Se
anuncian buenos tiempos para la tribu Yaqui. Hay punto final a los últimos
años de incertidumbre y acoso a dirigentes y miembros de los pueblos
indígenas, tras los Acuerdos de Vicam y ahora con el retorno al Estado de
Derecho temerariamente en desacato hasta el pasado 2015.
Una
vez recobrada la confianza en las leyes que imperan en la Entidad y puesta la
fe en las normas supremas de la Constitución de la República, la comunidad
vuelve a la convivencia y al régimen de bienestar a que tiene legítimo derecho.
Eligió
en un clima de paz y armonía, hace poco, a sus representantes con arreglo al
ordenamiento que los gobierna, según el esquema de usos y costumbres
establecido.
Vuelven,
así, los días y los años anhelados para un pronto restablecimiento en las
diferentes materias que se refieren al crecimiento y desarrollo social,
particularmente a la salud, la educación, así como a la validación de los
derechos a la habitación, al trabajo organizado. En suma, al estado de
bienestar en términos generales.
La
presencia del alcalde de Cajeme, Faustino Félix Chávez, en el encuentro al que
fue invitado por las autoridades tradicionales, en Cocorit, marca un avance más
en la política que promueve el gobierno estatal para reunificar a todos los
grupos y sectores de la sociedad.
El
Pacto de Vícam, acordado meses atrás, da resultados positivos en lo político,
lo social y lo económico. Especialmente, en el fundamental capítulo de la
seguridad pública.
El
gobierno municipal asume el compromiso de atender las urgencias que más apremian entre
los descendientes de Cajeme y Tetabiate.
El
munícipe Félix Chávez refrenda su voluntad política de llevar al terreno de los
hechos una administración incluyente. Así, para la jurisdicción bajo el encargo
otorgado por voluntad mayoritaria de los cajemenses.
De
acuerdo con la información periodística, entre los programas a emprender, o
bien para dar seguimiento, están los relativos a dotación de agua y de energía
eléctrica en condiciones óptimas, dado el déficit acumulado en estos servicios
básicos para la subsistencia y la convivencia idónea entre las comunidades
indígenas.
Elemento
insustituible para la vida humana, no hay duda, es el agua limpia de
contaminantes; condición prioritaria, por tanto, de buena salud. Y bien se sabe
que el satisfactor disponible en los pueblos asentados a la vera del Río Yaqui
conlleva elevados niveles de magnesio. A esto se añade el desdén con el que se
ha tratado el problema, convertido ya en flagelo que incide en la proliferación
de un sinfín de enfermedades.
Los
conductos que llevan energía eléctrica requieren, asimismo, de minuciosa
atención y mantenimiento. Y está a la vista
la necesidad de sustituir, con urgencia, transformadores en Loma de
Guamúchil y otras congregaciones, pues no hay que olvidar que los fantasmas
humanos hacen de las suyas al amparo de las sombras y la oscuridad.
Por
último, la recreación deja de ser un lujo cuando se toma en cuenta que la
educación integral consiste en cultivo del cuerpo y del intelecto, del
organismo y de la mente. En forma conjunta, paralela,
Las
unidades deportivas representan, además, un complemento formativo entre niños,
adolescentes y jóvenes, con el propósito de inducir hábitos y costumbres,
alejados del vicio en todas sus formas y modalidades. Los placeres del cuerpo tienen vías de
expresión en el ejercicio físico, en la competencia sana y el fortalecimiento
de una existencia capaz de encontrar en el entretenimiento los más elevados
satisfactores.
Merece
reconocimiento, así pues, la disposición de la alcaldía de Cajeme al asumir con
resolución y atinencia el compromiso de tender lazos de unión entre la
población, sin importar condiciones de orden social, étnico en el caso, y de
preferencias políticas o religiosas.
La
política con sentido democrático implica que el gobierno, en efecto, sea de
todos, con todos y para todos.
Ciertamente,
hay tela suficiente de donde cortar a fin de que los sonorenses, en particular
los cajemenses, recobren su fe y su confianza en las instituciones públicas
vinculadas con el bienestar y el desarrollo social.
Es correcto
predicar con lenguaje de buenas esperanzas. Mejor aún, mucho mejor, hacerlo con
el buen ejemplo.