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Federico Osorio Altúzar ha sido profesor de Filosofía en la UNAM y en la ENP (1964-1996) y Editor de la Gaceta de la ENP desde 2004.
Durante 15 años fue editorialista y articulista en el periódico NOVEDADES.
Es maestro en Filosofía. Tiene cursos de Inglés, Francés, Griego y Alemán.
Ha publicado en Novedades, el Heraldo de Chihuahua, El Sol de Cuervanaca, el Sol de Cuautla, Tribuna de Tlalpan, Tribuna del Yaqui, Despertar de Oaxaca y actualmente colabora en la versión en Línea de la Organización Editorial Mexicana (OEM).







martes, 27 de septiembre de 2011

CRÓNICA DE LA NUEVA SIERRA TARAHUMARA


                                                      Por Federico Osorio Altúzar

A mediados de la década de los cincuenta, el infatigable y talentoso periodista don Fernando Jordán escribió un ensayo o monografía, con el inigualable sabor de un diario de viajes; hemerográfico en gran medida, que es y seguirá siendo una elocuente reseña histórica del Estado de Chihuahua.
“Crónica de un país bárbaro” hace hablar a la llanura, lo mismo que a las etnias y a los caciques criollos, dejando enseñanzas inéditas que a la fecha pueden servir a políticos, pobladores y estudiosos del Estado grande para una mejor convivencia y un cabal entendimiento. Su relato de La Tarahumara es un vívido recuento de lo que fue, ha sido y es la vasta e imponente  región, escenario de la Conquista, espacio de evangelización de lo que hoy en día las Misiones son imperecedera memoria, asiento de taladores de bosques y aventureros en búsqueda de metales y tesoros subterráneos. A la fecha, en suma, planicies, arroyos, bosques y barrancos que configuran un segmento geográfico olvidado y un capítulo palpitante de nuestra historia actual.
Su lectura o relectura, en esta etapa de transiciones y definiciones, es pertinente a la luz de las políticas públicas que dan a entender que hay la intencionalidad de imprimir nuevos rumbos en la vida de la Tarahumara, después de casi medio siglo de la depredación de bosques y del saqueo impune en su portentoso subsuelo.
Ocho municipios de la Sierra unidos en una sola voz se hacen oír por fin. Esto hace posible que su clamor se atienda con programas audaces en cultivos agrícolas, huertas nogaleras, comercialización de ganado bovino y estímulos para la producción de forrajes. Moris, entre éstos, impulsa y participa en los programas de desarrollo reegional a que se refiere el Plan Estatal de Gobierno, promoviendo con la fuerza laboral de la población el trazo de carreteras y caminos vecinales, represas para contener el agua que irrigue huertos limoneros, de naranjos, aguacates; hortalizas familiares  El mandatario estatal hace acto de presencia para inaugurar la construcción de una docena de presas en puntos claves de la demarcación chihuahuense.
En Manuel Benavidez  anuncia que se trabaja con intensidad en la Ley Estatal del Agua. Y advierte: Chihuahua deja de ser el generoso desierto que regala agua a otros Estados, incluso al vecino país, los Estados Unidos.
Mientras tanto, en Sonora, miembros de la tribu yaqui hacen valer el derecho a la rebelión frente a las acciones arbitrarias motivadas por la construcción del “acueducto de la discordia”, perpetradas por Guillermo Padrés Elías. Sobre el particular es importante comentar que, histórica y políticamente, el PAN es un partido inexperto en el arte de negociar. Ignora lo que son entendimientos, pues su carencia de oficio en el poder y la impreparación de sus administradores y hombres públicos le hacen incurrir, una y otra vez, en acciones irresponsables de corte, incluso, anarquizante. El conservadurismo, modalidad de autocracia, adherente a la dictadura,  es campeón de intolerancia y desacato al Estado de Derecho, en procura de sostenerse sin importarle la ilegalidad, escudándose en la razón de Estado.   
Llama a la conciliación el senador sonorense Manlio F. Beltrones. Quienes votaron a su favor en los comicios del 2006 interpretan la convocatoria como una iniciativa para validar la justicia jurídica  y con el propósito de que brille con luz el principio de “dar a cada quien lo suyo”. Pero dar a quien lo suyo de cada quien, en la tesis del príncipe de los juristas universales, Hans Kelsen, significa hacerlo conforme a derecho. Y no con  arreglo a  intereses particulares, según los dictados de una justicia que se “aplica” de acuerdo con la voluntad del político en calidad de gobernante en turno.