatario expuso su
política en materia de seguridad, cuyos referentes son las acciones protectoras
y preventivas, por ejemplo, en Acapulco, perla del turismo nacional e
internacional, convaleciente aún después de la pasada crisis económica y
social. Subrayó los programas en materia de recursos humanos en una etapa
plagada de provocaciones y disturbios. Y mencionó las obras hidráulicas en
marcha,que se relacionan con la actividad rural e industrial.
Con todo, los reflectores
mediáticos, nacionales y locales, han estado atentos a la posición del
mandatario frente al acoso de los últimos tiempos en que se ha visto envuelto
el gobierno de la entidad, esta vez por parte
de vándalos y representantes de la anarquía delincuencial.
Aguirre Rivero, mandatario
polémico, vapuleado políticamente por una de las alas de la izquierda
beligerante, y por las derechas, sin faltar el castigo de grupos del centro
partidista nacional, ocupa a partir del martes anterior, con honor el sitial de
firme aliado de la Reforma Educativa consagrada en la Constitución. Es su
adalid y más resuelto defensor entre mandatarios que sufren similar provocación.
Al margen de banderías ideológicas y políticas, merece un voto de confianza por
parte de sus gobernados. Amerita su actuación, asimismo, el reconocimiento, por
lo demás entre ellos también, egoísta y mezquino, de sus
pares, en tanto escudo de la legalidad y la constitucionalidad dentro de su
jurisdicción. Y no es poco decir.