Bienvenido lector:

Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







lunes, 20 de mayo de 2013

DÍAZ BROWN, PREMIO AL MUNICIPALISMO






Todo indica que es la hora del municipalismo. Cajeme, la demarcación municipal bajo amenaza de sequía, acosada por el síndrome del crimen organizado y víctima indefensa de la anarquía oficial desde el Ejecutivo local, está de plácemes a pesar de la adversidad. La razón: el munícipe Rogelio Díaz Brown, estrena el galardón que otorga al “Buen Gobierno” la Federación Nacional de Municipios de México (FENAMM), distinguiéndolo entre sus 72 pares en el Estado.
Cabe subrayar que el Presidente Municipal cajemense fue elegido haciéndosele acreedor al premio por su capacidad y solvencia política al proponer ante la Federación planes y proyectos específicos y viables, y por haber logrado apoyos suficientes y extraordinarios para cumplir las metas y objetivos de sus proyectos.
Es una distinción, dijo al recibir la presea, que pertenece a los pobladores del Municipio de Cajeme, uno de los Ayuntamientos con prestigio más que cincuentenario no sólo en la Entidad sino en el Noroeste, por su productividad agropecuaria, avances y logros en lo educativo, lo económico y lo social; estabilidad política a través de los numerosos gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Hizo notar que su desempeño va precedido de orgullo legítimo; es decir, orgullo de honradez y laboriosidad, apegado su quehacer a la Ley y a la Constitución.
Hacemos nuestro trabajo, subrayó, con profundo amor a Cajeme, refrendando con su dicho la verdad que encierra la popularizada expresión de que “Obras son amores”.
En la era de la democracia digital, de las relampagueantes innovaciones electrónicas con repercusión en la toma de decisiones, aplicación de los recursos públicos, planificación comprometida con la voluntad de los contribuyentes, galardones como el mencionado adquieren significado en vista al desarrollo y el crecimiento con sentido social. Contribuyen a redimensionar la responsabilidad del recipiendario, magnificándose sus deberes de informar a los ciudadanos con oportunidad, claridad y certeza. Coadyuvan a que, a través de los escaparates de cristal se pueda observar, evaluar y exigir corrección, si hay lugar, en cuanto al destino y eficacia de los programas, proyectos y planes de corto y mediano plazos.
La ingeniería social en la era digital de nuestro país, y en los municipios  particularmente, se impone a los políticos y administradores de los haberes públicos, y de todos aquellos cuya grave misión es respetar y hacer respetar las leyes, organizar en acciones las demandas y urgencias que más apremian entre los trabajadores intelectuales y manuales, entre los que tienen capitales e instrumentos de trabajo, entre los que aspiran a conseguir un lugar en las instituciones educativas, privadas y públicas, para su formación profesional, y luego obtener empleo útil y productivo en lo personal y lo familiar.
El alcalde Díaz Brown, flamante galardonado entre los 67 municipios de la Entidad, tiene frente a sí, frente a sus gobernados en la demarcación otrora más rica y promisoria de Sonora y de vastas zonas de México, la oportunidad de restablecer en su demarcación la confianza ciudadana en sus instituciones, refrendar la legalidad y constitucionalidad puestas bajo entredicho con motivo, por ejemplo, de la construcción impremeditada del Acueducto y la errática administración del erario estatal.
En sus manos está el detonar, desde su modesto sitial político, el retorno a la normalidad sociopolítica y económica, investido del reconocimiento nacional por parte del organismo restaurador del federalismo, por tanto del municipalismo perdido por el desgobierno del PAN a cargo del ex presidente Felipe Calderón, apoyado subrepticiamente por representantes desleales en el Congreso, tránsfugas irredentos del propio Partido Revolucionario Institucional.